jueves, 12 de diciembre de 2013

DIECIOCHO-Wilmington, Carolina del Norte.



-El vuelo 4785C, con procedencia de Nueva York acaba de efectuar su aterrizaje. -anunció una voz femenina por los altavoces del aeropuerto. Heather, Renee, Darren, Eddy, Ian y Ron estaban esperando por sus familiares en la zona de llegadas.

-¿Donde estarán? -preguntó Heather poniéndose de puntillas para mirar por encima de las cabezas que no le dejaban ver el pasillo por donde llegaría su hija.

-Tranquila, ya llegarán. -dijo tranquilizador Darren.

-Seguro que tu hija está más delgada. -dijo Renee, segura de que Alexis iba a estar mucho más delgada.

-No veo nada, Ron. -dijo Ian, desde los hombros de su primo.- ¡Ay si! ¡Ahí vienen! -gritó señalándolas y saludándolas con la mano.

Alexis y Elle al ver esto sintieron que sus piernas se bloqueaban.

-Creo que era mejor hacer algún viaje más... -dijo Alexis.

-Si, nos faltó Egipto, Amsterdam...

-Queréis andar, por favor. -pidió Damien.

Se acercaron y en menos que canta un gallo sus padres ya las estaban abrazando. Ron, en cambio se acercó a los nuevos.

-¿Y vosotros quiénes sois? -les preguntó a Damien y a Andrew.

-Yo el novio de Alexis y él el de Elle. -le contestó Andrew.- Tú debes ser Ronald Stuart, si no me equivoco.

-El mismo. ¿Os puedo hacer una pregunta? -dijo serio. Los dos hombres asintieron.- ¿Cómo las podéis aguantar? -Damien y Andrew se rieron y de repente las primas se colgaron del cuello de Ronald, pero no para abrazarlo.

-Ron... -le dijo Elle.

-Hola, cariño. -dijo su hermana.- ¿Recuerdas lo que te dije por teléfono en París?

-No exactamente. Solo recuerdo que estabas un poco irritada... -dijo Ronald temiendo por su vida.

-¿Irritada? Eso me parece poco a como estaba.

-¿Qué pasó? -dijo Renee en tono cansino al ver a sus hijos peleándose.

-Tu hijo encargó dos hoteles con cama de matrimonio, nos dio mal la dirección del hotel de París y nos llamó de madrugada. -informó Alexis.

-Esta te la ganaste, amigo. -le dijo Darren a su hijo.- Hola, chicos. -le dijo a su yerno y Damien.- Darren Stuart, padre de Alexis.

-Andrew Thomson, novio de Alexis.

-Damien Richerd, novio de Elle.

Los tres se dieron la mano y Eddy entró en acción.

-¿De dónde sois?

-Boston.

-Nueva York.

-¿Las conocisteis allí?

-No, en Kea.

-Yo en Londres.

-Vaya, y yo no había oído vuestros nombres hasta que empezasteis a viajar con ellas. -se quejó Heather.

-Yo no los había oído hasta ayer. -añadió Renee, provocando la risa de todos.

-¿Por qué no nos dejamos de tonterías y nos vamos a casa? -dijo Alexis.

-Si, vamos. -la apoyó su padre que la ayudó con las maletas.

Cada familia se subió a un coche y emprendieron destinos distintos. La familia de Elle se dirigieron al piso que tenían en el centro de Wilmington, mientras que Alexis y su familia a las afueras, en una casa bastante grande. Las situaciones en los coches eran totalmente distintas. En el coche de Eddy:

-Bueno, Damien, ¿tú que piensas hacer de tu vida en Wilmington? -preguntó Eddy, su hija revoleó los ojos.

-Eh... no sé, había pensado en buscar una universidad y hacer el examen de ingreso para el siguiente cuatrimestre.

-¿Pero es tan serio como para quedarte aquí? -preguntó sorprendido.

Papá! -se quejó Elle.

-Sólo le pregunto. Porque nosotros no somos un hotel.

-No le hagas caso, te puedes quedar el tiempo que quieras. -dijo Heather.

Mientras en el coche de Alexis, Andrew hablaba con Ronald.

-Entonces, tú también juegas al baloncesto. -dijo sorprendido Andrew. Ronald asintió.

-Pero soy mejor jugador que mi hermana.

Ya estamos! -se quejó Alexis.- Eso lo dices porque tú no te viste jugar.

-Y tú tampoco te viste jugar a ti misma. -se quejó Ronald.

-Papá, ¿quién de los dos juega mejor? -le preguntó Alexis a Darren.

-Echaba de menos las discusiones entre hermanos... -dijo Darren. Andrew se rió y Renee se giró.

Queréis dejar de discutir! -les gritó a sus hijos.

-Si... -recitaron los hermanos al mismo tiempo.

-Tienes suerte que hoy están tranquilos, Andrew. -dijo Darren.- Espera a que empiece a discutir también Renee.

Oye! -su mujer le golpeó en el brazo.

Llegaron a casa y los perros de Alexis llegaron para saludarla. Ella los acarició un poco, pero después ya los mandó irse. Podría decirse que no amaba a sus perros.

Que me dejes ya, Tobby! -su perro más grande también era el más pesado.

-No le hables así al perro. -le dijo su hermano.

-Tú dejame también. -le gritó sacando las maletas del maletero del coche de su padre.

Subieron a la primera planta y le enseñó la casa. Tenía una cocina bastante grande, un salón, un baño y las escaleras hacia el piso superior. Allí estaban las habitaciones. Primero la habitación de Renee y Darren, después la de Alexis y al final la de Ronald. Darren y Renee tenían un baño propio mientras que Alexis y Ronald compartían baño desde pequeños. Después aun había otro piso donde estaba el altillo, con una especie de escritorio vacío, una televisión con la Wii, una mesa de pin-pong y los juguetes de los hermanos cuando eran pequeños.

Pero antes de que Alexis y su familia llegara a casa, llegaron Elle y compañía. Aparcaron en la calle, y anduvieron con las maletas unos cincuenta metros antes de que Heather abriera la puerta con la llave. Montaron en ascensor por turnos, primero Heather, Damien y Elle y después Ian y Eddy. Entraron y la primera habitación que le enseñaron a Damien fue el salón, después la cocina, el baño más grande, la habitación de Ian, la habitación de Heather y Edward, el baño más pequeño y, por último la habitación de Elle. Cuando Damien iba a entrar detrás de Elle, Edward lo paró.

-Damien, tú duermes con Ian. Ahora te hacemos la cama en el suelo. -la cara de Damien fue un poema, hasta que Heather le pegó a su marido en el brazo.

-Era broma, hijo. -dijo ella entrando en la cocina.

-Yo creo que tu padre lo decía en serio. -dijo Damien cuando estuvieron solos y con la puerta cerrada. Elle se colgó de su cuello.

-Mi padre es un bromista.


Se estaban besando cuando Ian entró reclamando la promesa de una partida a la Wii con su hermana.

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