-El
vuelo 4785C, con procedencia de Nueva York acaba de efectuar su
aterrizaje. -anunció una voz femenina por los altavoces del
aeropuerto. Heather, Renee, Darren, Eddy, Ian y Ron estaban esperando
por sus familiares en la zona de llegadas.
-¿Donde
estarán? -preguntó Heather poniéndose de puntillas para mirar por
encima de las cabezas que no le dejaban ver el pasillo por donde
llegaría su hija.
-Tranquila,
ya llegarán. -dijo tranquilizador Darren.
-Seguro
que tu hija está más delgada. -dijo Renee, segura de que Alexis iba
a estar mucho más delgada.
-No
veo nada, Ron. -dijo Ian, desde los hombros de su primo.- ¡Ay si!
¡Ahí vienen! -gritó señalándolas y saludándolas con la mano.
Alexis
y Elle al ver esto sintieron que sus piernas se bloqueaban.
-Creo
que era mejor hacer algún viaje más... -dijo Alexis.
-Si,
nos faltó Egipto, Amsterdam...
-Queréis
andar, por favor. -pidió Damien.
Se
acercaron y en menos que canta un gallo sus padres ya las estaban
abrazando. Ron, en cambio se acercó a los nuevos.
-¿Y
vosotros quiénes sois? -les preguntó a Damien y a Andrew.
-Yo
el novio de Alexis y él el de Elle. -le contestó Andrew.- Tú debes
ser Ronald Stuart, si no me equivoco.
-El
mismo. ¿Os puedo hacer una pregunta? -dijo serio. Los dos hombres
asintieron.- ¿Cómo las podéis aguantar? -Damien y Andrew se rieron
y de repente las primas se colgaron del cuello de Ronald, pero no
para abrazarlo.
-Ron...
-le dijo Elle.
-Hola,
cariño. -dijo su hermana.- ¿Recuerdas lo que te dije por teléfono
en París?
-No
exactamente. Solo recuerdo que estabas un poco irritada... -dijo
Ronald temiendo por su vida.
-¿Irritada?
Eso me parece poco a como estaba.
-¿Qué
pasó? -dijo Renee en tono cansino al ver a sus hijos peleándose.
-Tu
hijo encargó dos hoteles con cama de matrimonio, nos dio mal la
dirección del hotel de París y nos llamó de madrugada. -informó
Alexis.
-Esta
te la ganaste, amigo. -le dijo Darren a su hijo.- Hola, chicos. -le
dijo a su yerno y Damien.- Darren Stuart, padre de Alexis.
-Andrew
Thomson, novio de Alexis.
-Damien
Richerd, novio de Elle.
Los
tres se dieron la mano y Eddy entró en acción.
-¿De
dónde sois?
-Boston.
-Nueva
York.
-¿Las
conocisteis allí?
-No,
en Kea.
-Yo
en Londres.
-Vaya,
y yo no había oído vuestros nombres hasta que empezasteis a viajar
con ellas. -se quejó Heather.
-Yo
no los había oído hasta ayer. -añadió Renee, provocando la risa
de todos.
-¿Por
qué no nos dejamos de tonterías y nos vamos a casa? -dijo Alexis.
-Si,
vamos. -la apoyó su padre que la ayudó con las maletas.
Cada
familia se subió a un coche y emprendieron destinos distintos. La
familia de Elle se dirigieron al piso que tenían en el centro de
Wilmington, mientras que Alexis y su familia a las afueras, en una
casa bastante grande. Las situaciones en los coches eran totalmente
distintas. En el coche de Eddy:
-Bueno,
Damien, ¿tú que piensas hacer de tu vida en Wilmington? -preguntó
Eddy, su hija revoleó los ojos.
-Eh...
no sé, había pensado en buscar una universidad y hacer el examen de
ingreso para el siguiente cuatrimestre.
-¿Pero
es tan serio como para quedarte aquí? -preguntó sorprendido.
-¡Papá!
-se quejó Elle.
-Sólo
le pregunto. Porque nosotros no somos un hotel.
-No
le hagas caso, te puedes quedar el tiempo que quieras. -dijo Heather.
Mientras
en el coche de Alexis, Andrew hablaba con Ronald.
-Entonces,
tú también juegas al baloncesto. -dijo sorprendido Andrew. Ronald
asintió.
-Pero
soy mejor jugador que mi hermana.
-¡Ya
estamos! -se quejó Alexis.- Eso lo dices porque tú no te viste
jugar.
-Y
tú tampoco te viste jugar a ti misma. -se quejó Ronald.
-Papá,
¿quién de los dos juega mejor? -le preguntó Alexis a Darren.
-Echaba
de menos las discusiones entre hermanos... -dijo Darren. Andrew se
rió y Renee se giró.
-¡Queréis
dejar de discutir! -les gritó a sus hijos.
-Si...
-recitaron los hermanos al mismo tiempo.
-Tienes
suerte que hoy están tranquilos, Andrew. -dijo Darren.- Espera a que
empiece a discutir también Renee.
-¡Oye!
-su mujer le golpeó en el brazo.
Llegaron
a casa y los perros de Alexis llegaron para saludarla. Ella los
acarició un poco, pero después ya los mandó irse. Podría decirse
que no amaba a sus perros.
-¡Que
me dejes ya, Tobby! -su perro más grande también era el más
pesado.
-No
le hables así al perro. -le dijo su hermano.
-Tú
dejame también. -le gritó sacando las maletas del maletero del
coche de su padre.
Subieron
a la primera planta y le enseñó la casa. Tenía una cocina bastante
grande, un salón, un baño y las escaleras hacia el piso superior.
Allí estaban las habitaciones. Primero la habitación de Renee y
Darren, después la de Alexis y al final la de Ronald. Darren y Renee
tenían un baño propio mientras que Alexis y Ronald compartían baño
desde pequeños. Después aun había otro piso donde estaba el
altillo, con una especie de escritorio vacío, una televisión con la
Wii, una mesa de pin-pong y los juguetes de los hermanos cuando eran
pequeños.
Pero
antes de que Alexis y su familia llegara a casa, llegaron Elle y
compañía. Aparcaron en la calle, y anduvieron con las maletas unos
cincuenta metros antes de que Heather abriera la puerta con la llave.
Montaron en ascensor por turnos, primero Heather, Damien y Elle y
después Ian y Eddy. Entraron y la primera habitación que le
enseñaron a Damien fue el salón, después la cocina, el baño más
grande, la habitación de Ian, la habitación de Heather y Edward, el
baño más pequeño y, por último la habitación de Elle. Cuando
Damien iba a entrar detrás de Elle, Edward lo paró.
-Damien,
tú duermes con Ian. Ahora te hacemos la cama en el suelo. -la cara
de Damien fue un poema, hasta que Heather le pegó a su marido en el
brazo.
-Era
broma, hijo. -dijo ella entrando en la cocina.
-Yo
creo que tu padre lo decía en serio. -dijo Damien cuando estuvieron
solos y con la puerta cerrada. Elle se colgó de su cuello.
-Mi
padre es un bromista.
Se
estaban besando cuando Ian entró reclamando la promesa de una
partida a la Wii con su hermana.
auu que linda las parejas jajaj
ResponderEliminarMás!!!!
Más Novee!!!!!
ResponderEliminarmmaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!!
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