-¡Pero mirenlas! -se quejó Candela a medida que las
contricantes entraban en la cancha y empezaban a elongar.
-¿Como se puede jugar así? -preguntó retóricamente
Sofía.
-Son unos gatos. -añadió Ángela.
-¡Está mirando a nuestros chicos! -se alarmó Eugenia.
Todas la miraron enarcando una ceja.- ¿Que? No me van negar que les
jode que coqueteen con los chicos de la academia.
-Euge, ¿te puedo preguntar algo? -dijo Ana. La
susodicha asintió.- ¿Estás con Nicolás?
-No, cada vez que quiero hablar del tema me evita. No se
que le pasa.
-¡Miedo al compromiso! Eso me pasa. -dijo exagerando
Nico en las gradas rodeado de su equipo.
-¿Como puedes tener miedo al compromiso? -preguntó
riendo Rafa.
-Cada vez que Euge menciona algo referido a eso, me
pongo nervioso y salgo corriendo.
-Sos bólido, amigo. -dijo Gastón palmeando la espalda
de su amigo.
-Pero miren que piernas... -dijo Raul mirando a las
contrincantes del otro equipo.
-Si, pero las piernas de Orange ball tampoco
están nada mal... -dijo Agustín.
-La verdad es que no... -dijo Pablo.
-Mirá la peticita che. -exclamó Rafa.- Lali para ser
tan chiquita está bien... Más que bien... -sintió un golpe en la
cabeza que procedía de Peter.
-Chicos, un respeto que son nuestras compañeras. -dijo
Peter.
-¿Que pasa, Lanzani dos? -preguntó Gonzalo con esa
extraña forma de llamar a los hermanos.
-¿Que pasa con que, Gonza? -preguntó Peter.
-Dale, admití que estás loco por Lali. -añadió Paco.
-¿Que decís?
-Peter, se te re nota... -dijo su hermano.
-Yo le tendré miedo al compromiso, pero vos le tenés
miedo a la verdad. -dijo Nicolás. Peter se quedó pensando mientras
el resto reía de Nicolás.
-Peter, es cierto... -le susurró su hermano. Éste lo
miró confundido y se sumergió en sus pensamientos mientras el resto
charlaba de quien sabe que.
Las chicas empezaron aquel partido del sábado en Yeno.
Eugenia, que es un poco bruta, ya había bautizado a las contrarias
como Las Barbies Deportistas, pero su odio fue aumentando a medida
que transcurría el partido. Eran buenas, muy buenas. El partido
estaba apretado, muy apretado cuando el descanso llegó y Mariola las
llevó al vestuario para hablarles.
-Chicas, ¿que pasa? ¿Que son esas caras? El partido
está apretado, pero nada está perdido. -las intentó animar ella.
-Son buenas, Mariola. Nos van a ganar... -dijo María
derrotada.
-Así si que nos van a ganar. -dijo la adulta.- ¿Como
pueden pensar así?
-¿En que quieres que pensamos si jugamos contra unas
minas mejores que nosotras? -dijo Lali.
-Ahoradeberían de estar pensando en como ganarles.
Deberían odiarlas. Demostrarle a Yeno quienes son y porque están
acá. Les recuerdo que ustedes fueron elegidas para estar acá. -dijo
Mariola señalando el escudo en su jogging.- ¿Que les pasa?
-Tenemos miedo. -dijo Ángela, totalmente sincera.
-¿De que? Solo son un grupo de minas, medio desnudas,
que se creen supermodelos del básquet y que creen que nos van a
ganar. Pero se equivocan. Porque nosotras vamos a ganar. ¿Les quedó
claro? Salgan a tirar mientras no empieza la segunda mitad.
Las mujeres salieron del vestuario y lo que más les dió
fuerzas a algunas fue sentir los aplausos de la gente en las gradas
cuando salieron. A otras lo que había dicho Mariola les dió ganas
de ganar. Y en cambio, Lali y Rochi se sentaron totalmente derrotadas
en el banco a esperar a que el partido volviera a empezar. Pablo al
ver esto se paró agilmente y se acercó lo máximo a ellas.
-¡Ehh! ¿Que son esas caras tan largas? -les gritó.
Las dos se giraron sorprendidas.- Solo les ganan de 7 puntos. Eso no
es nada.
-Pablo, no tenemos ganas. -dijo Rocío.
-¿Ya no tienen ganas de ganar? ¿Quienes son y donde
están las verdaderas mandalayas que yo conocí? Esas que nos ganaron
a nosotros en un partido, a las que toda la escuela apoyó, a las que
escogieron para un proyecto de básquet entre cientos de minas. ¿Las
conocen?
-Esto es diferente... -se quejó Lali.
-¿Recordás lo que te dije aquella noche en la cancha
del patio? -Lali suspiró resignada.- Crean en ustedes, confien. ¿Les
puedo pedir un favor? Rocío, rompele una pierna a la 18, antes vino
a tirarnos onda. -la rubia se rió.- Y vos, Lali, tirate al menos un
triple pensando que lo vas a meter, si lo encestas me lo dedicás a
mi y a Peter.
-Lo voy a intentar... -dijo Lali.
-Yo no le voy a romper una pierna a la 18, pero si
querés no dejo que toque el balón. -Pablo le hizo un Ok con el
pulgar a las dos y volvió a su sitio.
El partido volvió a empezar y las chicas ingresaron a
la cancha con más ánimo. Tanto Lali como Rochi volvieron a la
cancha y lo hicieron bastante mejor que antes. Rocío, como prometió
defendió a muerte a la 18. Cuando esta intentó correr un
contraataque fue ella quien corrió para pararla.
-¡Corre, corre, corre! -gritaba el equipo masculino
desde las gradas. Cuando estaban a punto de llegar a la canasta y la
18 a punto de tirar, la rubia saltó levantando un brazo y así
parando el tiro de forma espectacular.
-¡Vamos! -gritó Pablo.
-¡Eso no tiene nombre, Ro! -gritó Nicolás.
En cuando a Lali estaba más intensa pero todavía no
había tenido oportunidad de encestar su triple hasta que recibió un
pase perfecto de Irina. Se paró en la linea de 6,75 y lanzó. La
esfera naranja entró tan bien que ni aro tocó. La petiza miró a
los hermanos en las gradas y rió.
Ante el cambio de Orange ball, las contrarias
decidieron ir a matar. Las faltas, los empujones, las miradas... Pero
las locales no contestaron a sus agresiones. Yeno vibraba ante el
partido tan emocionante que se estaba viviendo. Mariola decidió
darle descanso a Lali dejando que Ángela se luciera.
-Bonito triple. -alagó Euge.
-Quedó lindo ¿no? -rió Lali. Su amiga le acarició la
cabeza y rió con ella.
El partido acabó y pese al cambio de actitud de las
chicas el partido lo perdieron. Con el, las esperanzas. Las minas se
fueron a las duchas del vestuario y los chicos volvieron a la casa.
Mariola los reunió a todos en el living cuando las minas ya
estuvieron listas.
-Hoy, durante el partido escuché algo que no me gusta
nada... -empezó la mujer rubia parada al lado de Julia.- No pueden
pensar que van a perder, porque ellas son mejores. -se quejó.-
Además, no eran mejores. La número 7, se presentó para entrar, y
no entró. En vez de ella, escogí a cualquiera de ustedes.
Cualquiera es mejor que ella. Y juntas, en equipo, tienen que ser
mejor que ese equipo. ¿Como las llamaste, Euge?
-Barbies deportistas. -dijo riendo ella.
-Eso, eso son. ¡Y no pueden pensar que son mejores que
ustedes! -los chicos se rieron.- ¿Ven como se rien? Dale, alegren
esa cara. Solo hay que seguir mejorando y confien en ustedes. -Lali
miró a los hermanos, Peter la vió y le guiñó un ojo. Realmente
algo entre los dos pasaba, o iba a pasar...- Les voy a pedir algo,
cuando todo esto se acabe. Quiero que todos me digan cual es su mayor
miedo.

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