viernes, 14 de septiembre de 2012


 48.La fiesta de cumpleaños, dieciocho (parte2)
Abril salió de su casa con la bolsa del club colgada de su hombro. Llegó a la cancha y entró al vestuario, allá faltaba Sofía. Preguntó por ella pero nadie sabía nada. Cuando salieron a la cancha, aparte de Sophie, también faltaban Juan, Guido, León y Pablo.

Entrenaron los que estaban allá, pero salieron un poco antes porque todos estaban invitados a la fiesta de Abril.

Abril volvió a su casa y se preparó. Se puso el vestido blanco, sin mangas, y corto hasta las rodillas que había elegido para la ocasión. Dejó su pelo con algunos rulos perfectos. Colocó algunas pulseritas en su muñeca izquierda. Sus tacos blancos también y algunos detalles en negro. A las diez y quince minutos llegó su papá ya vestido para la fiesta.

-Pero, ¿vas a ir así? -dijo cuando la vió. Ella enarcó una ceja.- Digo, ¿vas a ir tan linda?

-Papá, no jodas. Llegaremos tarde sino salimos ahora. -dijo agarrando lo que le faltaba. Subieron al auto y fueron hasta donde estaba la fiesta. Todos estaban adentro menos. Sofía, León, Juan y Guido. Se lanzaron hacia ella y la abrazaron fuerte.

-¿No entran ustedes? -les preguntó señalando el salón.

-Si, ahora vamos pendeja. -Juan, como no.

Abril entró en la fiesta y los aplausos se hicieron presentes. Estaba toda la clase de la escuela, todo el equipo de rugby, los amigos de la infancia y toda su familia. Los tíos y abuelos pesados no faltaban. También estaba la familia de los Lanzani, que era parte de su familia también.

Pusieron un poco de música antes de cenar y algunos se pusieron a bailar. Pero Abril estaba sentada en una mesa.

-¿Estás bien, vos? -le preguntó su mamá cuando llegó con su tía.

-Si, ¿por que lo preguntan?

-Porque tenés una cara de funeral en tu fiesta de los dieciocho. -dijo su tía. La homenajeada se le escapó una risita.- Dale, bailá, divertite. Esta fiesta es una de las de recordar.

-Lo se, pero..

-No hay peros que valgan. Mirá ahí te viene un pretendiente. -dijo Rocío señalando a Marcos que se acercaba a ella. Marcos era un compañero de la escuela y del equipo de rugby que llevaba colado por ella años, hasta que chaparon hacía apenas un mes.

-¿Me permitís este baile? -dijo galán.

-No me apetece bailar Marcos.

-Disculpame, pero ¿algún día me vas a dar una oportunidad? -la morocha iba a decir algo pero el se adelantó.- Una oportunidad de verdad. -ella rió y aceptó bailar con el. Mientras en la puerta Sofía, Leon, Guido y Juan seguían esperando su sorpresa.

-¡Ahí viene! -dijo Sofía señalándolo.

-¿Llego muy tarde? -preguntó el nuevo.

-Si, ya la sacaron a bailar. Ahora esperense acá los tres yo voy a dar la noticia. Cuando les diga entren. -dijo Guido corriendo hacia el enorme escenario. Allá pidió que bajasen la música y que lo escuchasen.

-Buenas noches a todos. Hoy, es el cumple de una persona muy importante para todos nosotros. Abril Martínez cumple hoy dieciocho años. Yo la conocí, como muchos, cuando comenzo a jugar al rugby con nosotros, los varones. -se escuchó una risa general de todo el mundo.- Y hoy, junto con Sofía, León y Juan le preparamos una sorpresa. -todos miraron a los tres jóvenes que estaban parados delante de la puerta del salón. Leon y Juan estaban tapando la sorpresa por lo que nadie lo estaba viendo.- Y le trajimos a una persona que quería que estuviese presente. Chicos, dejen pasar a la sorpresa.

Entonces Leon y Juan dejaron ver al rubio que se escondía tras ellos. Hacía dos años y medio que nadie lo veía y todos se emocionaron al verlo, tanto que empezaron a aplaudir. Algunos seguro que no lo reconocían, estaba cambiado pero al mismo tiempo seguía igual. Alan comenzó a andar hacia donde estaba Abril. Cuando llegó a frente de ella, la morocha se lanzó sobre el abrazándolo entonces todo el equipo de rugby se juntó en el medio del salón a saludar al capitán de su equipo.

Despues de saludar todos se sentaron en sus respectivas mesas. Abril estaba todavía de pie. Entonces Rocío y Lali se volvieron a acercar a Abril pero esta vez con Katina en brazos.

-¿Quien es ese pibe, Abril? -dijo Rocío.

-¿Ustedes no tienen un marido al que molestar? -les dijo Abril. Ellas abrieron la boca sorprendidas.- Llevan toda la noche persiguiendome, viejo.

Abril se sentó en su mesa, en la cual también se sentó Alan. Las miradas ardían entre ellos dos. El primer plato ya estaba sobre la mesa pero no había provado bocado.

-Abril, -la distrajo su papá. Ella lo miró alertada.- andá por cada una de las mesas y te sacás una foto con todos.

Ella le hizo caso y fue mesa por mesa sacándose una foto con cada una. Cuando llegó a la mesa de Socorro, Elisa, Corina, Laura, Mateo, Santiago, Lucas, Marcos y Andrés; fue Laura la que se puso a su lado en la foto.

-Si lo seguís mirando tanto va a desaparecer. -dijo entre dientes mientras sacaban la foto.

-¿Que? -preguntó cuando ya todos los de esa mesa se sentaron menos ella.

-Que Abril se re nota lo que están haciendo. ¡Se enteró hasta tu abuela!

-Pero no tengo porque disimular. Fue mi novio muchos años. Para ser exactos cinco años.

Laura rió y se sentó en su mesa, Abril volvió a la suya un poco enojada. ¿Por que ella le estaba dando consejos? Se sentó bruscamente y todos la miraron.

-¿Es normal que Laura me esté dando consejos? -dijo jugando con un papel que estaba encima de la mesa.

-No, ¿que te dijo? -preguntó Tatiana.

-Nada, boludeces.

Después de cenar pusieron música y la fiesta comenzó, aun que la cumpleañera se fue antes de tiempo...

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