El sábado por la mañana sonó el timbre de la casa de los Evans y
Noel corrió a abrir la puerta. Del otro lado estaba Mónica.
-Mónica, pasa. -dijo asombrado.- Ahora llamo a Ryan.
-Gracias, Noel. -dijo Mónica sentándose en el sillón del salón.
Adam Evans salía a trabajar cuando la vio sentada en su salón.
-Hola Mónica. -dijo acercándose a ella.
-Hola, señor Evans.
-Llámame Adam, por favor. -este gesto llamó la atención de Mónica,
pero le sonrió igual.
-Vale.
-¡Mónica! -dijo Ryan cuando la vio mientras bajaba las escaleras de
su casa. La abrazó y después se dirigió a su padre.- ¿Ya te vas?
-Si, hasta luego hijo. -le dio un beso, lo cual sorprendió tanto a
Noel, que desayunaba en la cocina y podía ver la escena, como a Ryan
y a Mónica.- ¿Cenamos juntos esta noche?
-Si, como todas las noches, papá. -dijo Ryan con tono de sorpresa.
-Pero esta noche os llevo a cenar a algún lugar especial. Traed a
vuestras chicas. -dijo mirando a Mónica. Cuando salió y cerró la
puerta, los tres se reunieron en la cocina.
-Olvidaros de que valla. Tu padre me odia. -dijo Mónica.
-Está raro. -dijo Ryan.
-¿No se habrá enamorado de la Señorita Blunt? -dijo Noel, deseando
que fuera mentira.
-Espero que no. -pidió Ryan. Después miró a Mónica.- Por cierto,
hola. -se acercó y le dio un beso.
-¿Os importa? Estoy desayunando. -se quejó Noel. El timbre volvió
a sonar y Ryan abrió.
-¡Abigail! -dijo cuando abrió la puerta. Noel se atragantó y su
hermano se rió de él.
-¿Me acabas de llamar Abigail? -le preguntó William entrando en
casa de los mellizos.
-¡Imbécil! -le gritó Noel a su hermano tirando una naranja que fue
a para justo en su cabeza.- Que susto me diste...
-Vamos, vístete. -le dijo William.
-¿A donde vamos? -preguntó Noel, que no le gustaba que lo apuraran
para nada.
-A las pistas de las vías del viejo tren.
-Vale.
Noel se cambió y dejó solos a Ryan y a Mónica en su casa. Caminó
botando su balón de baloncesto en compañía de William hasta que
llegaron a la pista de las vías del viejo tren. Ningún tren viejaba
ya por allí, por eso era agradable jugar en esa zona. Jugaron un par
de partidos entre ellos y después se limitaron a mejorar su tiro a
canasta.
-¿Aquella es Cassandra? -preguntó Noel, señalando a una pareja a
lo lejos. William achinó los ojos.
-Si, lo es. ¿Quién la acompaña?
-No lo se. Ah... -dijo después de acercarse un poco a escondidas
entre los árboles.- Ya se quien es, viene conmigo a clase de
Química. ¿Cómo se llama? -se preguntó a si mismo.- Jared, pero no
me acuerdo de su apellido.
-Que raro Cassandra no nos contó nada sobre ningún chico.
-¿Brianna te contó algo de ella? -le preguntó Noel.
-No.
-¿Los interrumpimos y nos presentamos? -dijo Noel con una sonrisa
malvada. William asintió. De repente los dos salieron de su
escondite y empezaron a caminar hacia ellos.- ¡Cassandra! -gritó
Noel saludándola. Cassandra fingió una sonrisa y los saludó.
-¿Cómo estás, Cassie? -le preguntó William cuando estuvieron a su
lado, después de darle un beso cada uno.
-Bien. ¿Vosotros? ¿Qué hacéis aquí?
-Venimos a jugar un rato. ¿Tú? -dijo Noel. Cassandra quiso matarlo
en ese mismo instante pero le sonrió.
-Él es Jared Jonh. -dijo presentando a su compañero.- Ellos son...
-Lo se. William Morgan y Noel Evans. Sois las estrellas del equipo de
baloncesto todos os conocen. En realidad, somos rivales. Soy jugador
del equipo de football.
-¿Rivales? Hombre... No nos llevamos muy bien, porque somos
claramente mejores, pero tampoco somos rivales. Los dos equipos somos
Cazadores de Duendes. -el mote que habían utilizado para el concurso
de culos de las chicas se había extendido por el instituto y ahora
se hacían llamar así todos los equipos del instituto. Cassie se
tapó la cara con la mano izquierda.
-Bueno, hablamos por la noche Cassie. -dijo Jared. Se acercó a darle
un beso, pero como se dio cuenta de que sus amigos no separaban los
ojos de él, le dio uno en la mejilla, cerca de los labios.
-Hasta luego... -dijo Cassie. Se quedó mirando como se iba, cuando
ya no lo pudo ver más miró a sus amigos con ganas de querer
matarlos.- Os odio...
-Tampoco fue para tanto... -dijo riendo William.
-Si, oye. Cuando empecé a salir con Abigail sus hermanos mayores me
amenazaron, su mejor amiga me amenazó, su padre me amenazó. Y la
dejé de todos modos. -dijo Noel. Cassandra le golpeó el brazo.
-Además, no lo amenazamos. -añadió Will.
-No... -dijo con sarcasmo.- No nos llevamos muy bien, porque somos
claramente mejores, pero tampoco somos rivales. -dijo mirando
profundamente a Will.
-No te lo tomes mal, Cassie. Es nuestro deber. Además, ¿por qué
sales con un futbolista? -dijo Noel, pasando su brazo por los hombros
de su amiga.
-Porque es guapo, simpático, gracioso, romántico...
-Vale, no sigas. -pidió William. Noel miró su reloj.
-Chicos, me tengo que ir. Mi padre quiere cenar con nosotros hoy. Nos
vemos mañana, chicos. -gritó antes de salir corriendo hacia su casa
para ducharse e irse con su padre y su hermano. Cuando llegó a su
casa, Mónica y Ryan seguían en el sillón, haciéndose mimos. Subió
a su cuarto y después se fue a duchar. Cuando bajó las escaleras,
ya listo para cenar con su padre y su hermano, vio a su padre
invitando otra vez a Mónica.
-Venga, Mónica. Será divertido. ¿No te negarás a cenar con tu
suegro, tu cuñado y tu novio, no? -insistió después de decir que
no por tercera vez. Los hermanos se miraron, y Ryan le susurró a su
hermano.
-¿Quién es ese hombre y dónde está mi padre?

Ja ja! Me encanta más!
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