lunes, 3 de diciembre de 2012

11.Valijas.




-Chicos, reunión en el despacho de Vázquez. Ya. -dijo Luna, ayudante de Agustín y Rocío, asonmándose por la puerta de la sala de reuniones. Rocío, Lali y Nicolás charlaban allá.

Caminaron por los pasillos de la comisaría y llegaron a la puerta del jefe. Golpearon ésta dos veces y entraron. Allá ya se encontraba toda su patrulla, Pablo, Peter, Candela, Agus y Victorio. Ellos entraron y saludaron.

-Hola.. -le dijo suave Lali a Peter. El, con una sonrisa le contestó.

-Buen día.

Los siete se sentaron enfrente al jefe y lo miraron con atención.

-Tengo una recompensa a ustedes ocho. -dijo Nicolás. Los nombrados se miraron entre ellos.

-¿Por que? -preguntó Victorio.

-Por resolver el caso de los campos de fresas. -así habían llamado el caso de una adolescente muerta a cuasa de drogas, en el que al final una de sus amigas fue la que la mató. Gracias a resolver este caso la comisaría recibió un reconocimiento.- Con mis superiores, estuvimos pensando que no pueden quedarse sin nada después de lo que hicieron.

-No fue nada... -dijo Nicolás, los demás rieron ante su descaro.

-Aun así. Queríamos dales esto. -les dió un sobre a cada uno.- Les voy a pedir que se vallan a sus casas y lo abran allá. Por favor. Mañana nos dan la respuesta. -con una sonrisa Nicolás Vázquez los despidió. Recogieron sus cosas y juntos volvieron a sus casas. Cada uno se adentró en su propia casa quedando para cenar en Entre muertes todos juntos. En casa de Rochi, Peter y Nicolás.

-¿Que será, chicos? -dijo intrigada Rocío cuando los tres se sentaron en el sillón.

-¿Ya se puede abrir? -preguntó Nico, mirando a sus amigos.

-Si, ¿no? -Peter miró el sobre y decidió ser el quien tomase la inciativa.- ¿A la de tres? -preguntó, pero ya era demasiado tarde. Nicolás ya lo estaba abriendo. Los dos lo miraron con atención. Éste se tapó la boca con la mano y salió corriendo. Cuando Peter giró la cara Rocío ya tenía su sobre abierto. Ella pegó un pequeño gritito y se fue feliz. Peter se encogió de hombros y por fin, abrió su carta. Sonrió, pero aun no se creía que fuera real. El timbre sonó reiteradas veces y el se paró lentamente a abrir la puerta. Allá, Lali, sonreía de oreja a oreja. Se colgó de su cuello y el cerró la puerta con el pie.

-Navidad en Nueva York, mi sueño. -dijo Lali en su oído. Se separó un poco y lo miró.- Además, con vos... Perfecto.

-Perfecto. -repitió Peter con una sonrisa. Después la besó.


Nicolás llegó corriendo a la puerta del bar, donde Euge estaba sentada en el escalón de la entrada con un café en una de sus manos y un cigarro en la otra. Casi escupe el café cuando vió llegar corriendo a Nico.

-¿Que pasó? -preguntó riendo Euge. Dejó el café en el piso y se paró.

-Me voy todas las Navidades a Nueva York. -dijo con una sonrisa que ocupaba toda la cara.

-Jodeme... -dijo Eugenia. Pero no obtuvo más respuesta que un abrazo de Nico.


Pabloooo! Abrime. -exijió Rocío al otro lado de la puerta. Entonces, su novio le abrió la puerta con lágrimas en los ojos.- ¿Que pasó, mi amor? -dijo ya preocupada la rubia. El la dejó pasar y se sentaron en el sillón de la casa de Pablo.

-Nicolás Vázquez me dió un pasaje para mi y otro para Alex. -su novia rió y el la miró.- ¿Por qué te reís?

-Porque sos un sensiblón. -le dijo antes de darle un beso en la mejilla.


Nico dejó a Eugenia en suelo y le sonrió otra vez. Entonces, Agustín y Victorio llegaron dando saltos de alegría.

Nos vamos! -gritó Agustín cuando llegó a donde los rubios.Victorio abrazó a Eugenia efusivo. Y agustin saltaba con Nicolás. Entonces Candela llegó y se abrazó a Eugenia y Victorio.

-Paren, ¿se van todos? -preguntó Eugenia. Ellos asintieron.- ¿Quien va a salir de fiesta conmigo en fin de año? ¡Chicoooos! -se quejó al rubia. Nico, Agus, Vico y Cande la abrazaron.

-Che, ¿eue pasa acá? Muchos abrazos para la bólida esta. -dijo Gastón saliendo del bar y señalando a Eugenia.

-Vamos a pasar las Navidades en Nueva York. -dijo Nico. Gastón los felicitó y los abrazó.


-No, mamá.... -Peter intentaba explicarle lo sucedido a su madre vía telefónica, mientras Lali hacia lo mismo con su hermana mayor.

-No, no estoy el día de Año Nuevo. -le dijo Lali al teléfono.- Ya se que no puedo cenar con ustedes.

-Si, si... La semana que viene partimos. -Peter revoleó los ojos escuchando las quejas de Natalia.- El lunes ceno con ustedes. ¿Quieres que invite a Lali? -dijo acercándose a la petiza que ya había cortado el llamado con su hermana y la rodeó con un brazo.- Dale, mañana te llamo.

Se volvieron a mirar y esta vez fue ella quien se acercó para besarle. Lo agarró del cuello de la camisa y lo atrajo más hacia el, mientras el pasaba sus manos por su espalda. Caminaron hacia la cama y volvieron a enredarse entre las sábanas.

8 días después...

-Che, ¿en Nueva York es verano o invierno? -preguntó Agustín.

-Invierno. Además hace mucho frío. Puede que nieve y todo. -le advirtió Victorio.

-Y las New Yorkinas están buenas ¿no? -dijo ya dejando un poco de lado la valija.

-No lo se, Agustín. Es la primera vez que voy. -dijo Victorio concentrado en buscar la ropa que le abrigase del frío.

-¿Es tu primera vez boludo? -dijo entre risas Agustín. Victorio también rió y se volvió a concentrar en la valija.

-Sos estúpido de verdad.. -dijo riendo Victorio. Entonces su amigo pasó su mano en su hombro y lo miró serio.

-Vico, te tengo que hacer una pregunta. -Victorio atendió la tontería que estaba a punto de decir Agus.- ¿Vos sos homosexual?

-¿Vos sos tonto? -le dijo de la misma manera Vico.

-De verdad, lo más parecido a una mina que trajiste a casa fue Gastón. -Victorio rió de nuevo.

-No, pero yo para encamarme con una mujer voy a su casa, boludo. Así no saben donde vivo. -Vico se paró y caminó hasta la cocina mientras Agus pensaba en lo que su amigo había dicho.

-Es buena esa, negro. -dijo acompañándolo en el sandwich que se estaba haciendo.


-No entiendo porque tengo que manejar yo. -se quejaba Lali.

-Callate y mirá al frente. -le ordenó Pato. Mientras, Óscar y Candela cantaban una canción que pasaban por la radio en los asientos traseros.

-No me presiones. -dijo Lali golpeando levemente el volante.

-Ahí tenés un stop, Mariana. -dijo Pato. Lali lo miró fulminante.- Mirá al frente.

Lali enojada aparcó el auto en una vereda de la carretera y bajó del. Fue hasta la puerta del copiloto y la abrió. Desde dentro Pato la miró estupefacto mientras Óscar y Candela reían.

-Manejás vos. -ordenó Lali. Pato salió del auto y se subio al asiento del piloto. El fue quien los llevó a casa finalmente.


-Lali... ¿Me perdonás? -pidió Pato cuando llegaron a casa.

-Claro, pero como me vuelvas a gritar mientras manejo te mato. ¿Está claro? -su hermano mayor la abrazó y le besó la cabezas. Cande, Óscar, Lali y Pato entraron en la antigua casa donde los Espósito crecieron juntos. Ana, que ahora vivía allá con su familia, les abrió la puerta. Los tres hermanos y su prima, Candela, se sentaron en la mesada del comedor a charlar mientras las pequeñas arrastraron a su primo a jugar a su cuarto.

-Navidad en Nueva York. Que suerte tienen. -dijo Ana. Las dos premiadas rieron.- En serio, nieve, frío, invierno...

-Tienen mucha suerte, de verdad. -dijo ahora Pato.

-Si, nos venimos a despedir. Después vamos a Entre muertes a despedirnos de Euge y Gas. Más tarde vamos a hacer las valijas y nos vamos a dormir. Mañana salimos a las diez de la mañana, a las ocho tenemos que estar en el aeropuerto. -explicó Cande hablando rápido, sus primos se rieron de ella.

-Tienen que hacer muchas cosas... ¿Por que no vuelven y se preparan? -dijo Ana.

-¿Nos estás echando? -rió Lali.

-Si se quieren quedar, sus cuartos aun están... -dijo Ana.

-Nos vamos. -la interrumpió Cande.

-Que la pasen bien. -la siguió Lali, rápidamente.

-Las llevo. Óscar nos vamos. -dijo Pato igual que las pequeñas.


En el bar...

-Bueno, no quiero llorar hoy... -empezó a hablar Euge.- Pero que sepan que los voy a echar de menos. Y que... -actuó un poco, fingiendo que se quebraba. Sus amigos rieron y Gastón la rodeó con un brazo sobre sus hombros.

-Nosotros les queremos regalar algo para que se acuerden de nosotros. -dijo Gastón.

Paren! -gritó Rochi.- Dejenme adivinar. Una torta. -los dos rubios negaron.- una foto -volvieron a negar.- Me rindo... -sus amigos rieron.

-Son unas tazas del bar, para que cada vez que hagan café las hagan en estas tazas y se acuerden de nosotros. -explicó Euge. Mientras Gastón sacaba una caja de la cocina del bar.

-Muchas gracias. Saben que este viaje no serán lo mismo sin ustedes... -dijo Peter antes de abrazarse todos juntos.

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