Aquella tarde, nublada, Kayla decidió salir a dar un paseo. Con sus vaqueros, ya no tan apretados, y bien abrigada, por el frío enero, salió de su casa. Caminó despacio por las calles llenas de nieve de Bugle. Los quitanieves habían hecho su trabajo y todo el mundo podía viajar por la ciudad. Pero, sin saber porque sus pies la llevaron a las pistas de baloncesto de las vías del tren. Allí, un hombre estaba sentando sobre la mesa. Se acercó y lo reconoció.
-William Morgan... -dijo acercándose a él. Will
levantó la cabeza y esbozó una sonrisa.- ¿Qué haces aquí solo?
-dijo sentándose a su lado, con su ayuda.
-Pienso.
-Es un buen lugar para pensar... -el silencio reinó
durante unos segundos. Entonces Kayla decidió decir lo que tenía
ganas de decir desde unos mese atrás.- ¿Sabes? Antes tú y yo nos
contábamos los problemas, y ahora estamos sentados uno al lado del
otro en silencio...
-Me voy a divorciar. ¿Es necesario qué te diga que
estoy mal por eso? -le dijo él.
-No, pero puedes decirme que estás mal.
-Pues estoy mal, Kayla. Muy mal. Y no se como
desahogarme... -dijo él. Entonces una tercera persona apareció.
-Pues cuéntanos que te pasa. -dijo Brianna, sentándose
del otro lado de William.
-Jenna me dejó, sin más. Con una carta encima de la
mesa y un armario vacío. -explicó William.
-Zorra... -musitó Cassandra llegando, también. Ella,
en vez de sentarse sobre la mesa, se sentó en el banco, delante de
Will y apoyando su espalda en las piernas de su amigo.
-Después de dos meses vuelve a casa y me dice que
quiere el divorcio, sin más. -siguió William.
-¿Estáis haciendo una reunión sin nosotros? -preguntó
Ryan, apareciendo en las pistas.
-¿Qué hacéis aquí? -les preguntó Noel. Todos se
encogieron de hombros quitando hierro al asunto.
-Les estaba contando como me dejó Jenna. -les dijo
William.- ¿Os quedáis? -ante la propuesta los mellizos se sentaron,
cada uno a un lado de Cassandra, y se dispusieron a escuchar.
-¿Te dijo por qué quería el divorcio? -le preguntó
Kayla.
-Porque decía que lo nuestro no funcionaba. Que ya no
me quería más y que no quería hacerme sufrir... Excusa de libro.
-bufó después.- Entonces se llevo todo de casa y me dijo que su
abogado se iba a poner en contacto con el mío. Yo me di cuenta de
que no tenía ningún abogado y entonces llamé a Mery.
-¿Ya hablaste con el abogado de Jenna? -le preguntó
Cassandra.
-No, mañana tenemos cita los cuatro... -dijo William.-
Por eso estoy aquí. Quería pensar en lo que iba a hacer...
-Improvisa, Will. -le dijo Brianna.- Pero no te dejes
manipular ni que te engañen.. -le recomendó.
-No te preocupes por eso, Mery no va a dejar que Jenna
haga lo que quiera contigo. -dijo Noel, seguro de la reacción de su
ex-novia.
-Si ella te dejó a ti, tienes muchas posibilidades de
quedarte con todo aquello que está a nombre de los dos. -le informó
Ryan.
-Si, Jared me dijo eso mismo. Pero no se si quiero vivir
solo en una casa tan grande. -después de casarse la pareja compró
una casa enorme con jardín. Desde que Jenna se fue, Will no estaba
cómodo en su casa.
-Pues véndela o alquila y te vas a vivir a un
apartamento del centro. Más cerca del trabajo, de todo. -le propuso
Kayla.
-Eso mismo pensé. Pero no puedo hacer nada hasta que
sea completamente mía. Mientras sea de Jenna también no puedo hacer
nada sin su consentimiento. -explicó William.
-Que pena... -le dijo Brianna, acariciándole la
espalda.
-He oído que habéis vuelto al equipo de Duendes
Verdes. -les dijo William a Brianna y a Cassandra, cambiando de tema.
-Así es. Decidimos que no tenemos que abandonar nuestro
sueño por ser adultas. -dijo Cassandra.
-Y tú firmaste un contrato discográfico Kayla. -dijo
Noel.- Enhorabuena. Eso si que es una buena noticia.
-Gracias. -dijo Kayla.- Yo no puedo volver al baloncesto
por ahora y decidí que la música tampoco está tan mal como Plan B.
-¿Cómo va tu embarazo? -le preguntó Ryan.- No se te
nota nada.
-Va bien. El médico dice que es normal que tarde en
engordar, porque es mi primer embarazo. -explicó Kayla.
-Tara, cuando estuvo embarazada, se le empezó a notar
enseguida. -dijo Noel.
-Quizás sea porque estaba embarazada de mellizos,
Noel... -dijo Brianna. Todos se rieron y Noel asintió.
-Es posible que ese fuera el motivo. -dijo Noel.
-No cambiaste nada... -le dijo Kayla, despeinando su
cabello moreno.
-Nada, te lo aseguro. -le dijo Ryan.
Unas gotas de agua empezaron a caer y los chicos se
miraron unos a los otros. Sin decir ni una sola palabra, como si
tuvieran telepatía, todos echaron a correr. Ayudaron a Kayla para
que no se tropezara y pararon de correr cuando llegaron a la puerta
de Cazadores de Duendes, que era el primer sitio que encontraron para
refugiarse.
-¿Tara? -preguntó Noel, abriendo la puerta. El bar
estaba cerrado porque era domingo, pero había una luz encendida.
-Hola. -dijo ella saliendo de su despacho con su sonrisa
de siempre. La sonrisa se le borró al verlos todos mojados.- ¡Pero
que mojados estáis! -les gritó.- Vamos, pasad.
-Gracias, Tara. -le dijo Ryan. Su cuñada se rió de la
cara de frío que tenía Ryan. Les dejó unas toallas para secarse y
Noel preparó café.
-¿Dónde estabais para mojaros tanto? -les preguntó
Tara.
-En las pistas de las vías del tren. -le dijo Noel.
-¿Y qué hacíais allí? -preguntó Tara.
-Hablar. -le dijo Brianna.
-Entonces, ¿estarás contenta, Cassie? -le dijo Tara,
que sabía que Cassandra quería por sobre todas las cosas volver a
unir al grupo. Cassandra sonrió y asintió.

Otra vez todos juntos :)
ResponderEliminarMásss Noveeee!!!!!