miércoles, 25 de febrero de 2015

5.-

-Otra vez tú por aquí... -le dijo Sebastian, cuando se cruzó a Olivia en la puerta del edificio donde vivía.- ¿Por qué vienes tanto?

-¿Por qué te importa tanto? -preguntó Olivia, mirándolo.

-Intento ser tu amigo. -dijo Sebastian.

-Vengo a trabajar. -dijo Olivia. Sebastian sonrió.

-¿Ves cómo así todo va mejor? -dijo Sebastian. Los dos se rieron.- ¿Trabajas aquí?

-¿Conoces a los Buker? -preguntó Olivia.

-Claro, los de la cafetería. -dijo Sebastian.

-Soy la niñera de sus dos hijos. -dijo Olivia.

-Son unos niños encantadores. El niño cada vez que me ve me choca la mano. -dijo Sebastian.

-Serán encantadores para ti. Lydia llora día y noche. Y Hugo no hace más que molestar. -se quejó Olivia. Miró su reloj de pulsera, en dos minutos tenía que estar en casa de los Buker.- Me tengo que ir, llego tarde. -dijo entrando y acercándose al ascensor.

-Me ha encantado hablar contigo, Liv. -dijo Sebastian, mientras Olivia entraba en el ascensor.

-Todavía no me puedes llamar Liv. -dijo Olivia.

La puerta del ascensor se cerró y Olivia subió a casa de los Buker. Anthony, en cuanto Olivia entró en su casa, él se fue a trabajar. Hugo estaba gritando y saltando en el sillón, mientras Olivia intentaba que Lydia dejara de llorar, en la cocina. Entonces, a Olivia se le ocurrió cantar para tranquilizar a Lydia.

-I believe in the kingdom come. Then all the colors will bleed into one. Bleed into one. Well yes I'm still running. You broke the bonds and you. Loosed the chains. Carried the cross. Of my shame. Of my shame. You know I believed it. But I still haven't found what I'm looking for.

Cuando se giró se encontró con Hugo mirándola, asomado por la puerta. Lo miró desafiante, pero esta vez el niño no hizo nada y además Lydia había dejado de llorar. Dejó a la pequeña en su habitación, mientras que Hugo la seguía sin decir nada. Salieron de la habitación de Hugo y Olivia lo miró.

-¿Quieres merendar? -preguntó.

-Sí. -dijo el pequeño.

Olivia entró en la cocina, mientras que Hugo se sentó en el sillón y miró la televisión. Le estaba cortando un poco de fruta en un plato y haciéndole un zumo. Cogió el teléfono y no pudo evitar llamar a India.

-¿Hola? -dijo su amiga del otro lado.

-India, no sabes lo que me acaba de pasar... -dijo Olivia.

-Cuéntame.

-Los controlé, los pude controlar. -dijo emocionada.

-¿Qué? ¿Cómo lo hiciste? -preguntó India, sorprendida.

-Desesperada me acordé que mi niñera me cantaba cuando no podía aguantarme y les canté. Lydia paró de llorar y Hugo está mucho más tranquilo. -dijo Olivia, emocionada.

-¿Solo con una canción? ¿Estás segura de que no los drogaste?

-¡India! -se quejó Olivia.

-Solo era una propuesta... -se excusó India.

-Ahora le estoy haciendo la merienda. -dijo Olivia.

-¿Y qué le estás preparando? -preguntó India, curiosa.

-Un plato de fruta.

-¡Normal que te odien, Liv! -exclamó India.- ¿Cómo se te ocurre darle fruta a un niño pequeño para merendar?

-A mi me gustaba.

-Tú no eras normal.

-¡Oye! -se quejó Olivia.- Bueno, ahora ya está hecho. Si no le gusta, se fastidia. Luego te llamo contándote más. ¡Hugo, ven a merendar!

-Quiero merendar en el salón. -dijo el pequeño, desde la puerta.

-Pero el salón no es el lugar de comer. Se come en la cocina. -dijo Olivia. Hugo puso mala cara y se sentó delante del plato de fruta que Olivia había preparado.

-¡Esto es fruta! -se quejó Hugo, apartando el plato.

-Sí.

-Yo no quiero merendar esto. -dijo Hugo.

-Pues no hay otra cosa. -dijo Olivia. Lydia empezó a llorar otra vez.- Voy a cuidar a tu hermana, come eso. -dijo señalando el plato.

Olivia fue a la habitación de Lydia y la meció un poco entre sus brazos. La niña se calmó y Olivia, con mucho cuidado y mucha delicadeza, la dejó en la cuna otra vez. Cuando volvió a la cocina no encontró a Hugo y el plato de fruta estaba entero encima de la mesa.

-¡Hugo! -gritó, buscándolo.

No tardó mucho en encontrarlo, estaba en el salón, viendo la televisión. Pero tenía toda la boca manchada de algo marrón. Olivia miró sus manos y encontró un tarro de Nutella con una cuchara dentro.


-Lipsteros hoy os hablo yo sola. Olivia está cuidando de dos niños, horribles. -dijo India grabándose a si misma, tumbada en la cama.- Son pequeños, caprichosos, llorones, gritones... Ella cree que ha hecho un gran avance hoy cantándoles una canción, pero después les dio fruta para merendar. ¡Olivia gran error! Ui, un mensaje de ella. -dijo mirando su móvil. Leyó el mensaje en el que Olivia le relataba el final del día y su fracaso con la merienda.- Lo que yo decía, fracaso por culpa de la fruta. Mañana quizás tengáis más de nosotras. ¡Buenas noches y soñad con nosotras! -gritó a la cámara, justo antes de apagarla.

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