Duendes Verdes jugaba en su casa. Todo el público
estaba de su lado. Y más en ese momento que ganaban de diez puntos.
La bocina sonó y Duendes Verdes celebró la victoria. Grace, Claire
y Bella se acercaron a sus amigas cuando el partido terminó.
-Buen partido chicas. -dijo Claire.
-Gracias. -dijo Lola, cogiendo su sudadera. Una chica
afroamericana se acercó a ellas por la espalda.
-¿Perdón? -dijo ella, con los rizos sobre los hombros.
Todas la miraron.- Solo quería daros la enhorabuena, jugasteis
genial. -les dijo a Inés y a Lola.
-Gracias. -dijo Inés.
-Además, quería deciros que sois unas valientes por
presentaros a las pruebas del equipo. -añadió la chica. Les sonrió
y se fue, dejándolas sin palabras.
-¿Quién es? -preguntó Inés.
-No lo se. -dijo Lola.
-Es Jane Reeves. Viene a clase de literatura conmigo.
-dijo Isabella.- Le gusta mucho el baloncesto.
-¿Cómo lo sabes? -le preguntó Inés.
-Porque la vi varias veces en la pista de las vías del
tren jugando y porque tiene la carpeta repleta de fotos de jugadores
de baloncesto. -explicó Isabella.
Todas la volvieron a mirar. Jane se acercó a Ryder y lo
abrazó. Prestaron atención como los dos hablaban animadamente.
Parecía que se conocían, no se trataban como extraños. Cuando
Ryder pasó por al lado a las chicas, Lola empezó a caminar a su
lado.
-¿Quién era esa chica? -le preguntó, caminando hacia
los vestuarios.
-Jane Reeves. -dijo Ryder, mirando un golpe que tenía
en el brazo.
-¿Y de qué la conoces?
-A veces juega conmigo en las pistas de las vías del
tren. -explicó él, indiferente.
-¿Sabe jugar al baloncesto?
-Sí, muy bien. ¿Por qué tanto interés en Jane?
-preguntó sorprendido Ryder.- ¿Estás celosa?
-No... -contestó Lola.- Simplemente me sorprendió que
nos dijera que nos admiraba por presentarnos a las pruebas del
equipo.
-Le encanta el baloncesto. -dijo Ryder. Se pararon
delante de la puerta del vestuario de hombres, que era el primero en
el pasillo.
-¿Por qué me preguntaste si estaba celosa?
-Porque podrías estarlo, ¿no? -dijo él, sonriendo. Le
dio un beso en la mejilla y entró en su vestuario.
Lola e Inés decidieron buscar a Jane y hablar con ella
al día siguiente. Por eso madrugaron y caminaron hasta las pistas de
las vías del tren. Cuando llegaron se encontraron con Jane y Ryder
jugando juntos. Se adentraron en las pistas y los sorprendieron.
-Chicas, ¿qué hacéis aquí? -preguntó Ryder. Besó
las mejillas de ambas.- Jane, ellas son...
-Inés Fernández y Lola Forbes. -dijo Jane,
interrumpiendo a Ryder.- Lo se, ¿quién no las conoce?
-Me gusta esta chica. -dijo Inés, sonriendo.- Queríamos
hablar contigo.
-¿Conmigo? -preguntó Jane.
-¿Con ella? -preguntó Ryder.
-Sí, con ella. -dijo Lola.- Pero te puedes quedar. -le
dijo sonriente.
-Nos sorprendió lo que nos dijiste ayer. -le dijo
Inés.- Lo de que éramos unas valientes por jugar con ellos. -dijo
señalando a Ryder, que había pasado un brazo por encima de Lola.-
¿Por qué lo dijiste?
-Porque a mi me encantaría jugar de verdad. Juego de
vez en cuando con Ryder, pero me encantaría competir. -dijo con una
sonrisa.
-¿Por qué no te presentas a una prueba? Puedo hablar
con mi padre y... -dijo Lola.
-No, de verdad. La temporada ya empezó y no estoy
preparada. -dijo Jane, interrumpiendo a Lola.
-Jane, estás preparada. No seas tonta. -le dijo Ryder.
-No, este año no. Quizás el año que viene me
presente. -dijo Jane.
-¿Estás segura? -le preguntó Inés.
-Sí, segurísima. -dijo Jane.
-Bueno, hicimos lo que pudimos. -dijo Lola.- Yo me tengo
que ir, si llego tarde a la comida mi padre me matará. -dijo Lola.
-Te acompaño. -dijo Ryder.
-Yo también me voy. -dijo Jane. Se despidió y se fue.
-Inés, ¿vienes? -le preguntó Ryder.
-No, me voy con Mason. -dijo señalando el coche de
Mason.
-Hasta mañana, entonces. -dijo Lola. Inés se fue y se
subió al coche de Mason.
-¿Hubo suerte? -preguntó Mason.
-No, dice que se presentará el año que viene. -explicó
Inés.
-Bueno, algo es algo. -dijo Mason mirando por la
ventanilla.- ¿Esos dos están juntos?
-¿Ryder y Lola? -preguntó Inés. Mason asintió.-
Oficialmente no. Pero casi. ¿Por qué? ¿No pretenderás llamar a
Sarah, ¿no?
-No, no... Hay chicas mejores por aquí. -dijo él.
Mason pretendía que fuera una indirecta, pero Inés no lo entendió
así.
-Claro, seguro que en la universidad tienes a unas
cuantas loquitas. -dijo Inés, riéndose.
Ryder y Lola, caminaban. Pero no iban ni abrazados, ni
de la mano, no era su estilo. Simplemente caminaban uno al lado del
otro.
-Oye, ¿a qué vino lo de ayer? -preguntó Lola.
-¿Lo qué? -preguntó Ryder.
-¿Por qué me preguntaste si estaba celosa de Jane?
-Porque me estabas interrogando sobre ella. -dijo Ryder,
sin entender a donde quería ir a parar Lola.
-Pero, quiero decir, ¿tendría que estar celosa? Porque
si lo tengo que estar, lo estoy. -dijo ella, hablando rápido. Ryder
se rió.- ¿De qué te ríes?
-Ahora sí que estás celosa. -dijo Ryder, entre risas.
-No. -se quejó Lola, pero Ryder se seguía riendo. Ella
lo empujó y él la empujó a ella.- ¿Qué haces?
-Lo mismo que tú.
Al final terminaron los dos jugando como niños
pequeños. Él la cogió sobre los hombros y ella pataleó hasta que
la soltó y después se colgó de su espalda.

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