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-¡Bienvenidos todos al “Surfear hasta el anochecer”! -dijo el presentador por el micrófono.

El final del verano llegaba. Era miércoles 20 de agosto y empezaban las fiestas para despedir el verano. La primera de ellas era un concurso de surf nocturno. Muchos jóvenes se presentaban como participantes y disfrutaban de las olas del penúltimo miércoles de agosto.

Después de que Sasha le contara todo a su hija pequeña, ésta decidió quedarse con sus padres en casa y no mudarse, como lo había hecho Peter. Peter, Francesca y Victoria seguían viviendo juntos, en armonía y tranquilidad. Peter, Sasha y Francesca se anotaron al concurso, pero Victoria no, no era lo suyo.

-¡Frankie! Hace mil años que no te vemos. -dijo Tina, encontrando a Francesca y a Peter bajando sus tablas del maletero del coche de él.

-Sí, estuve con unos problemitas. Supongo que Sasha ya os lo habrá contado... -dijo Francesca. Después de que la verdad se descubriera, Sasha, Peter y Francesca decidieron no ocultarla más y tratar el tema con naturalidad.

-Sí, lo sentimos mucho, por los dos. -dijo Scott.

-No tenéis que sentir nada. Acabo de ganar otra hermana. -dijo Peter, rodeando a Francesca por los hombros.

-¿Os vais a presentar? -preguntó Tyler. Los dos asintieron y los chicos se quejaron.

-Me retiro, ¿qué vamos a hacer contra vosotros? -se quejó Darren.

-No somos unas estrellas... -dijo Peter, riéndose. Francesca vio a Zane en la playa, él la estaba mirando y ella desvió la mirada.- ¿Visteis a Sasha?

-Sí, viene ahora del café. -dijo Ian.- Blake la está esperando. ¿Y Victoria?

-Viene dentro de un rato. Dijo que como no va a participar no tenía porque ser puntual... -dijo Francesca, todos se rieron.

-¡La primera fase femenina empezará en media hora! Chicas, iros preparando... -dijo el presentador por el micrófono. Todos miraron los altavoces mientras escuchaban.

-Nuestro turno, Tina. ¿Vamos? -dijo Francesca.

Tina asintió. Peter le dio la tabla a su hermana y le deseó suerte. Tina y Francesca se fueron a la orilla, con el resto de las participantes. De repente, Sasha llegó corriendo y detrás de ella Blake con las dos tablas.

-Pensé que no llegaba... -dijo Sasha, apoyándose en sus rodillas.

-Sí, tranquila. -dijo Francesca.

Blake besó a Sasha para desearle suerte y le dio su tabla. Tina estiraba un par de músculos en la arena. Y Francesca se subió el traje de neopreno hasta arriba. Normalmente nadie surfeaba con neopreno, pero la noche era fría y las bases del concurso pedían que todos los participantes tuvieran un traje.

-Chicas... -dijo Gustave, acercándose a ellas. Las chicas les sonrieron y detrás de él apareció Zane.- ¿Listas para ganar? La que gane de las tres dejo que me bese.

-Vamos, Gus... -dijo Tina, riéndose, al igual que sus amigas.

-Creo que ya no quiero ganar... -dijo Sasha.

-Frankie... -dijo Gustave.- Ya se lo dijimos a Sasha, pero te lo repetimos a ti, estamos para lo que necesitéis.

-Gracias, pero ya estoy bien. Parece que cuando las cosas se hacen bien, aun que duelan, todo se arregla... -dijo Francesca.- Pero gracias, de todas formas.

-¡Diez minutos, chicas! -dijo el presentador.

-Francesca yo... -dijo Zane.

-Solo quedan diez minutos. -dijo Francesca, interrumpiéndolo. Él asintió y entendió que se lo merecía.- Suerte.

-Eso, suerte. Y acordaros lo que es el premio. -dijo Gustave, alejándose con Zane.

Todas las chicas se pararon, con sus tablas, delante de la línea de salida hacia el mar. Esperaban a que el presentador empezara la cuenta atrás. Tina se ató el pelo en una coleta alta, Francesca se hizo una trenza a un lado y Sasha dejó su pelo tal y como estaba -suelto y revuelto-. ¡Vamos, Frankie! escucharon antes de salir. Las tres miraron a Victoria, en primera fila, con Ian y Peter. Francesca le sonrió y su prima le guiñó un ojo.

Preparadas, listas y ¡ya! gritó el presentador. Las chicas empezaron a correr hacia el agua y a nadar en ella. Las olas eran fabulosas, lo normal en Fear Hill. Tina se esforzó en coger las mejores olas, Sasha simplemente se preocupó en disfrutar y Francesca hizo lo que su padre le había enseñado. Deja guiarte por tu instinto, eso va en los genes le había dicho cuando ella quiso competir en un torneo unos años atrás. Aquella vez no entendió lo que su padre le quiso decir y quedó en segunda posición. Ahora sí que lo entendía. Parecía mentira que cuando la gente está muerta es cuando se le empieza a escuchar.

La bocina sonó, indicando el final de la primera ronda femenina. Las chicas salieron del agua y se envolvieron en toallas. Cinco minutos después, colgaron las listas de la primera ronda en un tablón y todas se acercaron a mirarlo.

-¡Frankie vas segunda! -dijo Sasha, feliz.- Yo cuarta, así que ten cuidado. -las dos se rieron, pero las interrumpieron.

-¿Francesca Ronnie? -preguntó una chica. Francesca asintió.- Soy Allyson Martin, voy en cabeza del concurso. Solo quería conocer a mi contrincante. -dijo con una mirada malvada.

-¿Qué? -preguntó Francesca, sin entender.

-Que ganar es muy importante para mi. Y no quiero que una niñata que viene a veranear aquí me gane. Llevo tres años ganando este concurso, quiero que este sea el cuarto. Así que anda con cuidado...

Allyson se giró y se fue. Las chicas se quedaron perplejas ante la actitud de la joven.

-¿La conocéis? -preguntó Francesca, mientras volvían a junto sus amigos.

-Sí, fue primera de clase este año. Íbamos a filosofía juntas. -dijo Sasha.

-¿Primera de clase? -preguntó Francesca.

-Sí, siempre es la primera en todo... -dijo Tina, revoleando los ojos. Francesca sonrió.- ¿Por qué te ríes?

-Porque ahora le tengo que ganar... -dijo Francesca. Las chicas se rieron y volvieron con sus amigos.