domingo, 15 de septiembre de 2013

Navidad




Los primeros días de las vacaciones fueron geniales, la nieve, el frío el ambiente navideño... Los habitantes de Bugle iban al centro de Bugle donde las tiendas estaban llenas de gente comprando regalos y adornos. Los padres de Brianna le mandaron los regalos de Navidad antes de tiempo, pero ella ni siquiera los abrió, los dejó debajo de árbol sin más. Esa noche era veinticuatro de diciembre, y todas las familias se reúnen a la hora de la cena.

-Papá, ¿quién viene a cenar hoy? -preguntó Noel, mientras limpiaba el comedor con su hermano y su padre.

-Viene tu tío Danniel, su mujer Loreen y tu prima Ariadne. -explicó Adam.

-¿Ariadne? -los dos hermanos se miraron y se rieron.

-No os riáis de vuestra prima. -les dijo su padre.

-Papá, hace tres años que no la vemos. -dijo Ryan.- Pero seguro que sigue igual.

La pobre Ariadne siempre fue humillada por sus primos. Ella es gorda, con brakets, con espinillas, con gafas redondas y solo tenía una amiga. Sus primos solían reírse de ella y hacerle pasar un mal rato siempre que se veían. Loreen, la madre de Ariadne, harta de esta situación decidió no volver a dejar que su hija viera a los mellizos. Pero algo había cambiado ese año.

-¿A que hora llegarán? -preguntó Noel.

-Ya deberían estar aquí. -dijo Adam mirando el reloj. En ese mismo instante el timbre sonó.

-¡Yo abro! -dijo Ryan riendo y corriendo para abrir la puerta. Cuando la abrió su mandíbula se abrió a velocidad de Superman.- Hola... -tartamudeó.- ¿Quién eres?

-Hola, primito. ¿No te acuerdas de mi? -dijo Ariadne antes de darle dos besos. Sus tíos aparecieron detrás de ella.

-¡Ryan! Cuanto has crecido. -le dijo su tío. La pareja entró a saludar a Adam, pero Ariadne se quedó allí, mirando al niño que tanto la había humillado. Noel, como su hermano tardaba tanto, decidió ir a mirar que pasaba y entonces se encontró con su prima, totalmente cambiada.

-Hola, ¿Noel, no? -dijo Ariadne, le dio dos besos y los mellizos se quedaron mirando a su prima.- ¿No me vais a invitar a pasar?

-¡Ariadne! ¡Cuanto tiempo! -exclamó Adam.- Pasa, cariño.

Ariadne entró en la casa dejando a los mellizos en la puerta de su casa totalmente en estado de shock. Ariadne había abandonado los brakets, había adelgazado como quince quilos, su cutis estaba más terso que nunca -sin rastro de las espinillas que tuvo anteriormente- y había cambiado sus gafas redondas por unas gafas de pastas, negras y cuadradas que la favorecían mucho. Por no hablar de su cambio de estilo. Su pelo ahora era rubio, con flequillo recto sobre la frente y unas ondas hasta la mitad de la espalda. En cuanto a la ropa, ella lucía unos pantalones bien ajustados, una camiseta que dejaba su hombro izquierdo al descubierto donde se podía ver la tira de su sujetador negro.

-¿Esa era Ariadne? -le preguntó Noel a su hermano.

-Si.

-Es imposible...

En casa de Kayla acababan de llegar su primo Austin y sus padres. Pero no vinieron solos, Jared tenía un amigo español de intercambio y pasaba las Navidades con ellos. Por eso Pablo se presentó en su casa. Kayla estaba hablando con Cassandra por teléfono en su habitación.

-Pablo, ¿no te suena a galán? -le dijo medio riendo.

-Si, ¿por que lo preguntas?

-Porque mi primo trajo a un amigo español que se llama Pablo y es un bombón.

-¿Por que no los traes a patinar al lago con nosotros?

-Que buena idea, Cassie. En una hora en el lago. Yo aviso a Eric y a los Evans.

-Está bien. Yo me encargo de Brianna y William.

Como habían quedado, en una hora todos se presentaron en el lago. Por obligación de su padre, los mellizos se presentaron con su prima en el lago. Se pusieron los patines y las chicas fueron las primeras en ir a patinar.

-¿Quién es esa? -preguntó Cassandra. Brianna se elevó de hombros y miró a Ariadne siendo ayudada por Eric a patinar.

-La prima de Noel y Ryan. ¿Y los chicos que vinieron con Kayla?

-Su primo, Austin. Y chico de intercambio español, Pablo. Es guapo.

-La verdad es que es muy guapo. -dijo Brianna. Entonces vio como Kayla se acercaba a ellos y rodeaba al español por la cintura.- Y Kayla lo quiere solo para ella.

-Normal... -las dos amigas rieron.

Después de patinar cada uno volvió a su casa para ayudar en la comida para la cena de Noche Buena, o simplemente esperar a la gran cena familiar. Brianna y William volvían caminando hasta que llegaron a sus casas.

-¿Hoy no viene nadie a pasar la noche contigo? -le preguntó William. Brianna negó y él la abrazó.- Lo siento mucho.

-No importa, estoy acostumbrada. -dijo ella.- Además tengo a Lucy.

-Si puedo, después voy a hacerte una visita.

Se dieron un beso y cada uno se fue a su casa. Brianna a escuchar música en su habitación y William a ayudar a su madre en la cocina.

-¿Brianna se fue con sus padres durante Navidad? -preguntó Karen mirando por la ventana de la cocina hacia la casa de sus vecinos.

-No, está en casa.

-¿Han vuelto Bob y Emily? -preguntó sorprendida de no haberlos visto.

-No, está ella sola.

-¿Sola? ¿Por qué no me lo dijiste antes? -dijo enfadada.- ¿Cómo va a pasar Navidad sola? Vete ahora mismo y dile que se venga a casa. Por lo menos a cenar. -él sonrió, y aun que Karen no entendía porqué, también sonrió.

-Ya vuelvo. -dijo él, cogiendo su abrigo y saliendo rumbo la casa de al lado. Tocó el timbre como siete veces hasta que Brianna le abrió molesta.

-¿Qué te pasa? Vas a romper el timbre. -antes de que acabara de hablar William la estaba abrazando.- ¿Qué pasa?

-Mi madre quiere que pases Navidad con nosotros. -dijo feliz, la cara de ella fue un libro abierto. Estaba tan sorprendida que no pudo evitar abrir la boca.

-¿Cómo voy a... Tu madre está loca, Will.

-Lo sé, -ambos rieron- pero yo también que vengas a mi casa.

-Pero, ¿tus padres saben que estamos juntos?

-No... -dijo él con cierta cara de asco pensando la situación contándole a su madre que Brianna era su novia.- ¿Qué dices? ¿Pasas Navidad con nosotros?

-No, Will... Sería extraño e incómodo...

-Por lo menos ven a cenar hoy a casa... -pidió juntando sus manos y con un puchero en la cara.- Si no vienes mi madre se ofenderá...

-Está bien... -William la abrazó fuerte.

-Vamos... -dijo agarrando su mano y tirando de ella hacia la salida.

-Espera, me arreglo y voy. Te lo prometo...


Él se acercó a darle un beso y cuando él ya estuvo fuera, Brianna se fue a vestir. Necesitaría sus mejores galas para esa noche. Una falda ajustada negra, una camiseta de manga larga blanca con un dibujo marrón en el pecho y una chaqueta de lana granate. Las botas sin tacón y un poco de maquillaje en los ojos. Perfume y listo. Le dio de comer a Lucy, salió de su casa, la cerró con llave y se fue a casa de sus vecinos.

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