-Como
nos escuchen nos matan. -dijo Carolina.
-Ya,
pero merece la pena. ¿Esto donde se mete? -preguntó examinando
todas las máquinas de video.
-Acá,
estúpida. -Carolina resolvió su duda y las dos se sentaron frente
al televisor.
Lali
atrás de ellas decidió ver el viedo con ellas, pero sin que sus
hijas lo supieran.
24 de
diciembre de 1977...
Lali
tiene 15 años. Sus hermanos tienen 35, María 34 y Eduardo 36. Lucía
apensa tenía 12 años, Óscar 7 añitos, Soraya 4 años y Bea 3
mesitos. Carlos Espósito lucía sus 55 añazos y María José sus
53. Esa noche, en compañía de Candela que decidió pasar las
Navidades con sus primos, los 11 Espósito y Candela cenarían en la
misma Mansión donde cenarían 35 años más tarde. La cámara apuntó
directamente a Ana y su hija mayor que jugaban en el piso.
-¡Saludá
Soraya! -le pidió Pato atrás de la cámara. La pequeñá miró la
cámara y saludó contenta con su vestido rojo. La cámara se movió
hasta la cocina donde estaban Carlos, María José y María
cocinando.- Saluden a la cámara. -los tres se giraron y las dos
mujeres rieron mientras que Carlos suspiró. Pato se acercó con la
cámara y se enfocó a el con su padre.- ¿No tengo el mejor papá
del mundo? -preguntó retóricamente.
-El
mejor papá del mundo es el mío, tonto. -gritó una Mariana de 15
años desde el living.
-No
seas celosilla. -le contestó su hermano. Entonces Ana entró con
Soraya en brazos y Óscar atrás de sus piernas. María José, que
amaba a sus nietos, dejó lo que estaba haciendo para dejar un beso
en cada una de las cabecitas de sus nietos presentes.
-¿Que
cocinas ma? -preguntó Óscar poniéndose en puntitas de pie para
espiar lo que su mamá hacía.
-Cocino
el pollo, mi amor. -contestó esta concentrada.
-¿Me
dejás probarlo? -pregutó con picardía.
-No,
cielo, es para cenar. -dijo su mamá.
-Óscar,
porque no vas a molestar a Lali y a Cande para que pongan la mesa.
-dijo la abuela.
-¿Puedo
molestar también a Lucía? -preguntó el nene.
-Claro,
que podés. -contestó Pato.- Vamos, te acompaño. -dijo ofreciéndole
su mano para que la agarrara. Desde la pantalla se vió como Óscar
tiraba de su padre hacia el living donde Lali, Candela y Lucía veían
el televisor.
-Andá
a poner la mesa, Lu. -dijo el pequeño. Su hermana lo empujó para
que la dejara ver la película que estaban echando.
-No
quiero. -se quejó esta.
-Dale,
me mandó la abuela. Lali, Cande, ustedes también. -ordenó el
pequeño parándose en el sillón molestando a las tres nenas
mientras Pato gravaba todo.
-¡Mamá,
decile a tus hijos los mayores que pongan ellos la mesa! Lo único
que hacen es molestar. -pidió Lali sin mover un músculo.
-¿Como
que se lo pida a tus hermanos? Ellos ya son mayores y tienen dos
hijos cada uno, no les pudo mandar hacer nada. Pero por el contrario,
a vos que sos menor y sos mi hija si que puedo. -dijo la mujer desde
atrás del sillón de living.- Cuando vos tengas tus hijos ya no te
podré mandar nada.
-Pienso
tener hijos a los 16 como Roberta para que no me mandes más. -se
quejó Lali.
-¿Y
pasar por todo el dolor del parto? -dijo María dejando la vajlla
encima de la mesa para que sus cuñadas y su sobrina pusieran la
mesa.
-¿Tanto
duele? -preguntó Cande.
-Imaginate.
Por ahí.. -María señaló su parte comprvando que solo ellas tres
la vieran.- tiene que salir un bebé.
-Pero
antes tuvo que entrar otra cosa... -la desafío Lali. Pato que lo
gravaba todo le golpeó la cabeza.
-¿Que
pensarán tus hijos cuando vean todo lo que decís? -se quejó el.
-Dirán:
"Que grosa mamá" . -dijo segura Lali su hermano y su
cuñada rieron.
-Si,
seguro. -se quejó Candela.
-Callate,
que vos seguro que ni hijos tenés. -le dijo Lali de broma a su
prima.
-Eso
es lo que vos decís. Cuando me case con Julio -pibe que iba en clase
de las primas y que las tenía locas a todas.- y tengamos 14 hijos no
dirás lo mismo.
-Suerte.
-le dijo María acariciando su cabeza.
-Che,
¿cantamos algo antes de cenar? -preguntó Pato. Todos se prendieron
rápido. Y Lali con su guitarra en mano, Pato sentado frente al piano
y todos los demás mirándolos eligiron un tema de los Beatles.
-¿With
a little help for my friends? -propuso Lali. Su hermano asintió y
las primeras notas salieron del piano.
-What
would you think if I sang out of tune, would
you stand up and walk out on me? -empezó María. La
cámara posada encima de la mesada gravaba a toda la familia cantando
y a los pequeños aplaudiendo al son de la música.
La
gravación se paró y cuando volvió a empezar ya todos estaban
recogiendo la mesa o sentados en el sillón o en el piso. En el
sillón estaban la vieja pareja Espósito y sus hijos mayores.
-Están
para una foto, eh. -dijo María.
-Pero
falto yo. -dijo Lali lanzándose encima de ellos. Sus padres y
hermanos se quejaron.
-Lali,
sos una bruta. -se quejó Ana.
-¿Lali?
¿Bruta? -dijo irónica María José.
-No...
-dijo alargando la vocal Pato y riendo con su madre.
-¡Que
malos! -se quejó Lali.
-Óscar
enfoncanos acá. -le ordenó Pato.
-¿Que
es enfocar? ¿Le doy a este botón? -preguntó el pequeño.
-No,
no a ese no... -se vió a María y a Pato corriendo hacia su hijo y
la cámara que cayó al piso. Las hermanas rieron y la gravación
volvió.
-Problema
técnico. -se vió a Lali enfocándose a si misma y a Óscar atrás
de ella.
-Fue
mi culpa. -gritó emocionada el pequeño.
-Eso
no se dice tonto. -su madre lo agarró en brazos y Lali se enfocó
con ellos.
-¿No
tengo una cuñada y un sobrino re lindos? -preguntó retóricamente.
-¿Gracias
a quien? -gritó Pato desde el sillón.
-Gracias
al mejor hermano del mundo. Patricio Espósito. -dijo ella
enfocándose con su hermano.
-Me
debés algo. -le dijo el.
-¿Algo
como que?
-No
se, ponele mi nombre a tu hijo. -propuso el.
-No,
tu nombre es horrible, Pato. -confesó la pequeña.
-¿Como
horrible? Yo mismo lo elegí. -dijo el viejo Espósito.
-Por
eso papá. -rió la pequeña.
-Pues
que sepas que nosotros decidimos tu nombre. -dijo Ana.
-Mamá,
¿quien decidió mi nombre? -preguntó Soraya.
-Tu
abuela Flor. -mamá de Eduardo.
-Pato,
mirá. -le dijo su mujer señalando a su hijo más pequeño casi
dormido encima del brazo del sillón.
-Óscar
¿nos vamos a casa? -preguntó Pato.
-No,
¿por que? -dijo este.
-Porque
te estás quedando dormido.
Pato,
María, Lucía y Óscar se fueron de la casa y con la despedida de la
familia la gravación dejó de funcionar.
-¿Que
pasó, Carol? -preguntó Patricia.
-No
se...
-Se
le acabaron las pilas a la cámara y no pudimos seguir gravando.
-dijo Lali.
-¡Mamá!
¡Que susto! -se quejó Patricia.- ¿Que hacías acá?
-Estaba
viendo aquel video como ustedes. -dijo sentándose en el medio de sus
hijas.
-¿Por
que nunca nos cantaste? -preguntó Carolina.
-Porque
yo dejé de cantar hace mucho tiempo. -explicó ella.
-¿Por
que?
-Porque
María, la mujer de Pato, se murió. Ella y mis papás nos enseñaron
a Pato y a mi a cantar y a tocar la guitarra y el piano. Primero se
murieron mis papás, vuestros abuelos, y después María. Entonces
dejé de cantar.
-Pero
ma... -dijo Carolina.- En injusto. Yo tuve que aprender a tocar el
piano sola.
-Y
yo la guitarra. -dijo Patricia.
-Bueno,
que les parece si de ahora en adelante las cosas se volverán más...
-pensó la palabra justa.- musicales. ¿Si?
-Dale,
me parece justo... -dijeron las dos a coro. Su madre rió y las
abrazó.

Me encanta más!!
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