Las Navidades llegaron antes de lo imaginado. Las
pasaron en la academia y repletos de torneos, lejos de casa.
Volvieron a jugar contra las Barbies Deportistas y esta vez si
ganaron. Las que más celebraron la victoria fueron Eugenia, Sofía,
Candela e Irina. Saltaron, abrazaron, besaron mejillas...
Pero algo les asustaba a todos la hora de marcharse. Su
último curso terminaría en menos de un mes. Los dos equipos
llegaron a la final, como no, y las finales se disputarían ese mismo
fin de semana. Los éxamenes finales llegaron y la histeria se
apoderó de todos ellos. Finalmente la Nicolás aceptó el
compromiso, y Peter aceptó también sus sentimientos hacia Lali, aun
que ella todavía no lo sabía.
El miércoles era definitivamente el peor día para
todos. Estaba justo en el medio de la semana, debían entrenar y
estudiar al mismo tiempo, lo cual resultaba muy difícil para algunos
de ellos.
-No creo que faltar a clase sea lo mejor... -se quejó
Nicolás.- Ahora tenía clase de Biología.
-Y yo de Historia, Euge y Rochi me echarán de menos...
-dijo Gonzalo ya en susurros.
-Si quieren volver, vuelvan. Pero yo mañana tengo que
rendir Español y necesito estudiar. -dijo Lali observándo la
biblioteca repleta y buscando un sitio para ellos. Al final de todo,
un poco separado del resto de mesas, había una totalmente libre. Se
encaminó hacia ella mientras Gonzalo y Nicolás la seguían.
-Yo tengo que rendir Trigonometría. -dijo Nicolás
dejando caer el gordo libro encima de la mesa.
Los tres se sumieron en los libros de texto de Español,
Trigonometría y Filosofía. Pero no se esperaban que no eran los
únicos que habían faltado a clase.
-Pablo como nos vea alguien te mato. -le dijo Rocío
cuando entraron en la biblioteca. El se giró para mirarla.
-¿Que pasa?
-Que yo nunca falté a ninguna clase.
-Pero necesito tu ayuda en Trigonometría. -les dijo
pasando su brazo por los hombros de ella y hundiendo su mano en la
larga melena rubia.
-El profesor de Historia me va a matar. -suspiró ella.
Pablo le dió un beso en la mejilla y se dispusieron a buscar unos
libros en los largos pasillos de la biblioteca.
-¡Raul callate! -le exijió Peter.
-Este lugar es re aburrido, Peter. -se quejó su amigo,
siguiéndolo.
-¿Preferís ir a estudiar a la academia o, quizás, ir
a clase de Geografía? -le dijo el mirándolo serio. Raul negó
efusivaente y Peter siguió caminando por la biblioteca.
-Pará, ¿esa no es Lali? -dijo Raul frenando a Peter.
Este miró a donde Raul señalaba y la reconoció.
-Si, con Gonza y Nico. -dijo cuando reconoció a sus
compañeros.
-Y allá están Pablo y Rochi. -dijo señalando ahora un
pasillo a la pareja con un libro entre las manos.- ¿Lali faltó a
clase de Geografía? -los tres iban a las mismas materias, más o
menos.
-Eso parece, vamos a sentarnos.
Cuando se dirijían a la mesa de sus compañeros se
toparon con Rocío y Pablo, los cuales también se sentaron en la
enorme mesa que Lali, Nico y Gonza vieron primero.
A la hora de la comida volvieron al instituto y se
sentaron con normalidad en su mesa de siempre.
-¿Donde se metieron hoy? ¡Estuve sola en clase de
Historia! -se quejó Eugenia al ver a sus compañeros de clase.
-Fuímos a estudiar Filosofía. -se escusó Gonzalo.
-Y yo a ayudar a Pablo con Trigonometría. -dijo Rocío
agarrando su comida de hoy.
-¿Por que tenés que ir vos a ayudarlo? ¿No tiene
novia? -se quejó Euge.
-Uno, no tiene novia. Y dos, tu novio también estaba
estudiando y no te vi en la biblioteca. -le dijo la rubia a Eugenia.
Las horas de clase de por la tarde pasaron rápidamente.
Mariana, Peter, Gastón, Daniela, Paco y Raul rindieron Filosofía y
salieron del instituto agotados. Volvieron a la casa y se pusieron a
estudiar mientras el entrenamiento no empezaba. Cuando esto pasó
todos estaban ya en la cancha y listos para darlo todo ese fin de
semana, en la final. Alberto y Mariola hicieron que todos sudaran en
ese entramiento y que apenas tuvieran fuerzas para estudiar toda la
noche. Cuando el entrenamiento acabó, todos corrieron a las duchas
para que tuvieran tiempo para seguir estudiando. Menos Lali que
agarró un balón y salió a la cancha exterior. Se paró en la linea
de 6,75 y miró a la esfera que tenía entre sus manos.
-Si confió, encesto. -pensó el tiro un tiempo más y
lanzó. Efectivamente el balón entró en el aro.
-Buen triple. -dijo una voz a su espalda.
-Sos vos.. -dijo en un suspiro.
-Si, solo me preguntaba si seguías haciendo esto
después de que entrenamiento. -se fue acercando despacio a ella.- Ya
veo que si.
-Si, me propuse ser la mejor y creo que aun no lo
conseguí.
-A veces no es necesario llegar a ser el mejor... -dijo
lanzando a canasta y encestando, como no.- Mirame a mi, mi hermano si
que es el mejor y yo no necesito superarle.
-Pero siempre es lindo sentirse el mejor ¿no?
-¿Vos crees? Yo no se como Pablo puede aguantar la
presión en algunos partidos, cuando todos le exijimos que salve el
partido.
-Eso es verdad. En cierto modo, a Irina y Euge también
les pasa eso.
-¿Y vos no? -preguntó serio.
-Yo solo siento presión de decepcionar a la gente que
confía en mi.
-¿Recordás lo que nos dijo Mariola acerca de nuestro
mayor miedo? -ella asintió.- ¿Cual crees que es tu mayor miedo.
-Ese, decepcionar a la gente que confia en mi.
-¿Y no tenés miedo a decepcionarte a ti misma?
-preguntó Peter, dejando el balón en las manos de ella, para que,
con su ayuda, lanzase.- Pensalo, porque yo creo que si. -cuando el se
iba a ir ella lo detuvo.
-¿Cual es tu mayor miedo? -le preguntó cuando ya
estuvo de espaldas a ella. Se giró lentamente y la miró con una
sonrisa.
-La verdad. -dijo seguro. Mientras se acercaba todavía
más a ella.
-¿Que verdad?
-Esta.
Lo que Lali menos esperaba es que el agarrara su cara y
la acercara a el hasta besarla, tal y como hizo. Pero lo que tampoco
se esperaba es que le iba a gustar tanto ese beso que sentía la
necesidad de seguirlo. Cuando Peter se separó, dejó la pelota en
sus manos y se fue a los vestuarios.

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