lunes, 4 de febrero de 2013

32.Historias.







-Cuidado Carol. -dijo susrrando Patricia.

-Como nos escuchen nos matan. -dijo Carolina.

-Ya, pero merece la pena. ¿Esto donde se mete? -preguntó examinando todas las máquinas de video.

-Acá, estúpida. -Carolina resolvió su duda y las dos se sentaron frente al televisor.

Lali atrás de ellas decidió ver el viedo con ellas, pero sin que sus hijas lo supieran.

24 de diciembre de 1977...

Lali tiene 15 años. Sus hermanos tienen 35, María 34 y Eduardo 36. Lucía apensa tenía 12 años, Óscar 7 añitos, Soraya 4 años y Bea 3 mesitos. Carlos Espósito lucía sus 55 añazos y María José sus 53. Esa noche, en compañía de Candela que decidió pasar las Navidades con sus primos, los 11 Espósito y Candela cenarían en la misma Mansión donde cenarían 35 años más tarde. La cámara apuntó directamente a Ana y su hija mayor que jugaban en el piso.

Saludá Soraya! -le pidió Pato atrás de la cámara. La pequeñá miró la cámara y saludó contenta con su vestido rojo. La cámara se movió hasta la cocina donde estaban Carlos, María José y María cocinando.- Saluden a la cámara. -los tres se giraron y las dos mujeres rieron mientras que Carlos suspiró. Pato se acercó con la cámara y se enfocó a el con su padre.- ¿No tengo el mejor papá del mundo? -preguntó retóricamente.

-El mejor papá del mundo es el mío, tonto. -gritó una Mariana de 15 años desde el living.

-No seas celosilla. -le contestó su hermano. Entonces Ana entró con Soraya en brazos y Óscar atrás de sus piernas. María José, que amaba a sus nietos, dejó lo que estaba haciendo para dejar un beso en cada una de las cabecitas de sus nietos presentes.

-¿Que cocinas ma? -preguntó Óscar poniéndose en puntitas de pie para espiar lo que su mamá hacía.

-Cocino el pollo, mi amor. -contestó esta concentrada.

-¿Me dejás probarlo? -pregutó con picardía.

-No, cielo, es para cenar. -dijo su mamá.

-Óscar, porque no vas a molestar a Lali y a Cande para que pongan la mesa. -dijo la abuela.

-¿Puedo molestar también a Lucía? -preguntó el nene.

-Claro, que podés. -contestó Pato.- Vamos, te acompaño. -dijo ofreciéndole su mano para que la agarrara. Desde la pantalla se vió como Óscar tiraba de su padre hacia el living donde Lali, Candela y Lucía veían el televisor.

-Andá a poner la mesa, Lu. -dijo el pequeño. Su hermana lo empujó para que la dejara ver la película que estaban echando.

-No quiero. -se quejó esta.

-Dale, me mandó la abuela. Lali, Cande, ustedes también. -ordenó el pequeño parándose en el sillón molestando a las tres nenas mientras Pato gravaba todo.

Mamá, decile a tus hijos los mayores que pongan ellos la mesa! Lo único que hacen es molestar. -pidió Lali sin mover un músculo.

-¿Como que se lo pida a tus hermanos? Ellos ya son mayores y tienen dos hijos cada uno, no les pudo mandar hacer nada. Pero por el contrario, a vos que sos menor y sos mi hija si que puedo. -dijo la mujer desde atrás del sillón de living.- Cuando vos tengas tus hijos ya no te podré mandar nada.

-Pienso tener hijos a los 16 como Roberta para que no me mandes más. -se quejó Lali.

-¿Y pasar por todo el dolor del parto? -dijo María dejando la vajlla encima de la mesa para que sus cuñadas y su sobrina pusieran la mesa.

-¿Tanto duele? -preguntó Cande.

-Imaginate. Por ahí.. -María señaló su parte comprvando que solo ellas tres la vieran.- tiene que salir un bebé.

-Pero antes tuvo que entrar otra cosa... -la desafío Lali. Pato que lo gravaba todo le golpeó la cabeza.

-¿Que pensarán tus hijos cuando vean todo lo que decís? -se quejó el.

-Dirán: "Que grosa mamá" . -dijo segura Lali su hermano y su cuñada rieron.

-Si, seguro. -se quejó Candela.

-Callate, que vos seguro que ni hijos tenés. -le dijo Lali de broma a su prima.

-Eso es lo que vos decís. Cuando me case con Julio -pibe que iba en clase de las primas y que las tenía locas a todas.- y tengamos 14 hijos no dirás lo mismo.

-Suerte. -le dijo María acariciando su cabeza.

-Che, ¿cantamos algo antes de cenar? -preguntó Pato. Todos se prendieron rápido. Y Lali con su guitarra en mano, Pato sentado frente al piano y todos los demás mirándolos eligiron un tema de los Beatles.

-¿With a little help for my friends? -propuso Lali. Su hermano asintió y las primeras notas salieron del piano.

-What would you think if I sang out of tune, would you stand up and walk out on me? -empezó María. La cámara posada encima de la mesada gravaba a toda la familia cantando y a los pequeños aplaudiendo al son de la música.

La gravación se paró y cuando volvió a empezar ya todos estaban recogiendo la mesa o sentados en el sillón o en el piso. En el sillón estaban la vieja pareja Espósito y sus hijos mayores.

-Están para una foto, eh. -dijo María.

-Pero falto yo. -dijo Lali lanzándose encima de ellos. Sus padres y hermanos se quejaron.

-Lali, sos una bruta. -se quejó Ana.

-¿Lali? ¿Bruta? -dijo irónica María José.

-No... -dijo alargando la vocal Pato y riendo con su madre.

Que malos! -se quejó Lali.

-Óscar enfoncanos acá. -le ordenó Pato.

-¿Que es enfocar? ¿Le doy a este botón? -preguntó el pequeño.

-No, no a ese no... -se vió a María y a Pato corriendo hacia su hijo y la cámara que cayó al piso. Las hermanas rieron y la gravación volvió.

-Problema técnico. -se vió a Lali enfocándose a si misma y a Óscar atrás de ella.

-Fue mi culpa. -gritó emocionada el pequeño.

-Eso no se dice tonto. -su madre lo agarró en brazos y Lali se enfocó con ellos.

-¿No tengo una cuñada y un sobrino re lindos? -preguntó retóricamente.

-¿Gracias a quien? -gritó Pato desde el sillón.

-Gracias al mejor hermano del mundo. Patricio Espósito. -dijo ella enfocándose con su hermano.

-Me debés algo. -le dijo el.

-¿Algo como que?

-No se, ponele mi nombre a tu hijo. -propuso el.

-No, tu nombre es horrible, Pato. -confesó la pequeña.

-¿Como horrible? Yo mismo lo elegí. -dijo el viejo Espósito.

-Por eso papá. -rió la pequeña.

-Pues que sepas que nosotros decidimos tu nombre. -dijo Ana.

-Mamá, ¿quien decidió mi nombre? -preguntó Soraya.

-Tu abuela Flor. -mamá de Eduardo.

-Pato, mirá. -le dijo su mujer señalando a su hijo más pequeño casi dormido encima del brazo del sillón.

-Óscar ¿nos vamos a casa? -preguntó Pato.

-No, ¿por que? -dijo este.

-Porque te estás quedando dormido.

Pato, María, Lucía y Óscar se fueron de la casa y con la despedida de la familia la gravación dejó de funcionar.

-¿Que pasó, Carol? -preguntó Patricia.

-No se...

-Se le acabaron las pilas a la cámara y no pudimos seguir gravando. -dijo Lali.

-¡Mamá! ¡Que susto! -se quejó Patricia.- ¿Que hacías acá?

-Estaba viendo aquel video como ustedes. -dijo sentándose en el medio de sus hijas.

-¿Por que nunca nos cantaste? -preguntó Carolina.

-Porque yo dejé de cantar hace mucho tiempo. -explicó ella.

-¿Por que?

-Porque María, la mujer de Pato, se murió. Ella y mis papás nos enseñaron a Pato y a mi a cantar y a tocar la guitarra y el piano. Primero se murieron mis papás, vuestros abuelos, y después María. Entonces dejé de cantar.

-Pero ma... -dijo Carolina.- En injusto. Yo tuve que aprender a tocar el piano sola.

-Y yo la guitarra. -dijo Patricia.

-Bueno, que les parece si de ahora en adelante las cosas se volverán más... -pensó la palabra justa.- musicales. ¿Si?

-Dale, me parece justo... -dijeron las dos a coro. Su madre rió y las abrazó.

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