Esa mañana la
comisaría estaba totalmente tranquila. Cada patrulla tenía su
propio caso y todos estaban ocupados, la mayoría fuera de la
comisaría. Rocío trabajaba con un cadáver en el laboratorio.
Candela y Agustín estaban examinando un asesinato con el resto de la
patrulla. El comisario había salido y nadie sabía a que. Por lo
tanto, los únicos que quedaban en la comisaría eran los cadetes y
algún que otro vigilante y agente en el piso inferior. Los cinco
cadetes estaban sentados en un banco del pasillo del piso superior,
esperando trabajo que nunca llegaba.
-Che, nos dijeron
que seríamos cadetes durante tres meses de prueba y ya pasaron tres
meses y medio. ¿Quien se tiene que escargar de eso? -preguntó Sam.
-Los inspectores,
mis papás. -dijo Patricia mirando con atención el papel que llevaba
colgando del cuello para informar que trabajaba allá, como tenían
todos.
-¿Ustedes creen que
entramos todos? -preguntó Marcos.
-Si, yo creo que nos
van a contratar a los cinco. -dijo Andrés.
-Afri, Patri. Si nos
contratan ¿nos vamos a quedar los cinco en esta comisaría?
-preguntó Sam.
-No se, yo creo que
nos pueden destinar a otro lugar, pero siempre cerca de acá. -dijo
África. Todos miraban a Patricia ya que su celular había empezado a
sonar y no lo encontraba por ningún lado.
-Acá... -susurró
cuando lo encontró. Sonrió y atendió el llamado.- ¿Hola?
-Patri, haceme un
favor. -pidió su papá desde el otro lado del llamado.
-Decime, papá.
-Andá a mi despacho
y mirá si tengo una carpeta verde encima de la mesa. -dijo el.
-Esperá. -su hija
se paró del banco y se encaminó hacia el despacho de Peter, lo
abrió y no vió nada encima de la mesa aparte de una foto de cada
una de sus hijas, de sus papás, de Lali y la foto que sacaron 4 años
atrás en Navidad en casa de los Espósito.- No papá, acá no hay
ninguna carpeta verde.
-Mirá en el primer
cajón de la mesa. -Patricia lo abrió y se quedó totalmente
perpleja y enmudecida cuando vió los informes de los cadetes, es
decir, de ella entre todo.- ¿Patricia? ¿Hay algo? -preguntó otra
vez Peter.
-No papá, no hay
ninguna carpeta verde. -dijo ella dejando los informes encima de la
mesa.
-Seguro que tu mamá
la dejó olvidada en el auto. Gracias, cielo. -dijo el antes de
cortar. Patricia dejó el celular encima de la mesa y esperándose lo
peor abrió la carpeta.
Pasó los informes
de los demás sin nisiquiera fijarse en ellos. Hasta que llegó el
que llevaba una foto suya. Se paró a leerlo. En ese informe afirmaba
que había superado el tiempo de prueba en Dimas y que se le
entregaría una placa. Al final suspiró tranquila al ver la firma de
su padre. Sonrió y dejó todo como estaba saliendo del despacho de
su padre con una sonrisa. Entonces escuchó las voces de sus papás y
sus compañeros entrando en la comisaría. Ella corrió a volver
donde estaban sus compañeros y Nicolás les ordenó ir a organizar
unos informes importantes en la sala de reuniones, como llevaban
haciendo unos días en los que no tenían trabajo. Pero algo
interrumpió sus trabajos, una voz por la megafonía le sonaba
familiar.
-Aviso importante,
aviso importante... -dijo aquella voz.- Por favor, los agentes:
Martínez, Espósito, Igarzabal, Sierra, D'Alessandro y Riera; los
cedetes: Lanzani y Martínez; el comisario Vázquez y los
inspectores: Espósito y Lanzani acudan a recepción, que su hija ha
venido a verles. -entonces Patricia reconoció la voz y salió
corriendo seguida por África.
Cuando ellas
llegaron Nicolás, Agustín y Rocío estaban saludando a la recién
llegada. Las siguientes en saludarla fueron Patri y Afri. Caundo
Patricia se separó de su hermana vió a sus papás, cada uno delante
de la puerta de su despacho y caminando lentamente hacia las
escaleras. Pero la puerta del comisario quedaba más cerca y se les
adelantó. Nicolás Vázquez, padrino de Patricia, la abrazó fuerte.
Entonces llegaron Nicolás, Pablo y Victorio y los tres se encargaron
de ahogarla entre sus fuertes brazos.
Cuando Carolina se
separó de los tres hombres vió a sus papás bajando las escaleras
de la comisaría frente a ella. Pronto los tres se estaban abrazando,
Peter miró a su espalda a Patricia y le abrió un brazo para que se
abrazara con ellos también. Nicolás les dio el día libre a los
cuatro y éstos subieron al auto familiar de Peter hasta su casa.
-¡En casa otra vez!
-gritó cuando entró. Entonces Alicia levantó la mirada desde sus
muñecas hasdta su hermana. Pero ni siquiera se movió.- ¡Alice!
-¿Se te pegó en
inglés como a tu padre? -se quejó Lali.
-¿Alice? -la
pequeña siguió mirando a su hermana Carolina y Patricia se sentó
en el sofá.
-¿Quien es esa que
se parece a Caro? -le preguntó la pequeña a Patricia, esta se rió
y Carolina se acercó a su hermana.
-Soy Carol. Tu
hermana. -dijo ya a su altura.
-Hola. -dijo Alicia
volviendo a jugar con su muñeca.
-¿Solo me vas a
decir hola? -preguntó Carolina. Peter y Patricia se rieron sentados
en el sillón mientras Lali empezaba a cocinar.
-Es poco expresiva.
-añadió Peter.
-¿Esa es mi muñeca?
-preguntó Carolina mirando a su hermana más pequeña.
-No, es mía. Se
llama Elena. -dijo Alicia parándose para enseñarle a Carolina su
juguete favorito.
-No se llama Elena.
Se llama Gimena. -dijo Carolina molesta.
-Elena.
-Gimena.
-Elena.
-Gimena.
-Pues yo siempre le
llamé Barbie. -dijo Patricia cortando la discusión.
-Papá, si con 4
años ya me roba mis muñecas con 10 me va robar el shampoo, con 15
mis remeras, y con 19 a mi marido. ¡Castígala! -se quejó Carolina.
-Carolina. Ella
tiene 4 años y tu 19. ¿De verdad crees que te pueda robar a tu
marido? Cuando ella tenga 19 tu vas a estar vieja, no va a querer a
tu marido.
-¡Mamá! -Carolina
desapareció pidiédole justicia a su madre.
-Papá... -dijo
Patricia.
-¿Que pasa? ¿A ti
también te preocupa tu hermana?
-No, solo quería
agradecerte. -su padre la miró enarcando una ceja.
-El primer cajón...
-dijo en un suspiro. Patricia se rió y lo abrazó. Carolina volvió
y también lo abrazo, aun que esta sin motivo.
-Papá, engordaste
un poco ¿no? -dijo Carolina. Patricia rompió y todos miraron a
Alicia que se paró del piso y caminaba hacia su papá.
-Papá no engordo,
tonta. Papá siempre estuvo gordo.
-Eso es porque no lo
conociste antes. Nosotras si. Y ya sabemos de donde sacamso tanta
facha, no como vos. Fea. -le dijo Carolina.
-Papá, esta señora
me tiene envidia. Además no es mi hermana Carolina. Carol era más
linda y más delagada que ella. -dijo Alicia sentándose en las
piernas de su papá.
-¿Me dijo señora?
Señora tu madre, nena. -dijo Carolina.
-Alicia ¿quieres
que te prepare esa tarta que te gusta para comer a la noche?
-preguntó Lali, desde la cocina.
-¿Hay algún tipo
de celebración esta noche? -preguntó Patricia. Lali no se ofrecía
a cocinar, así porque si.
-Claro, hoy a la
noche vienen los abuelos, Óscar, Alex, Ana, Soraya, Bea, Lucía y
Diego. -dijo Lali anumerando con los dedos.
-Patri, Patri,
Patri, Patri, Patri. -dijo Carolina, aparentemente recordando algo.-
¿Me acompañás a visitar a los chicos?
-¿Que chicos?
-preguntó Patricia.
-Josefina, Agustina,
Catalina, Alan, Yago, Santi,...
-Para, ¿vas a ir a
visitar a tu ex novio? -preguntó Patricia interrumpiéndola.
-Claro, y al tuyo.
-añadió después.
-Entonces, no. -dijo
Patricia, parándose y subiendo a su cuarto.
-Patri, por favor...
-pedía Carolina mientras iba detrás de ella.
-Volvemos a como
todo era antes... -dijo Peter sonriente mientras acariciaba la
espalda de Alicia que juagaba con Elena/Gimena.

ja ja son geniales!!! Me encanta más!
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