lunes, 14 de julio de 2014

22:

Estaban desayunando todos juntos: Nina, Sean, Victoria y Francesca. Esa noche unos amigos de la ciudad del matrimonio irían a cenar con unos inversores y algún socio de la empresa de los Guntler. Todos en casa de Nina y Sean. Por eso tendrían que preparar todo un poco más elegante para dar una buena imagen. Victoria y Francesca tendrían que permanecer en la reunión, de al menos veinte personas, toda la noche por petición de Nina.

-Mierda. -exclamó Nina.

-¿Qué pasa? -preguntó Sean.

-Se me olvidó ir a buscar las flores. -dijo Nina.- Tendré que ir a buscarlas más tarde, si tengo tiempo.

-Tranquila, voy yo si quieres. -dijo Francesca.

-¿Tú? ¿De verdad? Me salvas la vida, Frankie. -dijo Nina.

-Claro, no tengo nada que hacer hoy. -dijo Francesca. Su tía se acercó y le dio un beso.

-Coge mi bicicleta si quieres, llegarás antes. -dijo Victoria.

-Vale. -dijo Francesca.

Francesca se vistió y fue al garaje. Cogió la bicicleta arreglada de Victoria y salió de la casa. De pequeña le encantaba andar en bicicleta, pero en la ciudad donde vivía no era factible viajar en bicicleta, todo estaba muy lejos. Pero en Fear Hill podías ir en bicicleta a casi cualquier lado. Menos a la colina que tendrías que subir una cuesta muy empinada, de todas formas la podrías bajar con facilidad.

Bajó a la playa y buscó la floristería. Todavía no conocía bien el pueblo, pero con las explicaciones de sus tíos pensaba que podría encontrarla. Pero no la encontró, así que se acercó al Sasha's a preguntar. Justo cuando estaba dejando la bicicleta para entrar, Peter salió del café.

-Hola, Frankie. -dijo entretenido leyendo el periódico.

-¡Peter, Peter! -gritó ella antes de que él se fuera. Él se giró y se acercó.

-Dime.

-¿Sabes donde está la floristería? Es que tengo que recoger unas cosas para mi tía y no la encuentro... -dijo ella medio riendo.

-Claro que sí. Tienes que seguir por aquella calle y, al final, girar a la izquierda. Ya la vas a ver allí. -dijo Peter, señalando.

-Gracias, de verdad. -dijo sonriente.

-Bonita bicicleta. -dijo Peter, mirándola.

-Gracias, es de Victoria. Me la prestó. -dijo Francesca.

-Es muy bonita, parece que la compró en los ochenta, por la forma. -dijo Peter.

-Seguramente se comprara en los ochenta. Era de mi padre o de mi tía, no estamos seguras. -dijo Francesca.

-Eso explica muchas cosas. Pues es muy bonita. -dijo Peter.- Me tengo que ir a arreglar unas cosas para el café. Mi madre me lo va a vender.

-¿Te lo va a vender? -preguntó Francesca sorprendida.

-Sí, voy a ser el nuevo dueño. Pero no le voy a cambiar el nombre ni nada, todo va a seguir igual. La única diferencia será que en vez de firmar mi madre, firmaré yo.

-Pues enhorabuena. -dijo Francesca, sonriente.

-Gracias.

-Hasta luego.

Francesca se subió a la bicicleta y siguió las instrucciones de Peter. Efectivamente encontró la floristería rápidamente. Dejó la bicicleta contra la pared y entró. Se sorprendió al ver a un joven allí atendiendo, lo conocía.

-Hola. -dijo ella.

-Hola. -dijo Zane, batería de la banda de Sasha y Gustave.- ¿Tú eres la prima de Vicky no? -dijo él sorprendido. Ellos no se habían vuelto a ver desde el día que los presentaron.

-Sí, Francesca. ¿Tú estás en la banda de Sasha y Gus?

-Sí, la batería. -dijo él, sonriente.- Trabajo aquí, en la floristería de mis padres.

-Es un buen sitio donde trabajar. -dijo Francesca, sonriente.- Vengo a buscar un pedido de mi tía, Nina Guntler.

-Espera. -dijo él, buscando entre un montón de flores.- ¿Un encargo de Nonis?

-Sí, de Nonis. -se apresuró a decir. A veces se olvidaba del apodo de su tía.

-Aquí tienes. -dijo dejando dos cestas sobre la mesa.

Francesca le pagó y salió de la tienda con las cestas en las manos. Salió a fuera y colocó las dos cestas en la bicicleta para que no se cayera. Cuando iba a subir a la bicicleta el móvil le sonó con un mensaje de su madre. Contestó y guardó el móvil. Cuando levantó la mirada se encontró con Sasha, no su amiga, la madre de su amiga.

-Hola, Sasha. -dijo Francesca, ya que la mujer la estaba mirando.

-Hola, Francesca. -dijo Sasha. Francesca averiguó que no la estaba mirando a ella, sino a la bicicleta.

-¿Pasa algo?

-No, solo me quedé mirando la bicicleta. Es muy bonita. -dijo Sasha. Francesca se le ocurrió que era el momento para decir algo, por eso dijo:

-¿Sí? Era de mi padre, Louis Ronnie. -dijo Francesca

-Sé quién es tu padre. -dijo Sasha.

A Francesca se le heló la sangre. Sé quién ES tu padre. ¡Sasha no sabía que Louis había muerto! Se quedó mirándola, estática y paralizada.

-¿Pasó algo? -preguntó Sasha.

-No, no pasa nada. -dijo Francesca, volviendo en si.- Me tengo que ir a casa...

-Sí y yo tengo que hacer un par de recados más. Hasta luego, Francesca.

-Adiós... -dijo Francesca, mirando como la mujer se iba.


Cogió el móvil y le escribió a su prima. La bicicleta era de mi padre. Y Sasha no sabe que mi padre se murió, tenemos un problema.

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