miércoles, 9 de julio de 2014

19:

Francesca se despertó temprano y era lunes. No le apetecía nada levantarse, así que abrió la ventana y se quedó en la cama, respirando el aire de fuera. Pero al abrir la ventana, además de aire limpio y fresco, entraron en la habitación los gritos de Victoria y Nina. Francesca se levantó y salió a la terraza, donde estaba Sean. Se asomó por la barandilla y las vio discutiendo, delante de la piscina.

-¿Qué pasa? -le preguntó a Sean.

-Que son iguales, eso pasa... -dijo Sean. Parecía cansado de las discusiones y las peleas entre madre e hija.- Voy a intentar calmar las cosas... -dijo medio sonriendo.

Le dio un beso a Francesca en la cabeza y salió de la terraza para bajar e intentar calmar las aguas. Francesca se asomó por la terraza y se quedó mirándolas.

-¡Mamá no quiero! -gritó Victoria.

-Me da igual que no quieras, Victoria. Somos tus padres.

-Pero ya soy mayor de edad. Tengo el derecho de escoger sobre mi propia vida, ¿o no?

-Claro que tienes derecho. Pero esto es muy grande. ¿Tú sabes lo que significa vivir tan alejada de tus padres? -dijo Nina.

-No, no lo se, mamá. Pero ya tengo edad de que me independice.

-¡Una cosa es independizarse y otra muy diferente es vivir en diferentes continentes! -gritó Nina.

¡Ya se! Pensó Francesca. Seguro que Victoria quiere volver a Francia después del verano y Nina y Sean se quieren quedar. Era una buena teoría y con sentido. Victoria tenía sus amigos, puede que algún novio, en Francia. En cambio, Nina y Sean querían quedarse con Gabriella.

-Tenemos que volver. -dijo Nina.

-Mamá, vosotros tenéis que volver. Yo no. -dijo Victoria.

-¿Y qué vas a hacer sola? Ni siquiera tienes trabajo.

-Chicas, bajad el volumen. -pidió Sean.

-¡Se quiere quedar, Sean! -gritó Nina, señalando a su hija. Francesca achinó los ojos, se estaba perdiendo en la conversación. ¿Quién se quería quedar y quién quería volver a Francia?

-Ya lo se, y yo le di mi opinión. -dijo Sean.- Yo quiero que venga con nosotros a Francia...

Era Victoria la que se quería quedar. Francesca se sorprendió muchísimo. No esperaba eso de Vicky, una chica pija, rica...

-Pero soy capaz de sobre vivir sola, no os necesito como antes. -dijo Victoria.- Tengo veinte años.

-¿Y qué vas a hacer aquí? Porque ni siquiera terminaste de estudiar. -dijo Nina.

-Mamá, pues me matriculo en la universidad de aquí y termino de estudiar aquí.

-¿Y pretendes vivir de nosotros y en esta casa tú sola? -preguntó Nina.

-No, no voy a vivir de vosotros ni en esta casa. -dijo Victoria.- Voy a buscar un trabajo y un apartamento.

-¿Y crees que así vas a poder vivir? ¿Qué vas a poder trabajar y estudiar a la vez? No vas a poder, Vicky... -dijo Nina.

-¡Mamá! ¿Por qué no confías en mi? -se quejó Victoria.

-Porque llevas veinte años de tu vida viviendo de nosotros, te hemos dado todo y más, nunca tuviste que trabajar para conseguir nada. -dijo Nina.

-Pues lo haré. -dijo Victoria.

-No lo harás, porque vas a venir con nosotros a Francia. -dijo Nina.

-No me puedes obligar y la decisión está tomada. No voy a volver a Francia. -dijo Victoria.

Nina se enfadó y abandonó la pelea, entrando en la casa. Sean y Victoria se quedaron mirándola y después se miraron entre si.

-Vicky, piénsalo, por favor. -le pidió Sean.- ¿Qué vas a hacer aquí sola? ¿Esto es por un novio?

-No, papá. Me gusta Fear Hill y no me quiero ir. -explicó Victoria.- Y lo puedo hacer, lo puedo hacer.

Victoria se giró y entró en casa. Pero no seguramente para seguir a su madre, sino que cogería la bicicleta, ya arreglada, y se iría a la playa o a pensar a algún lado sola. Francesca entró en su habitación y se vistió, después bajó a desayunar. Encontró a sus tíos sentados en el salón. Cuando la vieron llegar se callaron.

-Lo siento, no quería interrumpir. Me voy a desayunar al Sasha's. -dijo Francesca, señalando la puerta.

-No, tranquila. Desayuna aquí si quieres. Yo me tengo que ir... -dijo Nina, levantándose.

-Pero... -dijo Sean. Pero cuando quiso hablar su mujer ya se había ido.

-Lo siento, yo no quería... -dijo Francesca.

-Tranquila. Se iba a ir igual. Además se donde va a estar. -dijo Sean.- Victoria también se fue y no creo que veamos a ninguna de las dos hasta el anochecer. ¿Quieres desayunar?

-Vale.

Los dos desayunaron y Sean le explicó la situación a Francesca. Nina y Sean tenían que volver, allí tenían su empresa de ropa deportiva y no la podían dejar más tiempo a cargo de unos amigos, además ellos tienen allí toda su vida. Victoria también tiene allí a todos sus amigos, sin embargo, quiere quedarse aquí, en Fear Hill. Dice que no sabe por qué, pero que siente que ella pertenece a Fear Hill. Ella todavía no terminó de estudiar la carrera de Historia y quiere terminar aquí. Pero Nina no está dispuesta a dejar a su única hija aquí, con un océano de por medio, pero ella tiene que irse. Ambas llevaban discutiendo el tema durante semanas, pero ninguna llegaba a ninguna conclusión. Sean dijo que él no quería que Victoria se quedase, pero que era su decisión y la tenía que respetar. Pese a eso, Nina todavía no se había dado por vencida.


Francesca entendía a Nina, vivir tan lejos de su hija iba a ser duro. Pero también entendía que era la decisión de Victoria, que no podía impedírselo. Lo que no entendía era porque Victoria tenía tanto interés por quedarse aquí. ¿Qué tenía Fear Hill tan atractivo para ella?

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