jueves, 9 de enero de 2014

Rumores.



-Cassie, ¿tienes azúcar? -le preguntó Kayla, tomándose un café en la nueva casa de Cassie.

-Si, espera que lo busco. Esto todavía está patas arriba. -se quejó Cassandra, buscando en su cocina. Cuando lo encontró lo dejó encima de la mesa y se sentó con su amiga.

-Oye, ¿sabes si le pasa algo a William?

-¿A Will? No tengo ni idea. No hablamos mucho desde que volví. Tengo tantas cosas que hacer... ¿Por qué me lo preguntas?

-Porque Eric lo vio en una una mala situación. Como descuidado, y tiene razón. Además, si no está trabajando, siempre está en la calle.

-Si, me sorprendió que tenga tanto tiempo para llevar a Leyda a clase e ir a recogerla todos los días... -dijo pensativa Cassandra. Ahora Will era el encargado de ir a buscar y llevar a Leyda todos los días.

-Por eso mismo... -dijo Kayla.

-Pues no tengo ni idea. Quizás Brianna sepa algo. Hoy por la tarde, cuando vaya a trabajar le pregunto.

-¿Vas a trabajar por la tarde? -le preguntó Kayla.

-Si, pero me da tiempo a ir al entrenamiento. -aclaró Cassandra. Kayla suspiró de alivio y en cuanto se acabó en café se fue. Como había prometido, Cassandra le preguntó a Brianna esa tarde.

-No tengo ni idea de si le pasa algo. -contestó Brianna.- Desde que cortamos que no tenemos relación. Fui a su boda, pero no hablamos desde aquella.

-Pues deberías hacerlo, Brianna. Sois muy importantes el uno para el otro. -le dijo Cassandra.

-Cassie, no empecemos con esto. Ya hablamos de esto. Fuimos amigos, todos. Y crecimos, ya no lo somos. No voy a hablar con William. Habla tú con él. Es el padrino de tu hija.

-Pero ya hace suficiente llevándola todos los días a clase, para aun encima andarle preguntando cosas como si tuviera que examinarlo para ser el padrino de Leyda.

-Quizás los mellizos sepan algo... -dijo pensativa Brianna.- Les preguntaré.

Y eso hizo. Las preguntas sobre William se había extendido sobre el grupo de amigos del instituto rápidamente.

-¿Qué William no está bien? -preguntó sorprendido Ryan.

-Si, Brianna tiene razón. El día de la cena lo vi algo deprimido... -dijo Noel.

-Y William nunca estaba deprimido. -dijo Brianna.

-Pues no tengo ni idea... -confesó Ryan.

-Pobre, ¿le habrá pasado algo grave? -pensó Noel.

-Bueno, le diré a Cassandra que no sabemos nada. -dijo Brianna mandándole un mensaje a su amiga.

Cassandra pensó que esta era la ocasión perfecta para unir al grupo otra vez. Caminaba de vuelta a su casa y le sorprendió un bar que estaba en una esquina. Su nombre era Cazadores de Duendes. Entró y se encontró con Tara sirviendo mesas.

-¿Tara? -preguntó Cassandra.

-Hola, Cassie. -le dio un beso en la mejilla con una bandeja en la mano derecha.

-¿Qué es esto?

-Es mi bar. ¿No sabías que había abierto un bar hace un par de meses?

-No tenia ni idea. ¿Y el nombre tiene algún significado? -preguntó Cassandra.

-Si, Noel me contó vuestra historia y me gustó lo de Cazadores de Duendes así que lo utilicé para mi bar. Espero que no te importe.

-Para nada, es más, me encanta la idea... -dijo sonriente.- Ponme un café con leche, por favor.

Se sentó en una mesa y empezó a mandar mensajes. Uno a Brianna, otro a Noel, a Kayla, a Ryan y a William. Les explicó donde estaba y esperó por ellos. La primera en llegar fue Kayla, después los mellizos acompañados por Brianna y por último William.

-¿Qué es esto, Cassandra? -le preguntó William sentándose.

-Es una reunión de amigos. -explicó felizmente Cassandra. William bufó mirando para otro lado.- Por favor, Will, lo hacemos por ti.

-¿Por mi? ¿Por qué? -preguntó sorprendido William.

-No te vemos bien, William. -explicó Kayla.

-Estás descuidado, triste. Y tú nunca lo estabas. -le dijo Brianna.

-¿Nos quieres contar algo? -preguntó Cassandra. William no aguantó más y confesó lo que hacía tiempo que quería confesar.

-Jenna y yo nos estamos divorciando. -las bocas de sus antiguos amigos se abrieron de par en par esperando una explicación.- Durante los últimos años las cosas no estaba yendo muy bien. Discutíamos por cualquier cosa, nos enfadábamos, yo dormía en el sofá o ella en casa de sus amigas. Las cosas no estaban bien y un día encontré por casualidad una solicitud de divorcio. Discutimos otra vez y ella se fue de casa.

-¿Cuando pasó esto? -le preguntó Ryan.

-Hace tres meses. -dijo él.

-¿Hace tres meses que os estáis divorciando y no nos dijiste nada? -preguntó Brianna.

-Nadie lo sabe, sois los primeros. Ni siquiera mis padres lo saben todavía. -confesó William.- Además, todos sabemos como están las cosas. Cassandra lo intenta arreglar pero...

-Lo siento mucho. -le dijo Kayla agarrando su mano por encima de la mesa.


Todos se levantaron y lo abrazaron. William por un minuto se sintió querido pero sabía que eso se acabaría con el café que se estaba tomando. A medida que sus antiguos amigos se tomaban en café se levantaban y se iban. Él también se fue y llegó a su casa. Desordenada, sucia, no tenía ganas e limpiarla. Se sentó en su butaca y miró por la ventana. Llovía y él odiaba la lluvia.

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