Esa
mañana la luz del sol entró por la ventana que estaba encima de su
cabeza. Abrió un ojo y vió en el reloj de su mesa de luz que eran
las diez y media ya. Decidió estirar sus articulaciones despacio.
Miró por la ventana y vió a su padre observando los pocos árboles
que tenían en casa y jugando con el perro. Como el calor empezaba a
llegar decidió vestir unos shorts y una remera verde. Bajó descalza
las escaleras y sentada en la mesada del comedor estaba su hermana.
-Buen
día... -dijo ella al verla bajar despacio las escaleras de madera.
-Hola.
-le sacudió un poco los pelos rizados cuando pasó por su lado y
entró a la cocina para prepararse un café con leche y unos cereales
de colores. Agarró su taza preferida, la de Batman, y preparó su
desayuno para hacerle compañía a su hermana y el libro de Física.-
¿Estudias a esta hora de un sábado, Patri? -le preguntó.
-Si,
tenemos que rendir tres temas el lunes. ¿Cuando vas a estudiar vos?
-dijo ella bebiendo un sorbo de su taza de Superman.
-Yo
ya tengo preparado Física. Pero me tenés que ayudar con Inglés
mañana. -se sentó encima de la mesada.- ¿Mamá ya se fue a la
comisaría? -después de 14 años Lali decidió volver a la
comisaría, después de mucho insistirle a Peter.
-Si,
se fue hace un rato. Papá está afuera.
Las
dos permanecieron en silencio mientras desayunaban tranquilas hasta
que la puerta sonó. Carolina se paró -con los cereales en mano- y
abrió la puerta. Le sorprendió ver a un hombre de aproximadamente
37 años que no había visto en su vida.
-¿Quien
es usted? -dijo amable.
-¿Es
la casa de Mariana Espósito? -preguntó sin responder a la pregunta
de la adolescente. La cual asintió.- ¿Puedo hablar con ella?
-Ella
no está, pero está su marido. ¿Le sirve? -dijo amable otra vez. El
hombre asintió y Carolina lo dejó pasar hasta la cocina donde
Patricia lo saludó sin separar la mirada del libro de Física.
Carolina se asomó a la puerta del jardín e intentó visualizar a su
papá.- ¡Papá! ¡Un hombre busca a mamá! -gritó fuerte para que
su padre caminara tranquilo hasta la cocina.
-Buen
día ¿como dormiste? -dijo mientras los dos caminaban hasta la
cocina.
-Bien.
-dijo ella sonriente. Entonces llegaron a la cocina y Peter achinó
los ojos para reconocer a aquella figura.
-¿Facundo?
-recordemos: el ex de Lali, el cual desaparecía cada mañana sin
dejar ni una notita.- ¿Que hacés acá?
-Tenemos
que hablar. -dijo Facundo serio.
-Niñas
vallanse. -ordenó Peter. Sus hijas lo miraron sin entender.- Vallan
a sus cuartos, o a casa del vecino. Pero dejenme hablar con el.
-Carolina elevó sus dos hombros y se paró pero en cambio Patricia
lo miró.
-¿No
le irás a poner los cuernos a mamá no? -bromeó. Peter rió
sarcásticamente y echó a su hija con la mirada. Ella levantó las
manos y le gritó a su hermana.- ¡Carol, vamos a casa de Teresa!
Peter
rió de la discusión que estaba empezando entre sus hijas y cerró
la puerta de la cocina. Invitó a Facundo a sentarse y el se sentó
también.
-Decime,
¿que querías? -dijo seriamente.
-Quería
saber si ya resolvieron el caso de los papás de Lali. -Peter enarcó
una ceja.
-No,
no se resolvió. ¿Por que?
-Es
que encontré esto el otro día tirado por la calle. Y al ver el
apellido Espósito quise traérselo. -dijo sacando del bolsillo del
jean lo que parecía una noticia de un periódico antiguo.- Pensé
que podría ayudar...
-No
creo. Pero lo voy a llevar a la comisaría. De todas formas gracias.
-dijo el.
-No
sabía que te habías casado con Lali. -dijo Facundo sorprendiéndolo.
-En
realidad, no nos casamos. Estamos juntos, pero no casados. -explicó
el. Facundo asintió poco convencido.
-Ellas
son...
-Sus
hijas, y las mías. -dijo rápidamente, interrumpiéndolo.
-Enhoabuena.
Son re lindas. ¿Cuantos años tienen?
-Catorce.
-¿Las
dos?
-Si,
son mellizas.
Un
silencio incómodo se produjo hasta que la puerta de la cocina se
abrió y las risas de las tres mujeres de la casa inundaron la
cocina. Lali cesó rápido su risa al ver a su ex allá.
-¿Facundo?
¿Que hacés acá? -preguntó dejando las bolsas de nylon encima de
la mesada. Seguro que de vuelta a casa paro en el super.
-Hola,
Lali. -se acercó a darle dos besos.- Yo ya me iba.
Facundo
salió de la casa y Lali miró fijamente a Peter buscando una
respuesta. Carolina y Patricia anunciaron que se iban a estudiar cada
una a su cuarto dejando a sus papás solos.
-¿Que
hacía el acá? -preguntó Lali.
-Vino
a traer esto. -le enseñó la noticia del periódico que Facundo
llevara hasta la casa de los Lanzani-Espósito.
-Bueno..
-la petiza se acercó al tacho de la basura y tiró la noticia allá.
Peter se sorprendió tanto que comenzó a seguirla mientras ella
ordenaba su enorme cocina con lo que acababa de comprar.
-¿No
te interesa?
-No,
ya desistí con ese tema. -su pareja le agarró la mano.
-¿Estás
bien? -dijo mirándola fijo.
-Si,
pero no quiero volver a el caso de mis papás. La última vez que lo
hice perdí a mi hermano, no quiero que eso se repita.
-No
estés mal, ¿si? -la petiza asintió y el se acercó para besar su
boca. Estuvieron así unos minutos hasta que el celular de el sonó.
El suspiró, ella lo abrazó por la cintura mientras el atendía el
llamado.
-¡Hijo!
Hace siglos que no nos llamas. -se quejó su madre desde el otro
lado del teléfono.
-Mamá,
hablamos hace tres días. -dijo el.
-Cuatro.
-corrigió Natalia.- ¿Por que no vienen mañana a comer a casa?
-propuso.
-No
podemos. Mañana viene la familia de Lali a comer a casa. -dijo el
mirando a su esposa. Invitalos moduló ella.- ¿Por que no
vienen ustedes también?
-Llevamos
el postre. -dijo Natalia, justo antes de cortar el llamado. Peter
miró a Lali.
-Traen
el postre. -anunció. Lali rió de su suegra y siguió ordenando la
cocina.
-Hola,
abuelos. -dijo Patricia cuando abrió la puerta de su casa y del otro
lado se encontró a la pareja.
-Hola,
Patricia. -dijo su abuela dándole un beso en el cachete y entrando
al comedor.
-¿Seguro
que sos Patri? -dijo confuso Tomás, entonces Carolina llegó a junto
de ellos.
-Yo
soy Carol, abu. -dijo ella.
-Claro,
era broma. -dijo riendo. Sus nietas le dieron un beso cada una y lo
acompañaron al comedor.- ¡Lucía! Cuanto tiempo. -dijo el viejo,
que le encantaba estar con Lucía, igual que ella con el. La pasaban
bien juntos.
-Hola,
abuelito. -dijo Lucía parándose a darle dos besos. A su lado estaba
su futuro marido, Daniel, y de su otro lado Óscar y Alejandra.
-¿Como
están? -preguntó en general. Y recibió un bieeen conjunto.
Entonces Lali salió de la cocina y rió.- Mi nuera. -la petiza dejó
el pollo en la mesa y abrazó al viejito. A ella la siguieron Pablo y
Rocío.
La
comida sucedió entre chistes malos, risas y charlas. La mesa estaba
repleta, eran muchos ese día. Los papás de Peter; Óscar, Lucía y
sus respectivas parejas; Rocio, Pablo y la hija que habían adoptado
con 3 años hace 11 años, África; las mellizas y sus papás. Trece
personas comiendo juntos sin celebrar nada. Pero pronto tendrían el
que celebrar.
-Nos
casamos. -baldazo de agua fría por parte de Óscar. La cara blanca
de Pablo, la risa de Rochi, la sonrisa de Lali y Lucía y los abrazos
siguieron a la noticia.
-¿Pero
cuando? -preguntó Patri.
-¿Quien
va a ser la madrina? -preguntó su hermana.
-¿Y
el padrino? -Patricia.
-¿El
lugar de la boda? -Carolina.
-¿La
comida? -Patricia.
-¿La
música? -Carolina.
-¿De
blanco? -Patricia.
-¿Las
damas de honor? -Carolina.
-¡Eh!
Dejen en paz al pobre pibe... -Peter, y final del interrogatorio.

Me encanta!!! Más!!
ResponderEliminarMe pareció raro lo de facundo!