viernes, 12 de junio de 2015

45.-

-¿Estás seguro de que lo llevas todo? -le preguntó Lucy a Sebastian.

-Sí, mamá. Os llamaré cuando llegue. -dijo Sebastian, dándole un beso a su madre. Después abrazó a su padre y a su hermana.

-Pórtate bien. -bromeó Cara.

-¿Llevas preservativos? -preguntó Steve.

-¡Papá! -se quejó Sebastian.

-Nosotros ya tuvimos esta charla. Y no queremos que te equivoques, cariño. ¿Los llevas? -dijo Lucy. Sebastian suspiró, mientras su hermana lo miraba divertida.

-Sí, los llevo. -dijo Sebastian.

-Bien. -dijo Steve. Entonces, por la sala del aeropuerto llegó Olivia. Al verla, Steve la llamó.- ¡Olivia! ¡Liv! -Olivia se acercó sonriente y con la maleta en su mano izquierda.

-Hola, cielo. -dijo Lucy, cariñosa y dulce, como siempre.- ¿Y tus padres? ¿No vinieron? Estamos deseando conocerlos.

-Mamá, por favor... Ni que hiciera falta que los conozcáis. -dijo Cara.

-No, no vinieron. Estaban trabajando y me trajo mi hermano. -dijo Olivia.

El profesor llamó a los alumnos para que fueran a facturar las maletas y se tuvieron que despedir de sus padres. Olivia también se despidió de los padres de Sebastian y de los padres de India. Todos hicieron cola para facturar.

-¿Sabes que mis padres me preguntaron si llevaba preservativos? -le contó Sebastian a Olivia. India iba delante de ellos, hablando con Pauline.

-¿En serio? ¿Y qué les dijiste? -preguntó Olivia.

-Que sí.

-¿Y los traes?

-Claro.

-Bien.

Los dos se rieron e India los miró sorprendida. Al ver la cara de India, la pareja se volvió a reír. Facturaron y esperaron al avión. El vuelo fue largo, muy largo. Duró al menos ocho horas, ocho horas larguísimas. En ocho horas Olivia e India grabaron dos vídeos, leyeron revistas, molestaron a sus compañeros, jugaron a las cartas y durmieron una siesta.

Pero el momento de la llegada a Londres hizo que se pusieran nerviosas. Al bajar del avión y coger las maletas las dos se sonrieron, histéricas.

-Chicos, ahora vamos a coger el metro. Nos queda una hora de viaje hasta King Cross, que es donde está nuestro hotel. -dijo la profesora del colegio de India.

-¿Qué? ¿Nos acabamos de comer un viaje de ocho horas y aún nos queda otra hora más? -se quejó un compañero de India.

-Sí señor. Así que vamos, por allí. -dijo el profesor de Olivia.

Todos siguieron a los profesores y, con sus enromes maletas, se subieron al metro. Llenaron casi dos vagones enteros y, los que tuvieron suerte, se pudieron sentar. Entre ellos, Olivia e India, una al lado de la otra.

-Oye, ¿y Sebastian? -preguntó India.

-No sé, estará por allí. Me dijo que había encontrado un sitio para sentarse y que iba a buscarlo. -dijo Olivia.

-Vamos a grabar un vídeo. -dijo India, contenta. Sacó el teléfono y se enfocaron.- Hola, lipsteros. Estamos en el metro de Londres.

-¡Qué emoción! -dijo Olivia.

-Todavía nos queda una hora de viaje, después de las ocho horas de avión. Cuando lleguemos al hotel os lo enseñamos. -dijo India.

-No dormimos juntas... -dijo Olivia. Las dos pusieron cara de pena.- Pero podemos seguir mandando vídeos. -las dos aplaudieron. El señor que estaba a su lado, las miró mal, por haberle despertado de su sueño. Las dos se miraron y se rieron suavecito.

-Llevamos media hora en Londres y ya tenemos enemigos. -dijo India, riéndose.

Cuando llegaron a King Cross, lo primero que hicieron fue buscar el andén nueve y tres cuartos. Había una columna especial para los fans de Harry Potter, donde se podían sacar fotos. Muchos quisieron parar y sacarse una foto, pero los profesores se lo impidieron, prometiendo que volverían otro día, con más tiempo.

Fueron al hotel y repartieron las habitaciones. Olivia dormía con Becca y Nancy.

-¡Me pido la cama individual! -gritó Nancy, al ver una cama individual y una litera.

-Yo quiero ver el baño. -dijo Becca. Sus dos compañeras de habitación y amigas se rieron de lo obsesiva que era Becca. Ella las miró y enarcó una ceja.- ¿Qué? Me dan mucho asco los baños sucios.

-A nosotras también, Becca. Pero tú tienes una obsesión. -dijo Olivia, riéndose.

-¡Le dijo la sartén al cazo! -gritó Becca.- ¡La que tiene una obsesión con los labios pintados de rojo! -al escuchar esto, Olivia se hizo la indignada poniendo una mano delante de la boca.


En cambio, India dormía con Pauline y Michelle, sus amigas inseparables. Su habitación era casi idéntica a la de Olivia. India sería la que dormiría en la cama individual. Las tres estaban tumbadas cuando alguien golpeó la puerta con los nudillos y se asomó. Eran Greggory y Sebastian.

-Hola, chicos. -dijo Pauline, con una sonrisa.

-Hola. ¿Podemos pasar? -preguntó Greggory.

-Claro, hombre. -dijo India, acercándose y abriendo la puerta. Sebastian le sonrió y se sentó en su cama, mientras que Greggory se sentaba con Michelle en la parte de abajo de la litera.

-¿Qué hacéis aquí? -preguntó Pauline.

-Es que tuvimos un problema con nuestra habitación... -dijo Sebastian. India lo miró.- Bryan tiene novia y ya nos echó de allí.

-¿Ya? Vaya... -dijo India, sorprendida. Entonces alguien volvió a abrir la puerta, era Loreen. Al ver a Sebastian allí se encontró incómoda y decidió no gritar, como tenía pensado hacer

-Chicas, nos quieren ver, a los de nuestro colegio. -añadió al darse cuenta de que Sebastian y Greggory no eran del mismo colegio que ellas.

-Ya vamos. -dijo India.

-Por cierto, no se pueden compartir habitaciones. Cada uno duerme en su habitación. -dijo Loreen.


-Tarde. -bromeó Greggory. Todos se rieron y Loreen los miró sin entender la broma, pensando que iría referida a ella. Pero le dio igual, levantó la cabeza y se fue.

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