TRES-Berlín.

Barcelona fue genial, pero ahora ya viajaban hacia Alemania y su capital. Volaban una al lado de la otra y una mujer de unos treinta años a su lado. Elle se encerró en su música y Alex durmió todo el viaje. En el aterrizaje hubo unas pequeñas turbulencias, pero ninguna de las dos primas les tenía miedo a ellas. Es más, a Alex le encantaban las turbulencias. Tenía la estúpida idea de que era como un parque de atracciones. En el aeropuerto hicimos lo de siempre: recoger las maletas, llamar a un taxi e ir al hotel. Esta vez compartirían habitación, una habitación doble. Pero ninguna de las dos se esperaba lo que vieron al llegar al hotel.

-¿Una sola cama? -dijeron a la vez. El botones dejó sus maletas en la puerta y se fue.

-¿Estarán de broma no?

-Me parece que no... -dijo Elle. Las primas se miraron y cerraron sus puños.

-Piedra, papel, tijera. -cantaron a la vez. Elle: tijeras. Alex: papel.

-¿Mejor de tres? -preguntó Alex, pero ya era tarde. Elle se había apropiado de la cama.

-Ellie, vámonos. -dijo Alex después de una hora en el hotel.

-¿Ya? -preguntó ella. Alex le lanzó un cojín y las dos salieron del hotel riendo.

-¿A donde vamos primero? -preguntó Alex.

-Al jardín botánico. -dijo sacando un mapa.

-¿Sabes leerlo o le tengo que preguntar a alguien?

-¡Que graciosa! -se quejó su prima. Finalmente, Alexis le preguntó a una pareja que se encontraron.-Es la última vez... -dijo Elle.

-Seguro... -rió Alex.

Ese mismo visitaron también Tiergarten, el principal parque de Berlín. Volvieron al hotel exhaustas de tanto caminar y Elle dejó que Alex se tumbara en su cama mientras veía la televisión y ella aprendía algo básico de Alemán.

-Guten tag! -exclamó Elle.- Tu también deberías aprender algo de alemán.

-Yo ya se decir autobús. -dijo cambiando de canales.

-A ver... Sorpréndeme. -dijo su prima mirándola.

-Suban, empujen, estrujen, bajen. -dijo rápido y seguido. Elle suspiró y Alex se rió.- ¡Aquí todo está en Alemán! -se quejó cuando ya había revisado todos los canales dos veces.

-¿En que esperabas que estuviera?

-A lo mejor alguno estaba en inglés... -dijo apagando la televisión.

-Bueno, yo voy a dormir.. -dijo Elle mirándola.

-Vale. -Alex sacó de su maleta una revista mientras Elle esperaba que bajase de su cama.

-¡Alex! -se quejó su prima.

-¿Que?

-Que te bajes de mi cama.

-Vamos... ¿No dirás en serio que tengo que dormir en el suelo? -Elle asintió y Alex bufó antes de irse a su cama, el suelo.- Te odio. -dijo antes de dormir.

-¡Alex en media hora desayunando! -dijo Elle antes de salir de su habitación dejando a su prima todavía dormida en el suelo del hotel. Ella bajó las escaleras tranquila, pero cuando iba a entrar en el comedor se tropezó con un hombre.- Eh... -buscó en su diccionario la manera de disculparse pero se rindió antes de encontrarlo.- ¿Sorry? -el hombre rió y la ayudó a levantarse. Cuando se estaba yendo Elle se quedó mirando su bonito culo. Debía de tener su edad y no estaba mal. Entonces Alex llegó hasta su lado.

-¿Que miras primita? -preguntó siguiendo la mirada de su prima. Cuando encontró lo que llamaba la atención de Elle abrió la boca sorprendida.- ¡Que culo! -gritó.

-¡No grites! -se quejó Elle.

-Si aquí nadie me entiende, Ellie.

-Vamos a desayunar, anda... -dijo tirando del brazo de su prima para que ésta volviera en si.

Desayunaron, se lavaron los dientes, cogieron sus cosas y salieron a visitar Berlín. La Puerta de Brandeburgo, Reichstag, Siegessäule, Potsdamer Platz y el Memorial del Holocausto en tan solo cuatro días. Tan solo quedaba otro día más y tendrían que seguir con su camino.

Elle, como todas las mañanas, bajó a desayunar antes que Alex. Estaba leyendo el mapa de los lugares que visitarían ese día cuando alguien la interrumpió.

-¿Perdón? -le preguntó aquel joven con el que se chocó el segundo día.

-¿Si?

-Sólo quería decirte que lo del otro día... Lo de la caída ¿te acuerdas? -Elle asintió.- Que no fue nada.

-Ahh... si.

-Y que me alegro de que hables mi idioma, sino sería un poco imcómodo. -dijo soltando una risita.- ¿Estás con la otra chica no? ¿La de rizos?

-Si. -después rectificó.- Estoy con ella de viaje, no con ella, con ella. -dijo algo nerviosa.- Es mi prima. -después rió y el la acompañó.

-¿Y cuando dejáis Berlín? -volvió a preguntar el.

-Eh... -tartamudeó antes de contestar.- Mañana nos vamos.

-Hola. -dijo Alex sentándose al lado de su prima. Al darse cuenta con quien estaba ella también tartamudeó.- Hola...

-Bueno, pues disfrutad vuestro último día. -dijo sonriente antes de irse. Cuando ya no estaba Elle susurró.

-¿Como te llamas?

-Alexis Stuart, encantada. -las dos imaginaban la continuación de la conversación con aquel hombre. Cuando se dieron cuenta de lo que acababa de pasar, se miraron y se rieron de si mismas.

Esa misma noche en el hotel, después de visitar el Muro de Berlín,Unter den Linden (principal bulevar) y algún museo, decidieron dar señales de vida a su familia y a sus amigos. Alex llamó a su familia mientras Elle se estaba duchando y después conecto vía internet con sus amigos. Elle mientras hablaba con su padre.

-Ellie, saluda a los chicos. -pidió Alex. Elle saludó con la mano hacia la cámara web mientras hablaba con Eddy, su padre.

-¿Estás comiendo bien? -preguntó Oliver.

-Por favor, ya tuve esta conversación con mi madre. -se quejó ella. Todos sus amigos desde la otra parte de la pantalla rieron.

-Te echo de menos. Siempre estoy sola entre tantos chicos. -se quejó Suzanne.

-No te preocupes, Sue. En menos que canta un gallo ya estoy molestando otra vez. -dijo Alex.

-Nosotros también te echamos de menos. Sue está insoportable sin ti. -dijo Joey.

-Me alegra saber que solo me queréis para eso, chicos. -rió Alex.

-Si, papá. Esto es genial.

-¿Entonces fue mejor regalo de todos? -preguntó desde el otro lado del teléfono.

-Sin duda alguna.

-Me alegra que os haya gustado la idea de Ron.

-Papá, ¿cual es nuestro siguiente destino? -preguntó Elle, ya que su padre y su tío estaban organizando el viaje desde casa y ellas no sabían nada al respecto.

-El siguiente destino es... -imitó a un presentador de televisión e hizo redobles con las manos.- Londres.