martes, 16 de abril de 2013

6.-

























-Ahora acorde de fa. -Rocío le ayudaba a colocar sus dedos en la guitarra.- ¡Dale, Peter! No es tan difícil.

-Rochi ¿Así? -y es que los dos Lanzanis mayores, con sus respectivas guitarras cada uno intentaban hacer lo que la rubia mandaba.

-No, Pablo. Así. -le colocó sus dedos y este hizo sonar la guitarra.

-Che, ¿recibiste la carta de Orange ball?-preguntó Peter dejando la guitarra a un lado.

-No, supongo que no me agarraron para entrar. -dijo Rocío concentrada en que Pablo lo hiciera bien.- ¿Ustedes si la recibieron no?

-No, a nosotros nadie nos mandó ninguna carta. -dijo Pablo.

-Cata me dijo que algunos ya recibieron las cartas de acceso. -mencionó a la rubia más alta del equipo.

-Si. Alejandro y Benjamín la recibieron, pero quedaron afuera. -explicó Pablo.

-Mejor. -ante el comentario de Rocío los hermanos rieron. Entonces la puerta se abrió y Stéfano llegó en compañía de Martina.

-Chicos, chicos. Llegaron cartas. -dijo Stéfano.

-En casa tambien llegó una carta para vos, Ro. Y te la traje. -Martina le mostró una carta a su hermana. Los tres agarraron la carta con su nombre y se miraron.

-¿Los tres a la vez? -propuso Peter. Pero ya era demasiado tarde. Rocío y Pablo ya estaban abriendo sus cartas. Peter elevó sus hombros y abrió su carta.

-¿Donde pone si entré o no? -dijo Pablo leyendo desesperado.

-Acá... Y por todo lo anterior hemos decidido que el próximo año lo pasarás dentro de Orange ball. -leyó Rocío, miró a su hermana tranquila y al darse cuenta de lo que leyó volvió a leerlo y abrazó a Martina.

Estoy adentro! -Peter se paró gritando y casi tira su guitarra, la cual agarró Stéfano.

Y yo! -los tres se abrazaron eufóricos.

-Voy a mandarle un mensajito a Lali y a Euge. -la rubia ya tenía su celular en la mano y el mensajito casi escrito.

-Voy a llamar a Agus. -Pablo desapareció de escena.

-Yo a Gas y a Nico. -Peter también.

-Chicos, están todos en el parque que está en frente de la escuela. ¿Vamos? -Rocío se armó con su abrigo y su bufanda.

-Si, si, vamos. Así nos despedimos de Fran. -Peter y Pablo reaparecieron y los tres se dispusieron a irse.

-Martu, decile a papá y a mamá que estoy adentro. -fue lo último que escucharon Satéfano y Martina de Rocío.

Los dos Lanzani y Rocío caminaron por las calles emocionados y charlando de como sería su estancia en Yeno. Cuando llegaron al parque donde habían quedado los diez seleccionados. Rocío empezó a correr hacia su amigas y Peter y Pablo la mitaron.

-Felicidades, chicos. -dijo una voz a sus espaldas todos miraron a los dos sujetos que allá estaban.

-Gracias. -cínica, eso fue la respuesta de Lali ante el comentario de Benjamín.

-Nos alegramos mucho. -dijo Alejandro.- Ojalá triunfen.

-No se preocupen. -dijo Peter. Rocío le pisó el pie para que no fuera bruto. Los dos hicieron una pequeña sonrisa y se fueron.

Chicos! -gritó, como no, Candela.- En una semana nos vamos.

Siete días más tarde...

-Estamos acá... -Peter y Pablo estaban parados frente a la gran institución donde vivirían durante un año.

-Pensaba que nunca llegaría este día... -Pablo todavía no podía creérselo.

-Es la oportunidad de nuestras vidas. -dijo Peter.

-Disfrútenlo, chicos. -les dijo Stéfano.

Ya estamos acá! -gritó Nicolás saliendo de una combi, de donde también salieron Gastón, Agustín, Lali, María y Euge.

Que emoción! -gritó Lali. El que manejaba era su hermano mayor. Se despidió de el y este se fue.

-Chicos, miren. Allá hay mas chicos. -señaló Eugenia.

-¿Nos presentamos? -dijo sonriente Gastón. Los siete presentes se acercaron a las dos minas que esperaban en la puerta de Orange ball con dos valijas cada una.- ¿Hola?

-Hola. -dijo sonriente una morocha.- ¿Ustedes son integrantes del proyecto? -así habían bautizado a Orange ball.

-Si, todos nosotros venimos a la academia. ¿Ustedes? -explicó Peter.

-Si. Nosotras somos Daniela y Sofía.

-¿Daniela? -dijo con una sonrisa Lali. La nombrada asintió.- ¡Que casualidad! Una compañera nuestra, que quedó afuera de la academia se llama también Daniela. -La morocha iba a decir algo pero todos se giraron al ver llegar dos autos seguidos de donde salieron Rochi y Cande las primeras.

Llegamos! -gritaron a coro al ver a sus amigos un poco más alejados. De otro auto salieron sus respectivas hermanas.

Ya estamos acá, Ro! Mi sueño... -dijo Candela. Acercándose a sus amigos. Se saludaron y les presentaron a sus nuevas compañeras.


-Bienvenidos. -dijo una mujer rubia, que lucía un jogging con el logo de la academia.- Soy Mariola. Una de las organizadoras de Orange ball. Todos los que están acá, lo están porque son buenos. Pero van a salir de acá siendo más buenos. Durante todo este año van a asisitir a la escuela de acá y van a competir con este equipo, el Orange ball. Competirán con equipos de todo el mundo, viajando bastante pero las calificaciones escolares serán muy importantes. En el peor caso sereis sancionados con un partido. Ella -señaló a una mujer con sus ya 50 años y su sonrisa a cuestas que estaba a su lado.- es Julia. Se encarga de la convivencia en la casa.

-En todos los cuartos están las normas que hay que tener en cuenta. A la noche pondremos un cuadro con todas las tareas domésticas y que día del mes la harán cada uno. Yo esoty para ayudar y para mantener el orden. Los cuartos deben de estar ordenados siempre. Tienen 5 cuartos. Dos para mujeres, dos para hombres y uno mixto. -los chicos comenzaron a hablar entre ellos interrumpiendo a la mujer.- ¡Silencio! Bien, necesitamos dos minas y dos pibes, voluntarios, a dormir en ese cuarto.

Miró a los chicos y ninguno dijo nada. Hasta que se vió a los hermanos Lanzani mirándose, sonriéndose y levantando la mano.

-Chicos, vengan acá. -dijo Mariola. Los dos hermanos se pararon al lado de las mujeres y miró a sus compañeros.- Dos voluntarias. -miró a las minas las cuales desviaron la mirada.- Bien, entonces... Irina y Eugenia, gracias por ofreceros como voluntarias. -las dos nombradas miraron atentamente a la organizadora.- Vamos, los cuatro vallan iendo a los cuartos y escojan el que más les guste.

Pablo, Peter, Irina y Euge agarraron sus valijas y empezaron a subir las escaleras rumbo a escoger un cuarto

-Siguiente habitación. Las chicas del Mandalay, no las quiero a todas juntas. Así que... Rocío y Mariana con Ana y Ángela. Escojan otra habitación. -las cuatro nombradas desaparecieron por las escaleras.- Entonces, Candela, María Sofía y Daniela, otra habitación.

En ese momento solo quedaron en el living de la casa ocho varones.

-Muy bien, entonces, igual que las minas. A los chicos del Mandalay separados. Agustín y Gastón con Raul y Rafael. Y Nicolás, Sergio, Gonzalo y Francisco el último cuarto.


Cuarto 1:

-Yo quiero esta cama. -anunció Eugenia posando sus valijas en la cama que tenía justo encima una ventana.

-Irina, agarrá vos una cama. -le dijo Peter a la rubia con la compartiría cuarto el resto del año. Ella le sonrió y dejó sus valijas en la cama más cercana a la puerta. Entonces Pablo y Peter agarraron las literas.

-¿Les puedo hacer una pregunta? -dijo Irina mirando a los hermanos. Estos asintieron.- ¿Por que quisieron este cuarto, el mixto?

-Porque son unos cerdos. -dijo Eugenia, que en los últimos meses empezaba a llevarse muy bien con los hermanos. Pablo, desde la cama de arriba le lanzó un almohadón que le dió de lleno en la cabeza mientras sacaba la ropa de la valija y la colocaba en su placard.

-No, quisimos este cuarto porque sino Mariola nos pondría en cuartos separados. Esta era la única forma de dormir juntos. -dijo Peter.


Cuarto 2:

-Bueno, yo soy Ángela. -dijo la morocha sentada en su cama y mirando a sus compañeras de cuarto.- Es que no os conozco a ninguna y creo que es conveniente que me presente. Soy Ángela, tengo 17 años. Juego de base. De mi equipo solo me presenté yo y nunca creí que fuera a entrar. Pero acá estoy.

-Yo soy Ana. Tengo 16 años, pero casi 17. Juego de alero y en mi club nos presentamos todas y solo entré yo. Esperaba que entrara también Luis, mi novio, pero no tuvo esa suerte.

-Yo soy Mariana, pero llamarme Lali. -dijo la petiza.- Juego de base y estoy acá porque nos cedieron cinco becas por ganar los nacionales el año pasado.

-Y yo soy Rocío, Rochi. Soy ala-pivot y vengo del mismo club que Lali. -dijo la rubia sonriente.- ¿Les puedo hacer una pregunta? -las demás asintieron.- ¿Que piensan que va a pasar cuando acabemos la temporada? -aclaremos que todavía les quedaba un mes de vacaciones (pretemporada) y cuando empezaran las escuela empezarían con la temporada y cuando esta acabase la temporada también.

-Supongo que volver a casa ¿no? -dijo Ana.

-Si, eso creo yo también. -la secundó Lali.

-Acabo de llegar y ya pienso en lo mal que lo voy a pasar cuando vuelva a casa... -dijo Ángela, todas rieron y entablaron una linda conversación.

Cuarto 3:

Que polleras! -dijo Gonzalo emocionado.

-¿Vieron las piernas de la rubia? -y Sergio se refiría a Irina.

Que suerte tienen los Lanzani! -dijo Francisco, Paco.

-¿Los conocen? -preguntó Nicolás.

-Si, yo solía ver los partidos de la selección nacional, el año pasado. -explicó Paco.- También conozco a Agustín que estaba en la selección con ellos.

-Yo los conozco porque jugamos contra ustedes el año pasado. -dijo Gonzalo.- ¿Vos sos Nicolás, el número 15?

-Ese mismo. -rió Nicolás. Intuía que se llevaría muy bien con sus compañeros.

Cuarto 4:

-Me encanta el morocho alto, Gonzalo. -exclamó Sofía cuando entraron al cuarto.

-Para mi, los más lindos son Agustín y Gastón. -dijo Daniela.

-Yo prefiero a los hermanitos. -dijo totalmente segura Mery.

-Si, en nuestra escuela todas los amamos. -aseguró Candela.

-Normal, porque tienen unos ojos preciosos... -dijo Daniela.

Y no solo los ojos! -todas rieron del comentario de Sofía. Candela sacaba su ropa de la valija y la colocaba en su placard, hasta que Sofía gritó.- ¡Que linda remera! -se acercó corriendo a ella y la observó con detenimiento.- Candela, ¿un día me la dejas, por favor? -le suplicó.

-Si vos me dejas esos lindos shorts. -Candela señaló la prenda que Sofía levaba en las piernas.


Cuarto 5:

Yo quiero esa cama! -gritó Raul tirándose sobre la litera alta.

-Yo voy a dormir al lado de la ventana. -pidió Agustín.

No seas maleducado Agustín! -se quejó Gastón.

-Gas, sos un amargo. -dijo el cachetón, sus compañeros de cuarto se rieron de el.

No hay comentarios:

Publicar un comentario