miércoles, 10 de octubre de 2012

Diecisiete: ¿ES ELLA?



Peter otra mañana más se paraba de la cama el último. Desayunaba solo. Se sentaba en el sillón y prendía la TV. Le daba igual lo que estuvieran poniendo en ella pero cualquier cosa era mejor que pensar en ella. Entonces escuchó la puerta abrirse y las risas de sus tres hermanos inundaron la silenciosa casa.

-¿Ya volvieron? -dijo de mala onda Peter.

-Che, que mala onda. ¿Que te pasa? -preguntó Gastón. Peter se paró y se acercó.

Que me va a pasar! Dijo que iba a volver en un mes. Ya pasó más de un mes. Y me querés explicar ¿porque corno no llamó? -esto ñultimo ya lo dijo gritando.

-¿Tenés que depender de ella para vivir? -ahora Gastón también estaba gritando y Rochi agarrando de la remera a Peter y Nicolás del brazo a Gastón.

-¿Soy el único que la echa de menos? -gritó de nuevo Peter.

TODOS LA ECHAMOS DE MENOS! -gritó también Gastón. Entonces la puerta de la casa se abrió y una valija calló al suelo.

-¿Como puede pesar tanto esto? -se quejó ella.- Me encanta que todos me echen de menos.

-¿Quien es ella? ¿La conozco? -dijo Rochi.

-Como se nota que sos rubia, Ro. -dijo la extraña.

-Yo tampoco estoy seguro de quien es... -dijo Peter.

-De seguro que es un ángel que nos va a llevar al cielo. -dijo Nicolás acercándose a ella.

-Como se nota que sos mi bólido preferido. -dijo la petiza abriendo los abrazos y el la abrazó.

-Creo que es Lali. -dijo Gastón.

-Jodeme Gas, ¿en que lo notaste? -dijo Nicolás.

-En que solo ella sabe que yo soy más listo que vos. -dijo acercándose para abrazarla también.

Ahhhhh! -los tres hermanos tuviero que separarse por culpa del grito de Rochi. Cuando los dos rubios soltaron a la petiza ella se lanzó a sus brazos y la abrazó fuerte.

-Ro, Rochi, Rocío... Me ahogás.. -se quejó la petiza.

-Perdón, perdón... -la rubia se separó de ella y Lali miró a Peter de arriba a abajo.

-Quiero que sepas que das asco así de descuidado. ¿Hace cuantos días que no te afeitás? ¿Cuando fue la última vez que te peinaste? -dijo acercándose a el.- ¿Y la última vez que te duchaste? -dijo tapándose la nariz. Su novio sonrió y la abrazó.

La semana pasada! -gritó Nicolás. Todos lo miraron sin entender.- Que fue la semana pasada que hizo todo eso. Afeitarse, peinarse y ducharse.

-Sos estúpido. -dijo la petiza. Entonces se agachó a por su valija e interpretó que no podía coger su valija.- ¡Como pesa!

-Me voy a duchar. -dijo Peter.

-Me llamó Euge. -dijo Nicolás.

-Tengo que recojer. -dijo Rochi.

-Voy a llamar a Mimi. -dijo Gastón.

Entonces, de cinco personas que había en el lugar solo quedó una y su gran valija.

-¿Hola? ¿Familia? -canturreó Lali.

Rió y se dispuso a subir las escaleras con su enorme valija. Cuando llegó a su cuarto empezó a colocar su ropa en el closet de nuevo. Y se miró al espejo que tenía allá adentro. Era normal que no la conocieran al principio. Su pelo estaba un poco más corto y totalmente lacio. Llevó una temporada el fleco delante de la cara pero volvió a cambiar al costado aunque todavía estaba un poco corto. Llevaba una pollera gris hasta las rodillas, una remera negra y sus tacos negros también.

Entonces sintió un dedo que golpeaba su hombro dos veces se giró y vió a Peter en mejor estado que antes. Se había duchado, cambiado de ropa y afeitado. Y ahí estaba con su sonrisa compradora de costado. Ella también sonrió y se acercó más a el. Ella estaba más alta, debido a los tacos, pero no lo suficiente como para que Peter no se tuviera que agachar. Así que así lo hizo, se agachó y se dirigió a su boca, al igual que ella. Parecía eterna la espera de el choque de sus labios pero por fin llegó. Hacía más de un mes que no sentían los labios de otro sobre los suyos y volver a encontrar esa sensación fue espectacular.

Cuando se separaron se volvieron a abrazar.

-Te eché de menos. -confesó Peter.- ¿Vos?

-¿Yo que? -dijo ella. Peter elevó una ceja y ella rió.- Si, tonto. -volvieron a unir sus labios.

-Contame, ¿como es New York?

-Y... es como en las peliculas. Es como vivir en una pelicula. Las calles son todas diferentes e iguales a la vez.

-Es perfecto. -interrumpió Peter.

-Casi, solo me faltaba algo. Mi gente. Ese no era mi lugar. Al igual que este no es mi look. -gran confesión de la petiza.

-¿Y porque no volvés a ser la de siempre cuanto antes? Mañana empezamos la escuela de nuevo y quiero pasar mi último de vacaciones con mi novia.

-¿Con tu novia? -Lali y la actuación.

-Si, una mina linda, buena onda, morochita, un poco petiza...

-Petiza tu madre. -lo interrumpió acompañado por un golpe en el brazo.

-En serio, te eché mucho de menos. -se volvieron a abrazar.

-Yo también. -iban a besarse pero el celular de Lali sonó. Miró la pantalla y vió el nombre de Matthew y se separó un poco de Peter.- Tengo que atender Pitt. Hi, Matth. Oh... I miss you, too...

Cuando acabó de hablar miró a Peter que tenía una cara de pocos amigos.

-¿Que pasa? -preguntó la petiza.

-¿Quien es Matthew? -pronunció su nombre con un poco de desprecio.

-Es un amigo... -dijo Lali sin darle importancia.

-¿Solo un amigo? -entonces Lali se rió.- ¿Que tiene de gracioso?

-¿Pensás que tuve algo con Matth?

-Es que se poco de inglés pero el te echo de menos lo entendí.

-Mi amor, Matthew es gay.

-¿Gay?

-Si, gay. Homosexual, que le atraen las personas del mismo género... -Peter puso cara de no entender.- ¿Necesitas dibujitos?

NO! No, no, ya entendí. Pero ¿porque no me contaste que era homosexual?

-¿Que querés que te diga? Esperá que voy a hablar con mi amigo gay de New York. -dijo irónicamente.

-Tenés razón. Pero como no me llamaste en todo este tiempo..

-Vos tampoco me llamaste.

-Me borraste tu número. -Jaque mate.

-Es cierto. -vió la cara de su novio y se acercó a besarlo.- Perdoname...

-Bueno, cambiate y ponete tu ropa de siempre y vamos a dar un paseo. -le dió un pico y se fue del cuarto de las mujeres.

Lali le hizo caso y se puso sus jeans, una remera de las de antes, desordenó un poco su pelo y calzó sus converses. Salió de su cuarto y bajó las escaleras de su casa abrazada a Peter. Entonces se separó rápidamente al ver a su padre y Julia entrar por la puerta.

-¿Es ella? -preguntó su papá sobreactuando.- ¿La desaparecida?

Papá! -ella corrió a abrazar a Roberto y a Julia.

-Por cierto no te molestes en disimular. -dijo Julia mirando a su hijo.- Ya lo sabemos todo.

-¿Todo? ¿El que?

-Que estás con Peter. -dijo con dificultad Roberto. Todos rieron y ellos se volvieron a abrazar. Les explicaron que se iban y que a la noche hablarían. Caminaron unas cuantas cuadras hasta que Peter se detuvo en un bar. Entraron y todos su amigos estaban allá esperándola.

-¿Es ella? -la primera voz que escuchó fue la Euge que pronto estaba abrazándola con efusividad.

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