domingo, 17 de febrero de 2013

38.De vuelta.





Esa mañana la comisaría estaba totalmente tranquila. Cada patrulla tenía su propio caso y todos estaban ocupados, la mayoría fuera de la comisaría. Rocío trabajaba con un cadáver en el laboratorio. Candela y Agustín estaban examinando un asesinato con el resto de la patrulla. El comisario había salido y nadie sabía a que. Por lo tanto, los únicos que quedaban en la comisaría eran los cadetes y algún que otro vigilante y agente en el piso inferior. Los cinco cadetes estaban sentados en un banco del pasillo del piso superior, esperando trabajo que nunca llegaba.

-Che, nos dijeron que seríamos cadetes durante tres meses de prueba y ya pasaron tres meses y medio. ¿Quien se tiene que escargar de eso? -preguntó Sam.

-Los inspectores, mis papás. -dijo Patricia mirando con atención el papel que llevaba colgando del cuello para informar que trabajaba allá, como tenían todos.

-¿Ustedes creen que entramos todos? -preguntó Marcos.

-Si, yo creo que nos van a contratar a los cinco. -dijo Andrés.

-Afri, Patri. Si nos contratan ¿nos vamos a quedar los cinco en esta comisaría? -preguntó Sam.

-No se, yo creo que nos pueden destinar a otro lugar, pero siempre cerca de acá. -dijo África. Todos miraban a Patricia ya que su celular había empezado a sonar y no lo encontraba por ningún lado.

-Acá... -susurró cuando lo encontró. Sonrió y atendió el llamado.- ¿Hola?

-Patri, haceme un favor. -pidió su papá desde el otro lado del llamado.

-Decime, papá.

-Andá a mi despacho y mirá si tengo una carpeta verde encima de la mesa. -dijo el.

-Esperá. -su hija se paró del banco y se encaminó hacia el despacho de Peter, lo abrió y no vió nada encima de la mesa aparte de una foto de cada una de sus hijas, de sus papás, de Lali y la foto que sacaron 4 años atrás en Navidad en casa de los Espósito.- No papá, acá no hay ninguna carpeta verde.

-Mirá en el primer cajón de la mesa. -Patricia lo abrió y se quedó totalmente perpleja y enmudecida cuando vió los informes de los cadetes, es decir, de ella entre todo.- ¿Patricia? ¿Hay algo? -preguntó otra vez Peter.

-No papá, no hay ninguna carpeta verde. -dijo ella dejando los informes encima de la mesa.

-Seguro que tu mamá la dejó olvidada en el auto. Gracias, cielo. -dijo el antes de cortar. Patricia dejó el celular encima de la mesa y esperándose lo peor abrió la carpeta.

Pasó los informes de los demás sin nisiquiera fijarse en ellos. Hasta que llegó el que llevaba una foto suya. Se paró a leerlo. En ese informe afirmaba que había superado el tiempo de prueba en Dimas y que se le entregaría una placa. Al final suspiró tranquila al ver la firma de su padre. Sonrió y dejó todo como estaba saliendo del despacho de su padre con una sonrisa. Entonces escuchó las voces de sus papás y sus compañeros entrando en la comisaría. Ella corrió a volver donde estaban sus compañeros y Nicolás les ordenó ir a organizar unos informes importantes en la sala de reuniones, como llevaban haciendo unos días en los que no tenían trabajo. Pero algo interrumpió sus trabajos, una voz por la megafonía le sonaba familiar.

-Aviso importante, aviso importante... -dijo aquella voz.- Por favor, los agentes: Martínez, Espósito, Igarzabal, Sierra, D'Alessandro y Riera; los cedetes: Lanzani y Martínez; el comisario Vázquez y los inspectores: Espósito y Lanzani acudan a recepción, que su hija ha venido a verles. -entonces Patricia reconoció la voz y salió corriendo seguida por África.

Cuando ellas llegaron Nicolás, Agustín y Rocío estaban saludando a la recién llegada. Las siguientes en saludarla fueron Patri y Afri. Caundo Patricia se separó de su hermana vió a sus papás, cada uno delante de la puerta de su despacho y caminando lentamente hacia las escaleras. Pero la puerta del comisario quedaba más cerca y se les adelantó. Nicolás Vázquez, padrino de Patricia, la abrazó fuerte. Entonces llegaron Nicolás, Pablo y Victorio y los tres se encargaron de ahogarla entre sus fuertes brazos.

Cuando Carolina se separó de los tres hombres vió a sus papás bajando las escaleras de la comisaría frente a ella. Pronto los tres se estaban abrazando, Peter miró a su espalda a Patricia y le abrió un brazo para que se abrazara con ellos también. Nicolás les dio el día libre a los cuatro y éstos subieron al auto familiar de Peter hasta su casa.

-¡En casa otra vez! -gritó cuando entró. Entonces Alicia levantó la mirada desde sus muñecas hasdta su hermana. Pero ni siquiera se movió.- ¡Alice!

-¿Se te pegó en inglés como a tu padre? -se quejó Lali.

-¿Alice? -la pequeña siguió mirando a su hermana Carolina y Patricia se sentó en el sofá.

-¿Quien es esa que se parece a Caro? -le preguntó la pequeña a Patricia, esta se rió y Carolina se acercó a su hermana.

-Soy Carol. Tu hermana. -dijo ya a su altura.

-Hola. -dijo Alicia volviendo a jugar con su muñeca.

-¿Solo me vas a decir hola? -preguntó Carolina. Peter y Patricia se rieron sentados en el sillón mientras Lali empezaba a cocinar.

-Es poco expresiva. -añadió Peter.

-¿Esa es mi muñeca? -preguntó Carolina mirando a su hermana más pequeña.

-No, es mía. Se llama Elena. -dijo Alicia parándose para enseñarle a Carolina su juguete favorito.

-No se llama Elena. Se llama Gimena. -dijo Carolina molesta.

-Elena.

-Gimena.

-Elena.

-Gimena.

-Pues yo siempre le llamé Barbie. -dijo Patricia cortando la discusión.

-Papá, si con 4 años ya me roba mis muñecas con 10 me va robar el shampoo, con 15 mis remeras, y con 19 a mi marido. ¡Castígala! -se quejó Carolina.

-Carolina. Ella tiene 4 años y tu 19. ¿De verdad crees que te pueda robar a tu marido? Cuando ella tenga 19 tu vas a estar vieja, no va a querer a tu marido.

-¡Mamá! -Carolina desapareció pidiédole justicia a su madre.

-Papá... -dijo Patricia.

-¿Que pasa? ¿A ti también te preocupa tu hermana?

-No, solo quería agradecerte. -su padre la miró enarcando una ceja.

-El primer cajón... -dijo en un suspiro. Patricia se rió y lo abrazó. Carolina volvió y también lo abrazo, aun que esta sin motivo.

-Papá, engordaste un poco ¿no? -dijo Carolina. Patricia rompió y todos miraron a Alicia que se paró del piso y caminaba hacia su papá.

-Papá no engordo, tonta. Papá siempre estuvo gordo.

-Eso es porque no lo conociste antes. Nosotras si. Y ya sabemos de donde sacamso tanta facha, no como vos. Fea. -le dijo Carolina.

-Papá, esta señora me tiene envidia. Además no es mi hermana Carolina. Carol era más linda y más delagada que ella. -dijo Alicia sentándose en las piernas de su papá.

-¿Me dijo señora? Señora tu madre, nena. -dijo Carolina.

-Alicia ¿quieres que te prepare esa tarta que te gusta para comer a la noche? -preguntó Lali, desde la cocina.

-¿Hay algún tipo de celebración esta noche? -preguntó Patricia. Lali no se ofrecía a cocinar, así porque si.

-Claro, hoy a la noche vienen los abuelos, Óscar, Alex, Ana, Soraya, Bea, Lucía y Diego. -dijo Lali anumerando con los dedos.

-Patri, Patri, Patri, Patri, Patri. -dijo Carolina, aparentemente recordando algo.- ¿Me acompañás a visitar a los chicos?

-¿Que chicos? -preguntó Patricia.

-Josefina, Agustina, Catalina, Alan, Yago, Santi,...

-Para, ¿vas a ir a visitar a tu ex novio? -preguntó Patricia interrumpiéndola.

-Claro, y al tuyo. -añadió después.

-Entonces, no. -dijo Patricia, parándose y subiendo a su cuarto.

-Patri, por favor... -pedía Carolina mientras iba detrás de ella.

-Volvemos a como todo era antes... -dijo Peter sonriente mientras acariciaba la espalda de Alicia que juagaba con Elena/Gimena.

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