martes, 30 de septiembre de 2014

XIX.

Miércoles, veintiséis de septiembre de 2001. Inés se despertó y miró por la ventana. El sol ya estaba brillando, pero no tenía ganas de levantarse. Pero lo hizo, arrastró los pies hasta el baño y se lavó la cara. Se asomó por la puerta del baño que daba a la habitación de Isabella y la vio todavía dormida.

-Bella... Bella... -dijo desde la puerta. Su amiga se sentó en la cama. Llevaba una camiseta verde sin mangas y el pelo rubio, rizado y suelto.

-¿Qué pasa? -preguntó con la voz dormida.

-Hay que despertarse. -dijo Inés.

-¿Qué día es hoy? ¿Viernes?

-Siento decirte que todavía es miércoles. -dijo medio riendo Inés.- Vamos, levántate. Vamos a llegar tarde.

Las dos se arreglaron y se vistieron. Cuando estuvieron listas, bajaron a desayunar. En la cocina, Mason estaba estudiando.

-¿Ya estás estudiando? -le preguntó Isabella.

-Querrás decir aun. -le corrigió Mason.

-¿Llevas toda la noche estudiando? -le preguntó Inés, Mason asintió.

-Pobre... -dijo Isabella. Las dos chicas se acercaron y abrazaron a Mason.

-Te voy a preparar café. -dijo Inés. Inés preparó café para tres y se sentaron juntos a desayunar. Marcel llegó por la puerta de su paseo matutino y traía cartas en la mano.

-Llegó la carta para la competición de ballet de Arianna. -dijo abriendo una carta.

-¿Qué pone? -preguntó Isabella. Después de unos segundos Marcel sonrió.

-Pasó a la siguiente ronda. -dijo feliz. Los chicos se sonrieron los unos a los otros.- Que es este fin de semana en Nueva York.

-¿Nueva York?

-Wuau... -exclamó Inés.

-Se lo voy a contar a Arianna. -dijo Marcel. Subió las escaleras de tres en tres y despareció de la vista de los jóvenes.

-Inés, si no nos vamos ya no llegamos a tiempo. -le dijo Isabella.

-Chicas, os llevo yo. Vamos. -dijo Mason.

Mason Flint llevó a su hermana y a Inés a clase. Pero, en el aparcamiento, mientras él hacía maniobras para salir del instituto, su antiguo profesor de filosofía lo paró.

-Señor Flint, cuanto tiempo. -dijo él, desde la ventanilla del coche.

-Lo mismo digo, señor Payne. -le dijo Mason.

-¿Cómo le va? -preguntó el señor Payne.

-Muy bien.

-¿Estaba estudiando periodismo, no?

-Exacto.

-Es que tenemos un pequeño problema en el club de audiovisuales, quizás lo llame algún día porque necesitemos ayuda.

-Me parece perfecto. Siempre es un placer ayudar al club de audiovisuales. -dijo Mason. Después de esa pequeña charla Mason se fue a hacer su examen.

Fue una mañana tranquila, bastante tranquila. Inés y Lola se encontraron cuando Inés salía de clase de Historia y Lola de clase de Literatura. Caminaron juntas hasta el comedor.

-Entonces, ¿tu hermana va a tener un bebé? -preguntó Lola, mientras Inés le contaba un poco de las cartas de su familia.

-Sí, está embarazada de dos meses ya. -dijo Inés, con una sonrisa enorme.

-Que bien, vas a ser tía. -dijo Lola.

-Sí, viajaré a España cuando el bebé nazca. O eso espero. -dijo Inés.

-Me alegro mucho. -dijo Lola. Entonces, Meredith, animadora y amiga de Rachel, chocó el hombro con Lola.- ¿Qué haces? -le preguntó Lola, parándose en el medio del pasillo.

-Lo siento, no te vi. -dijo Meredith. El tono hizo que le hirviera la sangre a Lola, pero en ese momento pasó Roberto y Ryder por ahí.

-Trenza, vamos. -le dijo Roberto.

-Sí, no vale la pena. -añadió Ryder. Lola suspiró para tranquilizarse y se fue con los chicos y con Inés.

Por la tarde, los dos equipos de animadoras entrenaron, el equipo de football también y el de baloncesto, por supuesto. Cuando Isabella e Inés llegaron a casa se encontraron con Marcel, Adela, Mason y a Arianna sentados en la mesa de la cocina, pero no estaban comiendo.

-Chicas, sentaros. -dijo Adela. Las dos se sentaron entre Arianna y Mason.- Arianna pasó la ronda del concurso de ballet con su grupo de baile.

-Lo sabemos. -dijo Isabella.

-Y es este fin de semana en Nueva York, por lo que tendremos que viajar. -dijo Marcel.

-Nosotros dos vamos a ir, tenemos muchas ganas de volver a visitar Nueva York, y Arianna también, claro. ¿Vosotros queréis venir? -preguntó Adela.

-Yo no puedo ir, tengo que estudiar. -dijo Mason.

-Yo iré. -dijo Isabella con una sonrisa.

-¿Y tú, Inés? -preguntó Marcel.

-Yo me tengo que quedar. Este fin de semana tenemos el primer partido y no puedo faltar. -dijo ella. Inés tenía muchas ganas de visitar Nueva York, pero el baloncesto iba primero.

-Pues iremos nosotros cuatro. ¿Estáis seguros de que no queréis venir? -volvió a preguntar Marcel.


-Sí. -contestaron los dos a la vez.

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