-Pasá cielo. -dijo
Lali abriendo la puerta de casa. En cuanto trapasó la puerta su hija
corrió hacia ella y se lanzó encima. Ella la agarró en brazos y le
dió un besito en la mejilla.
-¿Quien eres? -le
prguntó la pequeña a Eduardo.
-Yo soy Edu, ¿y
vos? -dijo el nuevo.
-Soy Alice. -dijo la
pequeña afreciéndole la mano para estrecharla con el. Con el tiempo
se habituó a que su papá le llamara de esa forma, y el resto de la
familia también.
-Encantado. -dijo
Eduardo apretándole la mano.
-¡Alicia como te
vuelvas a escapar le voy a decir a papá! -llegó gritando Ana, que
al ver a su hermana sonrió. Fue a saludarla y se presentó a
Eduardo.
-Yo me voy, mañana
vuelvo pequeña. -le dijo a Alicia. Entonces Peter entró.- Hola,
Pedrito. -dijo ella que sabía que el le jodía.
-Adiós, Anita.
-dijo el en un suspiró. Su cuañada rió, le dió un beso en el
cachete y se fue a su casa.- Bueno, Edu, esta es nuestra casa. Vení
que te enseño tu cuarto.
Los dos hombres
subieron las escaleras y Lali fue al living con su hija en brazos,
prendió la TV y las dos vieron los dibujitos. Hasta que la puerta se
abrió y Patricia asomó la cabeza por esta. Alicia corrió a
abrazarla, como hizo con su madre minutos tarde.
-Hola, linda. ¿Como
estás?
-Bien ¿vos? ¿Volvés
a casa? -siempre preguntaba lo mismo.
-Estoy bien, pero no
voy a volver a casa. -dijo la mayor besando su mejilla.
-¿Y Carol?
-preguntó d enuevo mientras se acercaban a su madre que las miraba
con una sonrisa.
-No, ella está en
Londres, pero volverá. -le guiñó un ojo y ella corrió de nuevo a
sentarse en el piso y mirar al televisor. Patricia se sentó al lado
de su madre.- ¿Como estais?
-Bien, ¿vos? ¿Te
llega el dinero? ¿Comés bien? ¿Dormís? A veces traés ojeras a
comisaría... -sin querer le salió la vena materna.
-Si, mamá, estoy
bien. ¿Papá?
-Está arriba con..
-pero cuando iba a pronunciar su nombre Peter bajó con Eduardo.
-... yo creo que se
donde podés tener una casa... -venía diciendo Peter cuando vió a
su hija.- ¿Patri?
-Ni que no me
hubieras visto en años, pa... -se quejó ella.
-Hola. -sonrió
Eduardo. Ella se paró y le dió un beso en el cachete.
-¿Estás bien?
-Si, papá. No es
necesario que me pase algo para venir...
-Como últimamente
no venís mucho... -dijo Lali.
-Mamá.. -se quejó
Patricia.- ¿Que les parece si hoy hago yo la cena para recompensar?
-propuso Patricia y nadie se negó, era una gran cocinera...
Patricia se apoderó
de la cocina y sus padres, con su hermana, estuvieron charlando con
Eduardo. Cuando Patri ya casi tenía listo los ravioles Peter entró
a la cocina.
-¡Que bien huele!
-exclamó cuando entró en la cocina. Patricia al escucharlo se giró
y le sonrió.- Mejoraste tus dotes de cocina.
-Es que en casa
cocino yo. Afri cocina re mal entonces ella limpia y yo cocino.
-explicó ella sirviendo la comida ya en los platos.
-Hiciste un buen
trato. -los dos rieron y Peter se le quedó mirando.
-¿Que me mirás
tanto? ¿Tengo algo en la cara? -preguntó ella.
-No, pasa que esta
casa sin vos ni Carol está un poco vacía... Y Alice se toma el
atrevimiento de llenarla por ustedes.
-Si, ya veo que os
tiene bien ocupados siempre... -dijo riendo.
-Menos mal que
duerme casi 12 horas, sino... -pensó algo que le pudiera hacer.- la
devolvía a la fábrica... -los dos rieron y Peter miró los platos,
ya listos de comida. Ayudó a su hija a servirlos y entonces los
cinco se sentaron a comer.
-Está realmente
bueno, Patricia. Te tengo que felicitar... -dijo Eduardo.
-Gracias. -contestó
ella.- ¿Y vos que hacés viviendo con estos dos viejitos?
-Vieja tu abuela,
nena. -se quejó Lali.
-Lali, mi mamá está
en perfectas condiciones. -corrigió Peter. Patricia ignoró a sus
papás y miró a Eduardo.
-Es que estaba
viviendo en un hotel y ellos me ofrecieron venir acá mientras no
encuentro otra cosa y acá estoy. -explicó el.
-Te aviso, -dijo
ella bajando la voz.- suelen discutir un poco. Sobretodo a las
mañanas, mi mamá tiene un mal despertar. -se quejó ella.
-Y todas sus hijas
lo heredaron. -añadió Peter.
-Entonces esta casa
a las mañanas era un infierno ¿no? -dijo el riendo.
-Un poco.
-admitieron padres e hija a coro.
Patricia se despidió
de sus papás, su hermana y Eduardo; después de cenar y recoger un
poco la mesa. Lali fue a acostar a Alice y Peter se quedó charlando
con Eduardo.
-¿Ella es su otra
hija? -preguntó agarrando una foto donde estaban las tres hijas de
Peter.
-Si, Carolina. Está
en Londres. Decidió ir allá para preparar un poco su inglés. Hizo
unas pruevas allá y la aceptaron en Oxford, de lo cual aun me
sorprendo mucho. -su invitado rió.- No es que sean tontas, porque
ninguna de las dos lo es, pero nunca fueron unas minas 10.
-Pero Oxford quiere
sobretodo a gente con iniciativa. Y tu hija, al ser una mina que
viajó sola a un lugar tan lejos de casa y sin planes de futuro les
debió sorprender, por eso la aceptaron. ¿Que está estudiando?
-Medicina.
-Mi hermana está
también en Oxford, pero ella está estudiando Criminología.
-Entonces, esto
también va en la sangre. Digo, lo de las comisarías, los asesinos,
vivir entre muertes...
-Si. -rió Eduardo.
-Tu hermana en
Oxford y vos en la comisaría de Dimas... ¿Cuantos años tiene tu
hermana?
-Cumplió 20 hace un
mes, pero aun está empezando... -explicó el.
-Hablando de Roma...
-dijo Peter mirando el celular que sonaba con la fotografia de su
hija en la pantallita.- Hola, cielo... ¿como andás?... ¿En serio?
¿Y cuando tienes vacaciones? ¿Tan pronto? ...ah... Entoncés ¿te
veremos pronto?... Me alegro. Un besito... Te quiero...
-Bueno, yo me voy a
dormir. Que mañana tenemos que trabajar.
-Si, mejor vamos a
descansar. Sino mañana el comisario Vázquez, nos mata.
Los dos se fueron a
sus cuartos, Peter al suyo; y Eduardo al de invitados, que Ana había
preparado mientras su hermana y su cuñado trabajaban.

Me encanta más! Hay amor entre estos dos?
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