-Otra vez tú por aquí...
-le dijo Sebastian, cuando se cruzó a Olivia en la puerta del
edificio donde vivía.- ¿Por qué vienes tanto?
-¿Por qué te importa
tanto? -preguntó Olivia, mirándolo.
-Intento ser tu amigo.
-dijo Sebastian.
-Vengo a trabajar. -dijo
Olivia. Sebastian sonrió.
-¿Ves cómo así todo va
mejor? -dijo Sebastian. Los dos se rieron.- ¿Trabajas aquí?
-¿Conoces a los Buker?
-preguntó Olivia.
-Claro, los de la
cafetería. -dijo Sebastian.
-Soy la niñera de sus
dos hijos. -dijo Olivia.
-Son unos niños
encantadores. El niño cada vez que me ve me choca la mano. -dijo
Sebastian.
-Serán encantadores para
ti. Lydia llora día y noche. Y Hugo no hace más que molestar. -se
quejó Olivia. Miró su reloj de pulsera, en dos minutos tenía que
estar en casa de los Buker.- Me tengo que ir, llego tarde. -dijo
entrando y acercándose al ascensor.
-Me ha encantado hablar
contigo, Liv. -dijo Sebastian, mientras Olivia entraba en el
ascensor.
-Todavía no me puedes
llamar Liv. -dijo Olivia.
La puerta del ascensor se
cerró y Olivia subió a casa de los Buker. Anthony, en cuanto Olivia
entró en su casa, él se fue a trabajar. Hugo estaba gritando y
saltando en el sillón, mientras Olivia intentaba que Lydia dejara de
llorar, en la cocina. Entonces, a Olivia se le ocurrió cantar para
tranquilizar a Lydia.
-I
believe in the kingdom come. Then all the colors will bleed into one.
Bleed into one. Well yes I'm still running. You broke the bonds and
you. Loosed the chains. Carried the cross. Of my shame. Of my shame.
You know I believed it. But I still haven't found what I'm looking
for.
Cuando se giró se
encontró con Hugo mirándola, asomado por la puerta. Lo miró
desafiante, pero esta vez el niño no hizo nada y además Lydia había
dejado de llorar. Dejó a la pequeña en su habitación, mientras que
Hugo la seguía sin decir nada. Salieron de la habitación de Hugo y
Olivia lo miró.
-¿Quieres merendar?
-preguntó.
-Sí. -dijo el pequeño.
Olivia entró en la
cocina, mientras que Hugo se sentó en el sillón y miró la
televisión. Le estaba cortando un poco de fruta en un plato y
haciéndole un zumo. Cogió el teléfono y no pudo evitar llamar a
India.
-¿Hola? -dijo su amiga
del otro lado.
-India, no sabes lo que
me acaba de pasar... -dijo Olivia.
-Cuéntame.
-Los controlé, los pude
controlar. -dijo emocionada.
-¿Qué? ¿Cómo lo
hiciste? -preguntó India, sorprendida.
-Desesperada me acordé
que mi niñera me cantaba cuando no podía aguantarme y les canté.
Lydia paró de llorar y Hugo está mucho más tranquilo. -dijo
Olivia, emocionada.
-¿Solo con una canción?
¿Estás segura de que no los drogaste?
-¡India! -se quejó
Olivia.
-Solo era una
propuesta... -se excusó India.
-Ahora le estoy haciendo
la merienda. -dijo Olivia.
-¿Y qué le estás
preparando? -preguntó India, curiosa.
-Un plato de fruta.
-¡Normal que te odien,
Liv! -exclamó India.- ¿Cómo se te ocurre darle fruta a un niño
pequeño para merendar?
-A mi me gustaba.
-Tú no eras normal.
-¡Oye! -se quejó
Olivia.- Bueno, ahora ya está hecho. Si no le gusta, se fastidia.
Luego te llamo contándote más. ¡Hugo, ven a merendar!
-Quiero merendar en el
salón. -dijo el pequeño, desde la puerta.
-Pero el salón no es el
lugar de comer. Se come en la cocina. -dijo Olivia. Hugo puso mala
cara y se sentó delante del plato de fruta que Olivia había
preparado.
-¡Esto es fruta! -se
quejó Hugo, apartando el plato.
-Sí.
-Yo no quiero merendar
esto. -dijo Hugo.
-Pues no hay otra cosa.
-dijo Olivia. Lydia empezó a llorar otra vez.- Voy a cuidar a tu
hermana, come eso. -dijo señalando el plato.
Olivia fue a la
habitación de Lydia y la meció un poco entre sus brazos. La niña
se calmó y Olivia, con mucho cuidado y mucha delicadeza, la dejó en
la cuna otra vez. Cuando volvió a la cocina no encontró a Hugo y el
plato de fruta estaba entero encima de la mesa.
-¡Hugo! -gritó,
buscándolo.
No tardó mucho en
encontrarlo, estaba en el salón, viendo la televisión. Pero tenía
toda la boca manchada de algo marrón. Olivia miró sus manos y
encontró un tarro de Nutella con una cuchara dentro.
-Lipsteros hoy os hablo
yo sola. Olivia está cuidando de dos niños, horribles. -dijo India
grabándose a si misma, tumbada en la cama.- Son pequeños,
caprichosos, llorones, gritones... Ella cree que ha hecho un gran
avance hoy cantándoles una canción, pero después les dio fruta
para merendar. ¡Olivia gran error! Ui, un mensaje de ella. -dijo
mirando su móvil. Leyó el mensaje en el que Olivia le relataba el
final del día y su fracaso con la merienda.- Lo que yo decía,
fracaso por culpa de la fruta. Mañana quizás tengáis más de
nosotras. ¡Buenas noches y soñad con nosotras! -gritó a la cámara,
justo antes de apagarla.
Esos niños van a ser la perdicion de olivia
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