martes, 24 de septiembre de 2013

Secreto descubierto.




Después de dos meses más habían pasado muchas cosas. Las tardes enteras entrenando o estudiando, el cumpleaños de William y Eric y sus respectivas fiestas, San Valentín... Todo estaba más que bien, hasta esa mañana. La tercera clase de esa mañana de martes era Química para Brianna y Ryan, que eran compañeros de laboratorio.

-Ryan no eches eso. -le dijo Brianna tapando la boca del tubo de ensayos.

-¿Por qué no? Mira, Mona y Mery lo van echar. -dijo Ryan señalando a las dos chicas, que cuando lo echaron su mezcla empezó a burbujear y a erupcionar, tanto que tuvieron que correr para no mancharse.

-Por eso. -dijo medio riendo Brianna ante la cara de sorpresa de su compañero.

-Está bien, tú mandas.

Riendo ambos terminaron la práctica, con un 9,25 de nota. En cambio, Mona y Mery suspendieron la práctica por su pequeño error. Después de esa clase tenían un descanso de quince minutos. Y los chicos aprovecharon para salir un poco al patio y sentarse en una mesa redonda. Todavía hacía mucho frío y el sol no brillaba esa mañana por culpa de las nubes. Ryan se levantó para hablar con Mónica, ya que práticamente ya estaban juntos, solo quedaba que uno de los dos se decidiera. Y esa iba a ser Mónica.

-¿Esta tarde estás libre? -le preguntó Mónica.

-Si, Goldman nos dio la tarde libre.

-El baloncesto os tiene atrapados últimamente.

-Si, es importante estar preparados porque la semana que viene empezamos a competir en liga nacional.

-Me alegro mucho, os lo merecíais.

-Gracias. ¿Por qué querías saber si hoy iba a estar libre? -preguntó Ryan.

-Porque me gustaría quedar contigo para hablar...

-¿Hablar de qué? -cuando Mónica iba a contestar Carl se interpuso entre ellos y le habló a Ryan.

-Mañana por la tarde nos gustaría hablar con Goldman sobre...

-Carlos, estaba hablando con Mónica. ¿Puedes esperar unos minutos?

-No, es sobre el equipo.

-Lo se, pero yo estaba hablando con ella. Espera cinco minutos.

-¡Es más importante, Ryan! -los gritos hicieron que la gente empezara a acercarse. Por eso, los amigos de Ryan, tuvieron que empujar para llegar hasta él.- ¿Desde cuando una chica es más importante que el baloncesto para ti? Estás irreconocible.

-Te dije que te apartes, Carl. -Noel se acercó a su hermano y lo agarró por el brazo.

-Déjalo, Ryan. -le pidió Brianna.

-No te metas. -le dijo Mery. Ella miró al otro lado del círculo y allí estaba Mery, mandándole callar.

-Mery... -dijo William, pero su amiga no le escuchó.

-Creo que tienes bastante con tus problemas familiares. -dijo Mery señalándola.

-¿Qué quieres decir con eso? -le preguntó Charles Gray, que también estaba observando la pelea.

-¿Nadie lo sabe, Brianna?

-Por favor, Mery... -le pidió Brianna.

-¡Los padres de Brianna no viven con ella! ¡Ella vive sola! Sus padres la abandonaron. ¿No es así, Brianna? -gritó Mery. Brianna apretó los labios para evitar las lágrimas. Y entonces Kayla agarró del pelo a Mery. Y una pelea empezó. Hasta que el profesor de Literatura interrumpió y separó a los alumnos. Cuando esto pasó, Brianna ya no estaba allí.

-¿Dónde está Brianna? -preguntó Cassandra.

-Se fue... -dijo Eric, intuyendo lo que su amiga hizo.

-Estarás contenta ¿no? -le dijo Kayla a Mery.

-Te pasaste, Mery. -dijo Alice Parker. Todos los que conocían miraron mal a Mery, la cual cogió sus cosas y también se fue. El timbre sonó y tuvieron que volver a sus respectivas clases. William cogió sus cosas y las llaves del coche para irse cuando Cassandra le agarró del brazo.

-¿Qué vas a hacer? -le preguntó.

-Voy a buscarla.

-No te preocupes, volverá a clase ahora. -dijo Cassandra. William fue a clase, que compartía con Brianna, Kayla y Cassandra. Se sentó en su habitual, delante de Kayla y Cassandra y al lado de Brianna, pero ella no apareció. Kayla se acercó a él y le susurró en el oído.

-Tranquilo.

A la hora de comer los seis se volvieron a sentar en su sitio habitual. Pero Brianna siguió sin aparecer. Comieron en silencio, los que comieron, William, Ryan y Kayla ni siquiera tenían hambre. Entonces, Mery se acercó a su mesa.

-Chicos. -todos la miraron con no buena cara.- ¿Dónde está Brianna? -Eric soltó una risa sarcástica.

-¿Crees que si lo supiéramos te lo diríamos?

-Yo no quise...

-¿No quisiste qué? -interrumpió Cassandra.

-No pensé que era tan importante para ella. -se disculpó Mery.

-Pues piensa un poco más la próxima vez. -dijo Kayla antes de coger su bolso y levantarse. Los demás la siguieron y salieron a las escaleras principales, se sentaron y esperaron a que el timbre volviera a sonar y tuvieran que volver a clase. Cuando iban a entrar Mónica apareció.

-¿Podemos hablar, Ryan? -él miró a sus amigos y entendió que no era el momento.

-Ahora no, Monica. Por la noche te llamo. -le besó la frente y entró a clase acompañado por el resto.

Las clases de por la tarde pasaron sin que Brianna apareciera. Por eso, cuando William llegó a su casa se fue directo a la casa de su novia. Tocó el timbre varias veces pero nadie le abrió, cuando se dio la vuelta vio a su novia llegar sobre patines. Se acercó corriendo a ella, pero ella tenía la intención de pasar por su lado sin ni siquiera mirarlo. Pero William le agarró del brazo e hizo que la mirara.

-¿Cómo estás? -le preguntó, ella se sacó los auriculares y lo miró.

-Bien.

-Brianna no me mientas. Se que no estás bien. -mientras hablaban ella miraba al suelo.- ¿Qué te pasa?

-¿Qué que me pasa? -ahora si que iba a estallar.- Me pasa que confío en una persona para contarle un secreto y esa persona se la cuenta a su mejor amiga. Después la mejor amiga de éste me humilla delante de todo el instituto. ¿Necesitas que me pase algo más? Ah.. Sí, que la persona en la que confié es mi novio. Listo, peor no me podía haber ido.

-Para, ¿piensas que yo se lo dije a Mery? Brianna yo no se lo dije a nadie.

-¿Y cómo se enteró? ¿Lo puedes explicar? -él se acercó a ella y puso sus manos en sus mejillas.- Te juro que yo no...

-No jures, William. Ya está. -separó las manos de su novio de su cara.

-¿Qué quieres decir con ya está?

-Se acabó, Will. -siguió patinando hasta su casa y entró en ella, dejando a William totalmente desconcertado en el medio de la calle.

William volvió a su casa y se encerró en su habitación. Mientras que Brianna subió al altillo, abrió la ventana que daba al tejado y se sentó allí.

Después de cenar Cassandra, se sentía mal por no saber donde estaba su amiga. Le dijo a su madre que iría a dormir a casa de Brianna, cogió el abrigo y abrió la puerta. Allí, a punto de timbrar estaba Kayla.

-Venía a decirte si me acompañas a ver a Brianna. -de dijo Kayla.

-Yo iba a ver a Brianna. -soltaron una risita y se encaminaron a casa de su amiga. Caminaron con las mano en sus bolsillos y totalmente calladas. Cuando llegaron a casa de Brianna, la vieron en el tejado, abrazada a sus piernas y con la cabeza apoyada en las rodillas. No hicieron falta palabras, se miraron y entraron en casa de su amiga. Subieron al altillo y buscaron la ventana por la que Brianna salió, cuando la encontraron la abrieron y salieron por ella, colocándose una a cada lado de Brianna.

-William se lo contó. -dijo Brianna sin mirarlas.

-¿Él te lo dijo? -le preguntó Kayla.

-No, él lo niega. Pero no le creo. -levantó la mirada y miró a la casa de al lado, la casa de William.

-Brianna, a lo mejor... -dijo Cassandra.

-Se lo tuvo que contar él. O se lo contó él, o vosotras. -miró a sus amigas y ambas negaron.- Sois los únicos que lo sabíais. Ahora lo sabe todo el instituto. -se hizo un silencio. Kayla y Cassandra no sabían que decir y Brianna lo había dicho todo.- Hace dos horas que quiero entrar, pero la ventana se cerró por el viento y no la puedo abrir desde aquí.

-Vamos.. -dijo Kayla.

Primero entraron Cassandra y Kayla y las dos ayudaron a Brianna a entrar en su habitación. En cuando ambas la abrazaron ella empezó a llorar. Cassandra y Kayla la acompañaron a la cama y esperaron a que se durmiera. Cuando lo hizo recogieron sus cosas y Kayla le escribió una nota.

Miss movin' on, de Fifth Harmony. Escúchalas, son buenas.”

Salieron de su casa y William estaba en la puerta.

-Estaba esperando a que salierais. -confesó él, levantándose del suelo.- ¿Cómo está?

-Muy mal. -contestó Cassandra.

-Os juro que yo no se lo dije. -dijo William.

-Te creemos, Will. -confesó Kayla.

-Pero ella no lo va a creer hasta que sepamos la verdad. -añadió Cassandra.

-Gracias por creerme. ¿Os llevo a casa? Es tarde y hace frío.


-Si, por favor.  

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