martes, 21 de mayo de 2013

11.-






Pero mirenlas! -se quejó Candela a medida que las contricantes entraban en la cancha y empezaban a elongar.

-¿Como se puede jugar así? -preguntó retóricamente Sofía.

-Son unos gatos. -añadió Ángela.

Está mirando a nuestros chicos! -se alarmó Eugenia. Todas la miraron enarcando una ceja.- ¿Que? No me van negar que les jode que coqueteen con los chicos de la academia.

-Euge, ¿te puedo preguntar algo? -dijo Ana. La susodicha asintió.- ¿Estás con Nicolás?

-No, cada vez que quiero hablar del tema me evita. No se que le pasa.


Miedo al compromiso! Eso me pasa. -dijo exagerando Nico en las gradas rodeado de su equipo.

-¿Como puedes tener miedo al compromiso? -preguntó riendo Rafa.

-Cada vez que Euge menciona algo referido a eso, me pongo nervioso y salgo corriendo.

-Sos bólido, amigo. -dijo Gastón palmeando la espalda de su amigo.

-Pero miren que piernas... -dijo Raul mirando a las contrincantes del otro equipo.

-Si, pero las piernas de Orange ball tampoco están nada mal... -dijo Agustín.

-La verdad es que no... -dijo Pablo.

-Mirá la peticita che. -exclamó Rafa.- Lali para ser tan chiquita está bien... Más que bien... -sintió un golpe en la cabeza que procedía de Peter.

-Chicos, un respeto que son nuestras compañeras. -dijo Peter.

-¿Que pasa, Lanzani dos? -preguntó Gonzalo con esa extraña forma de llamar a los hermanos.

-¿Que pasa con que, Gonza? -preguntó Peter.

-Dale, admití que estás loco por Lali. -añadió Paco.

-¿Que decís?

-Peter, se te re nota... -dijo su hermano.

-Yo le tendré miedo al compromiso, pero vos le tenés miedo a la verdad. -dijo Nicolás. Peter se quedó pensando mientras el resto reía de Nicolás.

-Peter, es cierto... -le susurró su hermano. Éste lo miró confundido y se sumergió en sus pensamientos mientras el resto charlaba de quien sabe que.

Las chicas empezaron aquel partido del sábado en Yeno. Eugenia, que es un poco bruta, ya había bautizado a las contrarias como Las Barbies Deportistas, pero su odio fue aumentando a medida que transcurría el partido. Eran buenas, muy buenas. El partido estaba apretado, muy apretado cuando el descanso llegó y Mariola las llevó al vestuario para hablarles.

-Chicas, ¿que pasa? ¿Que son esas caras? El partido está apretado, pero nada está perdido. -las intentó animar ella.

-Son buenas, Mariola. Nos van a ganar... -dijo María derrotada.

-Así si que nos van a ganar. -dijo la adulta.- ¿Como pueden pensar así?

-¿En que quieres que pensamos si jugamos contra unas minas mejores que nosotras? -dijo Lali.

-Ahoradeberían de estar pensando en como ganarles. Deberían odiarlas. Demostrarle a Yeno quienes son y porque están acá. Les recuerdo que ustedes fueron elegidas para estar acá. -dijo Mariola señalando el escudo en su jogging.- ¿Que les pasa?

-Tenemos miedo. -dijo Ángela, totalmente sincera.

-¿De que? Solo son un grupo de minas, medio desnudas, que se creen supermodelos del básquet y que creen que nos van a ganar. Pero se equivocan. Porque nosotras vamos a ganar. ¿Les quedó claro? Salgan a tirar mientras no empieza la segunda mitad.

Las mujeres salieron del vestuario y lo que más les dió fuerzas a algunas fue sentir los aplausos de la gente en las gradas cuando salieron. A otras lo que había dicho Mariola les dió ganas de ganar. Y en cambio, Lali y Rochi se sentaron totalmente derrotadas en el banco a esperar a que el partido volviera a empezar. Pablo al ver esto se paró agilmente y se acercó lo máximo a ellas.

Ehh! ¿Que son esas caras tan largas? -les gritó. Las dos se giraron sorprendidas.- Solo les ganan de 7 puntos. Eso no es nada.

-Pablo, no tenemos ganas. -dijo Rocío.

-¿Ya no tienen ganas de ganar? ¿Quienes son y donde están las verdaderas mandalayas que yo conocí? Esas que nos ganaron a nosotros en un partido, a las que toda la escuela apoyó, a las que escogieron para un proyecto de básquet entre cientos de minas. ¿Las conocen?

-Esto es diferente... -se quejó Lali.

-¿Recordás lo que te dije aquella noche en la cancha del patio? -Lali suspiró resignada.- Crean en ustedes, confien. ¿Les puedo pedir un favor? Rocío, rompele una pierna a la 18, antes vino a tirarnos onda. -la rubia se rió.- Y vos, Lali, tirate al menos un triple pensando que lo vas a meter, si lo encestas me lo dedicás a mi y a Peter.

-Lo voy a intentar... -dijo Lali.

-Yo no le voy a romper una pierna a la 18, pero si querés no dejo que toque el balón. -Pablo le hizo un Ok con el pulgar a las dos y volvió a su sitio.

El partido volvió a empezar y las chicas ingresaron a la cancha con más ánimo. Tanto Lali como Rochi volvieron a la cancha y lo hicieron bastante mejor que antes. Rocío, como prometió defendió a muerte a la 18. Cuando esta intentó correr un contraataque fue ella quien corrió para pararla.

Corre, corre, corre! -gritaba el equipo masculino desde las gradas. Cuando estaban a punto de llegar a la canasta y la 18 a punto de tirar, la rubia saltó levantando un brazo y así parando el tiro de forma espectacular.

Vamos! -gritó Pablo.

Eso no tiene nombre, Ro! -gritó Nicolás.

En cuando a Lali estaba más intensa pero todavía no había tenido oportunidad de encestar su triple hasta que recibió un pase perfecto de Irina. Se paró en la linea de 6,75 y lanzó. La esfera naranja entró tan bien que ni aro tocó. La petiza miró a los hermanos en las gradas y rió.

Ante el cambio de Orange ball, las contrarias decidieron ir a matar. Las faltas, los empujones, las miradas... Pero las locales no contestaron a sus agresiones. Yeno vibraba ante el partido tan emocionante que se estaba viviendo. Mariola decidió darle descanso a Lali dejando que Ángela se luciera.

-Bonito triple. -alagó Euge.

-Quedó lindo ¿no? -rió Lali. Su amiga le acarició la cabeza y rió con ella.

El partido acabó y pese al cambio de actitud de las chicas el partido lo perdieron. Con el, las esperanzas. Las minas se fueron a las duchas del vestuario y los chicos volvieron a la casa. Mariola los reunió a todos en el living cuando las minas ya estuvieron listas.

-Hoy, durante el partido escuché algo que no me gusta nada... -empezó la mujer rubia parada al lado de Julia.- No pueden pensar que van a perder, porque ellas son mejores. -se quejó.- Además, no eran mejores. La número 7, se presentó para entrar, y no entró. En vez de ella, escogí a cualquiera de ustedes. Cualquiera es mejor que ella. Y juntas, en equipo, tienen que ser mejor que ese equipo. ¿Como las llamaste, Euge?

-Barbies deportistas. -dijo riendo ella.

-Eso, eso son. ¡Y no pueden pensar que son mejores que ustedes! -los chicos se rieron.- ¿Ven como se rien? Dale, alegren esa cara. Solo hay que seguir mejorando y confien en ustedes. -Lali miró a los hermanos, Peter la vió y le guiñó un ojo. Realmente algo entre los dos pasaba, o iba a pasar...- Les voy a pedir algo, cuando todo esto se acabe. Quiero que todos me digan cual es su mayor miedo.

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