-¡Tienes que estar de broma! -gritó Francesca sorprendiendo a todo
el mundo.
-Francesca, por favor. -le riñó su madre.
-Mamá, primero me mandas aquí sin preguntarme. Con dos personas a
las que acababa de conocer. Y ahora me quieres arrastrar contigo a
casa. ¿Te preguntaste qué quizás yo no quisiera volver a casa?
-dijo Francesca, enfadada.
-Claro que me lo pregunté. Pero hago lo mejor para ti.
-¿Lo mejor para mi o lo mejor para ti? Me quiero quedar.
-¿Esto es una fiebre o algo así? ¿Me queréis explicar qué vais a
hacer las dos solas, aquí? -preguntó Nina, interviniendo.
-Mamá, no te metas ahora. -dijo Victoria.
-¿Pero no veis que es lo mismo? Sois dos adolescentes que no podéis
manteneros con vida solas. -dijo Nina.
-Mamá, te estás pasando, otra vez. -dijo Victoria.
-Vamos a ver, ya somos mayorcitas, sabemos como sobrevivir solas.
-dijo Francesca.
-¿Sois mayores? -preguntó Gabriella.- Francesca, acabas de terminar
el instituto.
-Por eso mamá. Tú y papá terminasteis el instituto y os fuisteis
de casa. -dijo Francesca.
-Fuimos a la universidad, Francesca. Es diferente. -dijo Gabriella.
-Sí, pero ya trabajabais para manteneros. -dijo Francesca.-
Trabajabais y estudiabais a la vez.
-Si todos vosotros pudisteis hacerlo, ¿por qué yo no? -preguntó
Victoria.
-Francesca, tú ni siquiera te presentaste a ninguna universidad...
-dijo Gabriella.- No te puedes quedar aquí, sin más.
-Mamá, conseguiré un trabajo y ya tengo una casa. -dijo Francesca.
-No te puedes quedar en esta casa. -dijo Gabriella.
-No hablaba de esta casa. -la corrigió Francesca. Respiró
profundamente y se dispuso a explicar.- Hay un bloque de edificios al
pie de la playa con un apartamento perfecto para mi. Es pequeño,
barato y cerca del centro.
-¿Buscasteis una casa para las dos? -preguntó Nina sorprendida.
-No, esa va a ser su casa. Yo me voy a mudar a la ciudad y voy a
terminar la carrera. -explicó Victoria.
-¿Y tú te vas a quedar sola? -preguntó Gabriella.
-No estoy sola, mamá. Tengo amigos aquí. Tyler, Scott, Tina, Sasha,
Darren... -iba a continuar pero su madre la interrumpió.
-¿Sasha? -preguntó. Miró a su cuñada y volvió a preguntar.-
¿Sasha? -Nina asintió.
-¿Qué pasa? ¿Qué sabéis de Sasha? -preguntó Victoria.
-Más de su madre, saben algo, ¿no? -preguntó Francesca.- ¿Qué
sabéis de Sasha Lower?
-Nada. -se apuró a responder Nina.
Victoria enfadada salió corriendo escaleras arriba. Mientras en la
cocina, se produjo un silencio. Cuando Victoria volvió tiró con
fuerza una fotografía sobre la mesa y los miró.
-¿Nada? ¿No sabéis nada de ella?
-¿De dónde sacaste eso? -le preguntó Sean a su hija.
-Yo pregunté primero. ¿No sabéis nada de Sasha Lower? -preguntó
Victoria. Gabriella cogió la fotografía y la miró con
detenimiento.
-Ese es papá. -dijo Francesca.
-Lo se... -dijo Gabriella.- Tenía esta foto siempre con él.
-¿Qué? ¿Por qué yo nunca la había visto? -preguntó Francesca.
-La perdió en la mudanza. -dijo Gabriella.- Estuvo tan triste y
enfadado cuando la perdió...
-¿De dónde sacasteis la foto, chicas? -volvió a preguntar Sean.
-Eso da igual. Lo que importa es que me mentisteis. -dijo Francesca.-
Dijiste que mi padre era un chico solitario y que no tenía amigos.
Mi padre tenía nueve amigos muy íntimos. Rikki, Blaine, Sean,
Danny, Derek, Thomas, Emmett, su hermana Nina y su novia Sasha. ¿Por
qué me mentiste? -le preguntó a Nina, directamente.
-Porque tu padre lo pasó muy mal con esto. Con el café. -dijo Nina,
señalando la fotografía.
-El Paradise. Pero estoy segura que también tenía muy buenos
recuerdos de eso. -dijo Francesca.- De todos modos tengo derecho a
saber la verdad, ¿o no?
-Todos tenemos derecho a la verdad. -dijo Victoria.
-Nos estamos yendo del tema. Estábamos discutiendo vuestra idea de
quedaros lejos de vuestros padres. -dijo Gabriella.
-No, mamá. Todo está unido aquí. Yo me quiero quedar porque quiero
saber más de papá. -dijo Francesca.
-Y yo me quiero quedar porque estar aquí es lo que me corresponde.
Porque no quiero volver a Francia, mirando como mis padres triunfan
en su empresa y esperan que yo algún día sea como ellos. Yo me
quiero quedar aquí, donde nací, y triunfar o fracasar aquí. -dijo
Victoria.
-Mamá, tienes que entenderme. No me puedo ir. -dijo Francesca sílaba
por sílaba y bien despacio.
-¿No hay manera de convencerte? -preguntó Gabriella. Francesca negó
y Victoria también, pero mirando a sus padres.
Dos días después, todos hacían la maleta. Gabriella volvía a casa
y el matrimonio Guntler a Francia. Francesca se mudaba a su nueva
casa y Victoria viviría con ella hasta que el curso escolar empezara
de nuevo. Todo parecía volver a su cauce, pero eso no iba a ser así.

Quiero q se entere Peter que tiene una hermana!!
ResponderEliminarMáss Noveee!!