-¿Que
hacemos? -dijo nerviosa Rocío cuando Alicia estaba tumbada en una
cama y Carolina y Lali con ella.
-Vos
andá a atender a Alicia. -dijo Peter.
-Peter
yo no puedo atenderla. Yo me especialicé en muertos... -dijo ella.
-¡Pero
algo tienes que poder hacer! -gritó Peter.
-Papá,
tranquilo... -pidió Patricia. Los dos subieron a los cuartos y
entraron en el que estaba la pequeña con su madre y su hermana.-
¿Como estás, campeona?
-Bien...
-dijo suave. Era sorprendente que las lágrimas aun no se habían
asomado en su cara.
-La
más valiente de las tres... -dijo Peter.- Siempre lo dije. -su hija
rió despacito y entonces los dos se fijaron en que la pequeña tenía
su hombro y parte de su brazo cubierto por una tela blanca manchada
de sangre.- ¿Y eso que es? -preguntó Peter señalando el brazo de
la pequeña.
-Estudio
Medicina, tuve que hacer varios cursos de Primeros Auxilios. -dijo
Carolina, su padre le sonrió.
-¿Vas
a ser doctor? -le preguntó Alicia a su hermana mayor.
-Si.
-dijo sonriente Carolina.
-Y
Patricia va a ser como mamá y papá. -dijo la pequeña. Patricia
asintió y su madre le acarició el hombro.- ¿Que pasa abajo?
-Tu
no te preocupes. -dijo Lali.
Lali,
Peter y Patricia bajaron al piso de abajo donde Eduardo, Rocío y
Pablo se desesperaba.
-¿Como
está? -preguntó Eduardo.
-Parece
que está bien... -dijo Lali.- No llora, no se queja...
-Rocío,
¿por que no subes y con ayuda de Carolina revisan la herida? -dijo
Peter con voz amable y suave. La rubia sonrió y subió al piso de
arriba.
-¿Nosotros
que vamos a hacer? -preguntó Patricia.
-No
podemos llamar ni salir. -dijo Pablo.- La casa está rodeada y
bloqueraron todas las llamadas.
-Pues
nos tendremos que defender hasta que llegue alguna patrulla. -dijo
Lali.
-Tiene
que haber alguna forma de hablar con alguien... -dijo Patricia
buscando en su valija su Pc. Lo sacó lo prendió sentada en el
suelo.- Vigilar lo que están haciendo allá afuera. -pidió mientras
se encargaba de su ordenador.- No hay red... Pero en mi celular si...
Desmontó
su celular y sacó un chip. Después abrió su laptop y colocó el
chip. Cuando lo volvió a prender ya tenía acceso a internet.
-¿Donde
aprendiste eso? -preguntó Peter.
-En
clase de Tecnologías. -dijo concentrada en pedir ayuda.- ¿Con quien
hablo? -preguntó.
-África.
-dijo Pablo. Patricia sonrió y escribió un mensaje.- Dile que
necesitamos instrumental quirurgico, que tu hermana está herida.
-Listo...
-esperó a que el mensaje se enviara y sonrió.- Justo a tiempo.
Acabo de perder el acceso a internet. Ahora solo tenemos que esperar.
Unos
tiros sonaron y todos se tiraron al suelo.
-Y
defendernos. -acotó Lali.
El
sonido de un megáfono sonó y Lali y su hija asomaron la cabeza por
la ventana.
-Espósito.
Ríndanse. -pidió un hombre con el megáfono.- No tienen salida, o
salen ustedes, o toda su familia va a morir.
-Pues
vamos a tener que morir todos. -les dijo Peter a su mujer y a su
hija.
-Tienen
30 minutos para salir de la casa, o todos morirán... -avisó una
mujer. Peter les cerró la ventana por la que estaban mirando Lali y
Patricia y las apartó de ella.
25 minutos
para el ataque...
-No,
no, no y no. No salen y punto. -dijo Eduardo.
-A
lo mejor no nos quieren matar y tan solo encerrarnos en algún lugar
y ustedes nos encontrarán...
-No.
-interrumpió Eduardo y la hipotética idea de Patricia.
-Pero...
-Patricia lo volvió a intentar.
-Patricia
si salís ahí os van a matar y después nos matarán a nosotros
también.
20 minutos
para el ataque...
-Tenemos
que sacar la bala del hombro de Alicia. -dijo seriamente Carolina.
-Y
necesitamos material quirúrgico. -continuó Rocío.
-Voy
a buscar a ver si encuentro algo. -dijo Patricia saliendo rumbo a la
cocina.
-¿No
pueden hacerlo con lo que tienen? -preguntó Peter.
-No,
solo lo estropearíamos... -dijo Rocío. Peter y Carolina se miraron
y ella se acercó para abrazarlo.
15 minutos
para el ataque...
Peter,
Patricia y Carolina volvieron a donde Lali y Pablo hacían reir a
Alicia. Pablo al verlos se paró y los dejó solos.
-¿Como
estás, princesa? -preguntó Carolina acariciando su pelito.
-Cansada.
-dijo ella. Lali miró preocupada a Peter.
-Pero
ya te vas a poner bien. -dijo Patricia sentándose del otro lado de
Alicia, de uno estaba Carolina y del otro ella.
-Claro
que si. -dijo Lali, con l avoz quebrada y abrazada por su marido.
-Además
Carolina te tiene que dar las gracias porque la estás ayudando con
sus prácticas. Así, seguro que aprueba los exámenes.
-Si,
muchas gracias hermanita. -dijo Carolina abrazando su cabeza.
-Gracias
a vos por curarme. Porque vas a curarme. -la afirmación de la
pequeña hizo que Carolina se pusiera a llorar.- Y papá, mamá,
Patricia y Edu nos van a defender de los malos. -el resto que estaba
en el cuarto se echó a llorar también, menos la pequeña.
10 minutos
para el ataque...
-Alicia
pregunta porque no subes a verla. -le dijo Patricia a Eduardo.- Sube.
-No,
no puedo. -la Lanzani lo miró sin entender.- Es que si voy y la veo
así, herida, no voy a ser fuerte y voy a llorar como un cobarde. No
quiero que me vea así.
-Llorar
no es de cobardes, llorar con la cara destapada es de valientes.
Además si vas y la ves, vas a ser más fuerte que nunca. La pequeña
no pierde el humor...
Se
dieron un beso y Patricia lo acompañó hasta el cuarto donde estaba
la nena acompañada por Carolina. Su cuñada salió del cuarto y
Eduardo se arrollidó a su lado, cuando vió la herida quiso llorar
pero se hizo el fuerte y no lo hizo.
-¿Como
estás, campeona? -preguntó el.
-¿Sabés
que? Mi papá me dijo lo mismo hace un rato. -dijo la pequeña
sorprendiendo a Eduardo y a Patricia, Carolina y Peter que escuchaban
atrás de la puerte.
-¿A
si?
-Si.
Seguro que vos también vas a ser el mejor papá del mundo, como el.
-Peter se separó del marco de la puerta y miró a sus hijas
mellizas.- Se parecen mucho. Que suerte tuvo Patricia.
Eduardo
se echó a llorar y la abrazó como pudo sin tocar su hombro. La
pequeña le acarició la cabecita y el la miró. Ella sonrió.
-Llorar
con la cara destapada es de valientes, como vos. -dijo Alicia.
-Gracias,
Alice. Ya vamos a arreglar todo.
-¿Me
lo prometés?
-Claro.
-el le besó la cabecita y salió del cuarto donde su novia, cuñada
y suegro lo esperaban. Los cuatro se abrazaron y Carolina volvió a
entrar.
5 minutos
para el ataque...
-Tenemos
que protegernos. -dijo Lali.
-Los
colchones son lo mejor para protegerse. -dijo Pablo. Todos se miraron
entre ellos y corrieron a agarrar los colchones.
Bajaron
a Alicia al piso de abajo que era el más seguro y armaron una
especie de cabaña en el cuarto más apartado para ella. El resto de
colchones los colocaron por el living para poder disparar contra el
enemigo.
-Nos
repartiremos. -ordenó Lali.
-No.
-dijo Eduardo.
-Si,
y esto es una orden. -dijo su suegra.- Una orden como Inspectora.
-Eduardo bajó la mirada.- Patricia, Carolina y Joe con Alicia en el
cuarto.
-No,
mamá. -se quejó ahora Patricia.- Yo estoy armada, estoy bien y soy
una agente. Tengo que estar acá. Vayan ustedes con Alicia. -Lali
miró a Peter que asintió.
-¡Dos
minutos! -gritaron desde fuera. Todos se miraron entre ellos y se
colocaron en sus puestos. Patricia pretendía colocarse debajo de una
ventana para disparar sin protección.
-¿A
donde vas? -le preguntó Eduardo agarrándola del brazo.
-Ahí.
-ella señaló el lugar.
-No.
-No
puedes prohibir estar allá. No sos ni mi padre ni mi madre.
-Pero
soy tu novio. -Patricia se quedó mirándolo.
-Es
la primera vez que te identificás como novio. ¿Podés repetirlo?
Un
disparo sonó y una orden de Pablo lo siguió.
-Todos
a sus puestos.
Arrastraron
a Patricia al lado de Rocío y a Eduardo al lado de Pablo. Se
cubrieron con los colchones.
-¡Tienen
30 segundos para salir! -gritó la mujer otra vez.
-Que
nadie se mueva. -ordenó Peter.
Lali
agarró la mano de Alicia que tenía apoyada la cabeza en las pierna
de Carolina. Se sonrieron y la pequeña apretó su mano más fuerte.
-¡20!
Eduardo
y Patricia se miraron, cada uno debajo de los colchones y separados
por toda la habitación. Pablo observó esto.
-Decile
a Rocío que venga y andá a su lado. -Eduardo le sonrió y obedeció.
Rocío se sentó al lado de Pablo y se abrazaron. Patricia y Eduardo
se besaron.
-Novia,
novia, novia... -le repitió varias veces.
-10, 9, 8, 7, 6, 5, 4,...
Un
silencio se hizo y todos se sorpendieron. Alguién golpeó la puerta
con los nudillos y Peter miró la puerta.
-No.
-dijo Lali agarrándolo cuando pretendía pararse.
Peter
le acarició la mejilla y se paró. Lali agarró su arma y apuntó a
la puerta desde la habitación. Patricia y Eduardo también apuntaron
a la puerta desde su posición. Rocío y Pablo los imitaron. Peter
lentamente abrió la puerta y al ver la cara del otro lado sonrió.
África entró con una maleta en sus manos.
-¿Necesitaban
material quirúrgico?
Peter
asintió, agarró la maleta y corrió a la habitación seguido por
Rocío. Pablo fue a abrazar a su hija y Patricia y Eduardo se
asomaron a la ventana para ver lo que pasaba. La patrulla estaba
deteniendo a todo el mundo y ellos se sonrieron antes de abrazarse.

Se me cayeron unas lagrimas, es fuerte la pendeja! Más me encanta!
ResponderEliminarO diosssss pensé lo peor ! K novelón
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