lunes, 23 de febrero de 2015

3.-

-Bueno, Hugo es un poco rebelde, pero si te tiene un poco de miedo se portará bien. -le dijo Anthony a Olivia.

Olivia acababa de llegar a casa de los Buker y Anthony le estaba enseñando la casa. Llegaron al salón y se encontraron con un niño de tres años jugando con unos coches de juguete en el suelo. Era Hugo, el hijo de Anthony y Phoebe. La pareja tenía otra hija también, se llamaba Lydia. Ella tan solo tenía seis meses.

-¿Tiene que tenerme miedo para portarse bien? -preguntó Olivia.

-Eso creo. Le tiene bastante miedo a Phoebe y siempre le hace caso. -explicó Anthony, recogiendo algunos juguetes.- ¿Sabes cocinar?

-Sí, más o menos. -dijo Olivia.

-¿Sabrás hacerle unos espaguetis para cenar? -preguntó Anthony.

-¡Claro!

-Perfecto. Phoebe volverá a las ocho y media. Hugo a las ocho a la cama. -le recordó Anthony a su hijo.

-Sí, sí... -dijo el pequeño, sin hacerle mucho caso. Anthony le dio un beso en la cabeza a Hugo y se fue a trabajar.

-Bueno, Hugo. -dijo Olivia, sentándose en el sillón.- Yo me llamo Liv.

-¿Liv? Eso no es un nombre. -dijo el niño sin mirarla.

-Bueno, me llamo Olivia, pero todo el mundo me llama Liv. -explicó ella.

-Vale, Lim. -dijo Hugo.

-Es Liv, no Lim. -lo corrigió Olivia. Pero el niño ni siquiera le contestó. Olivia bufó y el llanto de la bebé se escuchó.- Voy a ver a tu hermana, ¿sí?

Hugo no le contestó, pero Olivia se levantó y fue hasta la habitación de Lydia. Cogió a la pequeña y la balanceó para que dejara de llorar, pero no funcionó. Así que fue a la cocina, con ella en brazos, a prepararle un biberón. Lo estaba calentando a baño maría cuando se escuchó la televisión a todo volumen.

-¡Hugo baja el volumen! -gritó desde la cocina.

-¡No! -gritó Hugo. El sonido de la televisión retumbaba por toda la casa a coro con los llantos de Lydia. Olivia bufó y respiró profundamente.


India entró en el Buker's, aquella cafetería para universitarios. Sonrió al ver a Austin sentado en una mesa. Parecía que estaba estudiando, pero también la estaba esperando. India se sentó a su lado y él notó su presencia.

-¿Molesto? -preguntó India.

-Si molestaras no te pediría que vinieras. -dijo Austin, guardando sus cosas de la universidad.- ¿Me puedes explicar que hacías ayer aquí? Es una cafetería para universitarios, no para adolescentes.

-Discúlpame, universitario... -dijo India. Los dos se rieron.- Solemos venir aquí.

-¿Tú y tu amiga, la del otro día? -preguntó Austin.

-Sí, Olivia. -dijo India.

-¿Algo para tomar? -preguntó Phoebe.

-Un te. -dijo India.

-Un capuchino. -pidió Austin. Phoebe se fue a prepararles las bebidas y Austin la miró sonriente.- ¿Un te?

-Soy una chica muy sana. -dijo India.

-¿Qué más cosas debería saber de ti? -preguntó él, intrigado.

-No se, ¿qué tipo quieres saber? -preguntó India.

-¿Por qué tú y Olivia tenéis ese blog? -la pregunta desconcertó a India. Elevó los hombros e hizo una mueca de no saber.

-La verdad no lo se. Lo hicimos un día, como cualquier otra tontería. Llevábamos meses grabando vídeos simplemente por diversión. Era gracioso vernos hacer el tonto esa misma noche. -explicó India.

-¿Y de repente se os ocurrió crear el blog? -preguntó Austin.

-No. La verdad tiene una pequeña historia detrás...

-Adelante. -dijo Austin.- Si quieres claro. -añadió al final.

-La noche en la que se murió mi abuelo, me tumbé en la cama y me puse a ver los vídeos. Eran cosas tan tontas que me reía de mi misma. Mi hermana pequeña me escuchó reír y vino a ver que estaba haciendo. Le enseñé los vídeos y por un momento las dos nos olvidamos de todo y disfrutamos de las tonterías juntas. Y entonces, me di cuenta de que eso le podría pasar a otras personas cuando nos vieran. Unas semanas después se lo propuse a Olivia y probamos.

-Y ahora os conoce mucha gente... -dijo Austin, sorprendido.

-¿Y tú cómo sabías de la existencia de ese blog? -preguntó Olvia.

-Yo también tengo una hermana pequeña... -dijo él, como si fuera un secreto. India se rió y el café y el té llegaron.

-¿Alguna pregunta más? -preguntó India.

-¿Por qué rojo? -preguntó Asutin, después añadió.- Digo, los labios. ¿Por qué los labios rojos?

-Eso viene de antes. Tanto Olivia como yo llevamos los labios en rojo siempre que podemos y decidimos que era algo insignificante que nos unía, algo que sonaba bien como título. -explicó India.

-Interesante.

-Ahora me toca a mi. -dijo India, incorporándose.- ¿Qué estudias?

-Medicina. -dijo él. India se sorprendió.


-Médico... Suena bien... -dijo con una sonrisa.

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