-¡Mi amor! -exclamó justo antes de besarlo. Lali y
Gastón continuaron su camino seguidos de Peter y Rochi.
-Es Silvina, la estúpida novia de Nicolás. -dijo Lali.
-¿No les gusta? -preguntó sorprendida Rochi.
-Para nada. -aclaró Gastón entonces el grupo que había
ido ayer a la boda de sus padres se acercaron.
-Hola chicos. -dijo Candela dándole un beso en la
mejilla a todos.
-¿Que les parece la escuela? -les preguntó Pablo a los
nuevos.
-Es muy grande. Pero esperemos que no nos perdamos.
-dijo Peter.
-Ellos vienen en nuestra clase, chicos. -dijo Gastón.
-Lali, te tengo que contar una cosita.. -le dijo Euge
antes de alejarse con ella. Entonces Candela se acercó a Rocío.
-Son inseparables desde los tres años. -dijo la flaca.
-Eso parece.
-¿Te prende sentarte conmigo en clase? -le preguntó la
flaca a la nueva.
-Obvio. -y las dos se fueron a la clase.
-Peter, vos sentate conmigo, si querés. -dijo Pablo.
-Si, si, me encantaría. -dijo Peter.
-Vamos a clase que Nicolás sabe llegar solo. -dijo
Gastón.
La clase era bastante grande. En el pizarrón estaba
escrito "La revolución francesa". Los bancos
estaban de dos en dos. Candela y Rocío se sentaron justo delante de
Lali y Euge que estaban en última fila. A la derecha de ella estaban
Agustín y Victorio. Delante de ellos Pablo y Peter. En cambio a la
izquierda estaba sentado Gastón solo, pocos minutos después una
chica se sentó con el. Nicolás y Silvina llegaron de últimos y se
sentaron detrás de su hermano y su compañera. Todos charlaban
animadamente hasta que una rubia con rastas entró a la clase. Todos
se callaron, y los nuevos no entendían porque.
-Buen día, chicos. -dijo seca.- Por favor el trío
Riera en pie. -los tres nombrados se pararon de sus asientos.- Creo
que tienen que presentarnos a alguien ¿no?
-Si, señorita. -contestó Gastón.- Ellos son Rocío y
Juan Pedro. -los dos nombrados se pararon.- Pero los llamamos Rochi y
Peter.
-Gracias, Riera mayor. -dijo otra vez seca la rubia de
rastas. Los tres Riera se sentaron y al ver esto sus hermanos
hicieron lo mismo.- Hoy, como pueden ver, empezamos con la revolución
francesa.
La clase fue aburrídisa. Pasemos por la mente de cada
uno de nuestro protagonistas. Lali, ella estaba pensando en el
importante partido que tenía ese sábado. Si no ganaban no pasarían
a la siguiente fase para poder llegar a jugar en la liga argentina.
Euge, a su lado, pensaba como podía hacer para que Nico y Silvina
cortaran. Necesitaba un plan, un buen plan. Candela, delante, pensaba
en la cita que tenía con Victorio ese viernes, entonces se acordó
del partido del sábado y que a sus amigas no les iba a hacer gracia
que saliera antes de un partido tan importante. Rocío, al lado de la
flaca, miraba y observaba su nueva clase y sus nuevos "amigos".
Pablo, en la hilera de su derecha, pensaba en Agustina. Peter, en su
papá. Agustín, pensaba exactamente así: "Que cola tiene la
nuevita...". Victorio, al igual que Candela, pensaba en su
cita. Gastón podría decirse que es el único que pensaba en la
clase. Y Nicolás... Nico simplemente no pensaba.
Por fin el timbre que anunciaba la salida de la clase
sonó. Todos se pararon lo más rápido que pudieron y salieron de la
clase. Candela y Rocío se habían hecho muy amigas en esa última
hora y Eugenia y Lali se sumaron a ellas por los pasillos.
-¿De que hablan, chicas? -dijo Euge.
-De nada, simplemente le explicaba a Rochi los distintos
tipos de personas que hay acá. Y acá tenés a nuestros grupo. Somos
los del básquet. -dijo señalando una mesa donde estaban sentados
aproximadamente 20 adolescentes.
-Chicos, ¿y ahora que hay? -preguntó Rocío.
-Ahora tenemos una hora para comer y después 4 horas
libres. En esas cuatro horas te podés anotar hasta en dos
actividades, o en ninguna. Nosotros estamos en básquet. -explicó
Lali que empezaba a aflojar con sus nuevos hermanos.- ¿Vos jugás al
básquet, verdad? -la rubia asintió.
-Pues, vení con nosotros y te apuntás al equipo que
necesitamos gente. -dijo emocionada Eugenia.
-Dale, tengo ganas de empezar a jugar. -dijo Rochi.
-Tengo yo ropa para entrenar para vos. -dijo Lali, todas
la miraron sorprendidas.- Sabía que jugabas y suponía que querrías
jugar ya.
-Gracias.
-¿Te presentamos al resto del equipo? -propuso Candela,
la nueva asintió y se acercaron a una esquina donde estaban las
demás chicas.
-Chicas, les voy a presentar a una nueva integrante del
equipo. -dijo Lali.- Ella es Rocío y va a jugar con nosotras.
-¿De que la conocen Mariana? -dijo una chica alta y
morocha con su pelo totalmente lacio, hablándole seca y dura.
-Es mi nueva hermana. -dijo contestandole igual de mal
que ella le habló.
-Encantada yo soy María. -dijo la rubia más alta.
-Las demás son: Daniela, Valentina, Guadalupe, Amanda,
Tamara y ella es Macarena. -dijo señalándo a la morocha que había
hablado antes.
-¿Y vos jugabas antes de llegar acá Rocío? -dijo
Daniela.
-Si, jugaba en North Way. -contestó ella cuando ya se
habían sentado a comer.
-Hola, chicas. -dijo Gas llegando acompañado de Pablo y
de Peter.-Veo que ya conocen a Rochi.
-Si... -contestó Amanda. Todas las chicas del equipo
estaban locas por alguno o por todos los del equipo masculino y
Gastón era el que más triunfaba por su dulzura.
-Pero también tienen que conocer a Peter, es el hermano
de la rubia. -dijo otra vez Gastón.
-Hola chicas. -saludó Peter.
-Ellas son: María, Candela, Euge, Valentina, Guadalupe,
Amanda, Tamara, Lali, Rochi y Macarena. -dijo Pablo nombrándolas por
el orden en el que estaban.
-Pablo, ¿podemos hablar? -dijo Macarena.
-No. -después de decir esto Pablo se fue.
-Dejalo ya, Macarena. -le dijo Gastón antes de irse
seguido por Peter.
-¿Que le pasa con Pablo? -preguntó Rocío en susurros
a Lali.
-Es su ex. Nicolás la pilló poniendoles los cuernos y
se lo dijo a Pablo, el la dejó y ella lo intenta negar a toda
costa... -le contestó la petiza.
-Pobre...
-Chicas, apurense a comer, así llegamos antes y le
explicamos a Carlos lo de Rochi. -dijo Eugenia.
Lali, Rocío, Eugenia y Candela fueron las primeras en
acabar de comer. Las cuatro pasaron por sus taquillas, las cuales
estaban practicamente al lado, y dejaron sus libros. Cargaron con sus
cosas para entrenar y se fueron a la cancha. Allá encontraron a un
hombre de barba sentado en la mesa y rellenando algún tipo de
papeles.
-¡Entrenador! -dijo Lali cuando entraron en la cancha y
se quedaron paradas en la puerta, Este les hizo un gesto para que
pasasen. Las únicas que pasaron dueron Lali y Rochi.-Entrenador,
venimos antes para decirle que...
-Que esta mujerzuela quiere jugar. -dijo el sin levantar
la mirada de sus papeles.
-¿Como lo sabe? -preguntó la rubia.
-¿Usted es Rocío Lanzani? -el levantó la vista y ella
asintió.- Sus papás acaban de estar acá hace diez minutos para
decírmelo. Y no hay problema. Si quiere y tiene con que, hoy mismo
puede empezar a entrenar. Riera, ¿conoce ya a las demás jugadoras?
-Si, entrenador.
-Perfecto, no es necesario presentarse. ¿Y su hermano,
Peter, tambien conoce a sus compañeros?
-Creo que si. -volvió a responder Lali.
-Está bien, vallánse a cambiar. En quince empezamos.
Las dos salieron de la cancha satisfechas y se
dirigieron, junto con Cande y Euge, a los vestuarios. Allá ya
estaban María y Daniela, mejores amiga e inseparables un año mayor
que ellas.
-¿Hablaron ya con Carlos? -preguntó la rubia.
-Si. -contestó Rocío concentrada en cambiarse de ropa.
-Y ahora iban Nico, Gas y Peter a hacer lo mismo. -dijo
Rocío.
-Que bien que cada vez seamos más en el equipo. -dijo
Eugenia.
-Si, lo malo es que sobraba alguna... -se quejó
Candela.
-Cande... -la retó Daniela, que con María se llevaba
bien con Macarena.- En el fondo es buena mina.
-Si, pero lastimó a Pablo. -dijo Lali.- Y sabés como
somos nosotros ocho.-hablaba por Nico, Gas, Euge, Cande, Agus, PAblo,
Vico y ella. Que eran inseparables desde que tiene uso de la razón.-
Y quien le hace daño a uno, nos lo hace a todos.
-Si, además no hay escusas para meterle los cuernos a
alguien. -la apoyó Eugenia.

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