-No entiende las indirectas. -dijo Mason. Estaba reunido
con Cosmo, Logan y Thomas en un bar.
-A lo mejor en España no hay indirectas. -dijo
pensativo Thomas. Todos lo miraron, sorprendidos por la tontería.
-¿Cómo no va a haber indirectas, Thomas? ¿Cuándo
hablas te escuchas? -le dijo Cosmo.
-¿Qué hago? ¿Ahora qué hago? Las indirectas siempre
fueron lo mío... -dijo Mason.
-Repasemos tus cinco mejores novias. -dijo Logan.-
Número cinco, Brenda. ¿Cómo la conquistaste?
-No lo se, fue ella quién vino a por mi. -dijo Mason.
-Bien, número cuatro... -pensó Logan.
-Número cuatro Emma. -interrumpió Cosmo.
-Sí, sí, Emma. -dijo Thomas.
-Iba borracho, no lo se. -dijo Mason.
-Está bien, número tres, sin duda, Sarah. -dijo Logan.
-¿Sarah Berry? No fue mi novia. -dijo Mason.
-Bueno, da igual, la conquistaste y punto. Cuéntanos
cómo. -pidió Cosmo.
-Sabéis que nunca la quise conquistar. Era la chica de
Ryder. -dijo Mason.
-Y Ryder era tu amigo. -añadió Thomas.
-Bueno, entonces Sarah eliminada. ¿Quién es el número
dos? -dijo Mason, cambiando de tema.
-Lulu. -dijo riendo Logan.
-Fue ella quién vino a por mi. -dijo Mason.
-¿También? -preguntó Logan. Mason asintió y Logan
bufó.- Solo nos queda la número uno.
-Bibi. -dijeron sus tres amigos a la vez. Bibi fue una
novia que era un año mayor que él y por eso solo se merecía el
número uno.
-No me vais a creer, pero ella fue la que se me acercó
a mi. -dijo Mason.
-¡No! ¿Bibi? -preguntó Cosmo, sorprendido. Mason
asintió.
-Con esto me queda claro que a ti se te da mejor que te
conquisten que conquistar. -explicó Thomas.
-¡Ya está! -gritó Logan, sorprendiendo a todos.-
Tienes que dejar que Inés te conquiste.
-Si tiene que esperar a que Inés se interese por él,
ella sola, se le va a acabar el tiempo. -dijo Cosmo.- Un plan
horrible, Logan.
-¿Por qué no le preguntas a alguna de sus amigas?
-propuso Cosmo.
-¿Con quién, con Claire, o con Grace? ¿¡O con mi
hermana!? -dijo irónico Mason.
-¡Lola! Lola ya lo sabe y es de fiar. -dijo Logan.
-¿Y qué queréis que le diga? -preguntó Mason.
-¿Qué es lo que puedes hacer para conquistar a Inés?
-propuso Thomas.- Pero, yo creo que deberías simplemente llevarla a
cenar o algo así.
-Yo sería más directo. Y en cuanto me la cruzara a
solas le plantaría un beso en la boca. -dijo pensativo Logan.
-¿Sabéis? Voy a seguir el consejo de Logan. Es lo
mejor que puedo hacer. -dijo levantándose. Se fue y dejó a sus
amigos totalmente sorprendidos.
-No era un consejo, pero bueno... -dijo Logan. Cosmo y
Thomas se rieron de la situación.
Mason llegó a su casa y no encontró a nadie en el piso
de abajo. Pensó que era el mejor momento para llevar a cabo su plan,
por eso subió las escaleras decidió y de dos en dos. La primera
puerta era la de Inés, pero antes de entrar escuchó una música que
salía del cuarto de baño. Se acercó y descubrió que era Let it
be de los Beatles. Pero no la estaban cantando ellos solos. La
puerta estaba un poco abierta y se encontró con su hermana.
Isabella estaba tumbada en el suelo, con las piernas
sobre el váter y un libro en sus manos. Pero también estaba
cantando. Nunca había escuchado a Isabella cantar, era algo nuevo
para Mason.
-¿Estás cantando y leyendo a la vez? -le preguntó
Mason.
-Soy capaz de hacer dos cosas a la vez, no como tú.
-dijo ella, sin separar la vista del libro.
-No sabía que cantabas bien. -dijo Mason. Su hermana se
rió.
-Sí, en el cuarto de baño. Mi talento no sale de estas
cuatro paredes. -dijo ella, sentándose bien para mirarlo.
-¿Por eso te gusta tanto estar aquí? -le preguntó
Mason.
-Supongo, aquí no tengo vergüenza de nada. -dijo ella,
dejando el libro a un lado.
-Que rara eres... -dijo riéndose. Su hermana le levantó
el dedo índice.
-Especial, no rara. -dijo Isabella.
-Vale... -dijo riendo Mason.- ¿Está Inés?
-Sí, está en su habitación.
-Gracias... -dijo Mason, acercándose a la puerta del
baño que conducía a la habitación de Inés. Cuando entró se
encontró con Inés sobre el escritorio de su habitación,
estudiando.- Hola... -dijo con una sonrisa.
-Hola, Mason. -dijo Inés, cerrando el libro de texto
que tenía delante de ella. Mason se acercó a ella y ella se puso de
pie.- ¿Qué pasa..? -no pudo terminar porque Mason la agarró de las
mejillas y la besó. Ella, en un primer momento, se quedó inmóvil.
Pero después reaccionó, separó a Mason y le pegó una bofetada?
-¿Qué fue eso? -preguntó Mason, sorprendido.
-¿Te crees que puedes llegar un día sin más y
plantarme un beso? -preguntó ella, enfadada.
-Sí. -dijo él.
-Era una pregunta retórica. -dijo Inés.
-Pero, ¿qué te pasa? Te lanzo indirectas, no las
captas. Te ayudo, me das un beso en la mejilla. Te beso y me das una
bofetada.
-Quizás no pensaste que no capto las indirectas porque
no quiero, te doy un beso en la mejilla porque es donde te lo tengo
que dar y no quiero que me beses. -dijo Inés.
-¿Por qué? ¿Qué hice mal?
-Nada, simplemente no quiero nada contigo y nunca lo
querré.
Esas palabras dolieron en el interior de Mason, que se
fue enfadado. Inés suspiró cuando se fue y se tumbó en la cama, a
pensar.

No hay comentarios:
Publicar un comentario