jueves, 28 de marzo de 2013

2.-




















-¿Se puede saber porque no volviste antes? -le gritó Claudia a Stéfano cuando este llegó a casa en compañía de sus hermanos.

-Porque estoy cansado. ¡Desde que Pablo y Peter son "famosos", a mi nadie me da ni la hora! -después de decir esto subió las escaleras a su cuarto y dió un portazo.

-¿Que le hicieron? -dijo Diego que siempre defendería a su hijo menor, ya que el también era el pequeño de cinco hermanos.

-Ayer, digamos que lo tratamos un poco mal. -dijo Peter.

-Más les vale que arreglen esto, porque sino voy a tomar medidas yo. -y cuando mamá amenzaba había que asustarse. Los dos morochos subieron a su cuarto y vieron a Stéfano intentando dormir en su cama.

-Hola, enano. -dijo Peter cuando entró.

-No me hables. -dijo seco su hermano pequeño.

-Pero, Yeyo, nosotros...

-Les odio. -fin de la conversación.

Los tres fueron a dormir, el día siguiente iba a llegar con ganas.


-Mamá, me voy a la escuela. -dijo Lali cuando abrió la puerta de su casa a la mañana y Euge y Rocío la esperaban sonrientes.

-¿Quieren que las lleve? -se ofreció, Pato, su hermano mayor.

-No, gracias hermanito. -dijo la petiza antes de darle un beso en la mejilla.- ¿Me van a ver hoy?

-Si, a las once y media estamos los cuatro allá. -afirmó su mamá.

-Más les vale. -dijo Lali haciéndoles ojito. Salió de su casa y caminó tranquila con sus amigas hacia la escuela.

Tuvieron clase hasta las diez de la mañana, a la hora en que Toni las fue a buscar personalmente. Las minas se estaban cambiando en su vestuario y los pibes en el suyo. A las ince en punto los dos equipos salieron a la cancha a elongar. Ellas vestían de verde y ellos de negro, los dos colores del club.

-Bienvenidos a todos al partido entre mujeres y hombres del Mandalay. -dijo el presentador que estaba sentado en la mesada junto con los delegados.- De negro, las estrellas de nuestro instituto. El equipo juvenil masculino. Campeones del nacional del año pasado. Y de verde, con las mismas marcaciones el equipo juvenil femenino. Los quintetos iniciales son: Juan Pedro, Pablo, -a medida que los iban nombrando los chicos iban saliendo al medio de la cancha.- Agustín, Nicolás y Gasón. Y ellas son: Mariana, Eugenia, Rocío, Candela y María. -los diez empezarían el partido y por eso chocaron sus manos y se prepararon para ganar.



Viernes a la mañana. Entraron cabizbajas. Pero una personita les hizo mirar al frente. Ella, Martina, era la responsable de aquello. Las fotos del partido de ayer estaban por todos los lados, pero lo único que tenían en común todas las fotos es que en todas ellas estaba presente por lo menos una de las minas. Ana, la profesora de inglés, estaba a un costado del pasillo con un pequeño puesto de camisetas con ayuda de algunas minas de primer curso. Se acercaron a ella y vieron las remeras con el nombre de su equipo plasmado en ellas. Algunas tenían alguna foto también, y todas por atrás llevaban los nombres de todas las integrantes del equipo. Pero lo que llamó su atención, después fueron los gritos de ellos.

-¿Que es esto? -preguntó Peter.

Si ayer ganamos nosotros! -dijo Pablo arrancando algunas fotos de las paredes del pasillo. Pero justo entonces Stéfano pasó delante de ellos con una remera que vendía la profe de inglés.- Stéfano, ¿que hacés con eso?

-Es una remera. -dijo obvio el rubio. Su hermano le dió un golpe en la cabeza.

-Quítate eso, ya mismo. -ordenó Peter.- Ayer ganamos nosotros. -dijo bien alto para que todo el mundo lo escuchase.

-Por eso llevo esta remera. Porque ayer mericieron ganar las minas. -fue lo último que dijo el rubio antes de irse con uno de sus amigos. Peter y Pablo se acercaron rápidamente a Lali y a Euge que miranban la escena atónitas.

-¿Ustedes hicieron esto? -dijo Peter.

-No, yo lo hice. -dijo llegando Martina con Rocío.

-¿Y quien sos vos para meterte? -dijo Pablo.

-Mi hermana. -interrumpió Rocío.- Y además ¿que les molesta?

-Nos molesta porque están poniendo a nuestro hermano en nuestra contra. -dijo Peter señalándolo.

-Ustedes pusieron a Stéfano en su contra. -intervino Martina.- Además tengo el permiso de la dirección para hacer todo esto. -la rubia más pequeña se fue con su novio y su amigo. Quedaron las tres minas enfrentadas con los hermanos. Pero rápidamente se unieron el resto de los equipos, menos Alex y Benjamín.

-Parece que esto es la guerra. -dijo Victorio.

-Si, eso parece. Aunque está bastante claro de que parte está la gente. -dijo María señalando todo lo que habían hecho por ellas.

-Eso habrá que verlo más adelante. -dijo Gastón.

-Pero si hasta ustedes mismos se golpean no creo que ganen nada... -dijo Rocío sonriendo. Entonces todos miraron en la dirección que miraba la rubia y Alex y Benajamín aparecieron en escena con una remera de las minas.

-No te la puedo creer, ¿son invéciles ustedes? -dijo Pablo.

-Pará, no nos trates así. Además venimos a deciros que nosotros estamos de parte de las minas. Acá en el club las trantan fatal. -dijo Benjamín.

-Pues van a tener que dejar el equipo. -dijo seguro Peter.

-¿Quien me obliga? -dijo Alex.

-Yo. -dijo Pablo.

-¿Se creen que por estar en la selección argentina son los jefes acá? -dijo Benjamín hablandole a los hermanos Lanzani.- A ver si se dan cuenta que ni su hermano está de su lado.

Peter no aguantó más y lo agarró de la remera.

-No te metas con eso. -le susurró mientras los demás intentaban separlos. Peter lo soltó y salió enojado de la escuela seguido por su hermano.


-Mamá, llegué. -anunció Stéfano después de acompañar a su novia a su respectiva casa.

-Te esperan en tu cuarto. -dijo su madre después de que le regalara un beso y el cachete. Stéfano subió a su cuarto y cuando abrió la puerta de su cuarto se encontró con las figuras de sus hermanos mayores. Suspiró y dejó sus cosas encima de su cama.

-¿Nos vas a escuchar? -preguntó Peter.

-Depende de lo que me vayan a decir. -dijo el rubio rebuscando en su mochila de la escuela.

-¿Nos perdonás? -dijo Pablo. Stéfano asombrado se sentó en su cama dejando que sus hermanos se explayen más.

-Sabemos que nos estábamos pasando con vos estos días...

-Y lo de hoy fue la gota que colmó el vaso. Entendemos que te hayas enojado. -Pablo ya se estaba acercando a el. Y Peter lo seguía.

-Y nos parece bien que apoyes a las minas con el tema del equipo, pero también nos podías apoyar a nosotros ¿no?

-No. -sus dos hermanos abrieron grandes los ojos.- Está bien, los perdono y todo eso, pero no los voy a apoyar con ese tema. Porque las minas tienen toda la razón.

-Eso lo decís porque tu novia también juega y su hermana es de las que encabezó todo esto. -dijo Pablo.- Pero nosotros somos tus hermanos.

-Ya... pero no se pararon a pensar todo lo que pasaron las pobres minas... Y lo buenas que están.. -sus hermanos estallaron en risas.

Por eso las apoyas! -dijo Peter todavía consumido por la risa.

-Pará, algo bueno tenía que tener... -dijo serio.- Y si ustedes no se apuran, Benjamín y Alex se las van a chamuyar a todas.

-No exajeres... -dijo riendo Pablo. Los tres Lanzani bajaron a cenar con sus papás. Después se fueron directamente a la cama, fue un día difícil.


-¿Podemos hablar? -era la segunda vez que decían eso en menos de 24 horas, pero esta vez no era a su hermano.

-¿Sobre que? -preguntó Lali.

-Queríamos pedirles perdón. -dijo esta vez Pablo.

-Esta bien. -dijo Eugenia intentando irse, pero ellos las volvieron a interrumpir.

-Paren... -pidió Peter.

-¿Algo más? -dijo Rocío.

-Si, que queremos un nuevo partido hombres contra mujeres. -dijo Pablo.- Pero esta vez en serio. Queremos hacerlo bien que tengamos tiempo a entrenar y poder jugar en condiciones.

-¿Que día sería? -preguntó Lali.

-El día de la presentación de todos los equipos del Club. -dijo Peter.

-¿Pasa algo? -dijo Benjamín apareciendo por detrás de Lali y apoyando sus manos en los hombros de la petiza.

-¿Siempre te tenés que meter? -dijo Peter.

-No pasa nada, estábamos hablando. -dijo Lali ignorando el comentario de Peter.

-¿De que? -preguntó de nuevo Benjamín.

-¿Nos podés dejar terminar de hablar? -pidió Pablo y sin obtener respuesta siguió hablando.- ¿Aceptan o no?

-Tenemos que hablarlo todas juntas. -dijo Rocío.- Mañana antes de empezar las clases los dos equipos en la entrada.

-Esta bien. -Peter les ofreció la mano y Lali se la estrechó antes de irse con sus dos amigas. Los dos hermanos pretendían irse pero Benjamín los detuvo.

-¿Que pretenden hacer? -dijo de malas formas.

-Jugar contra ellas en igualdad de condiciones. -dijo Peter.

-No, ¿que pretenden hacer con ellas? ¿Se las quieren chamuyar? Os digo que la petiza y la rubia están conmigo y con Alex.

-No te preocupes macho. -dijo Pablo palmeándole el bazo.- Si tuvieran que elegir entre los hermanos Lanzani -se señaló con su hermano.- y entre ustedes. No tendríamos que esperar mucho. Nos elegirían a nosotros en el primer segundo. 

2 comentarios:

  1. Son únicos pedro y pablo!! Me encanta más!

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  2. Me encanta hay diossssss amo a stef su es lo más ! Tan limdos los hermanos !

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