-¿Ya
estás despierta? -le preguntó Nina a Francesca cuando ésta salía
de casa, bien temprano.
-Sí,
voy a seguir visitando Fear Hill. Todavía hay mucho por ver. -dijo
Francesca.
-¿Sabes
a dónde puedes ir? -le propuso Nina.- A la biblioteca. Es la más
vieja del estado, te gustará.
-Me
encantan las cosas viejas. -dijo Francesca, sonriendo. Esperaba otra
sonrisa de su tía, pero esa sonrisa no llegó jamás.- Vendré a
comer. -dijo antes de coger su bolso e irse.
Caminó
por la cuesta, hacia la playa. En el puerto, preguntó por la
biblioteca y una señora le indicó como llegar. Estaba al pie de la
colina que le daba nombre al pueblo. Se acercó hasta allí y entró
en la vieja biblioteca. Era de piedra y restaurada. Entró y un
hombre la saludó con una mirada. Caminó entre las estanterías
fascinada. Había toda la historia del pueblo, los anuarios del
instituto de Fear Hill, libros de literatura, libros de música,
enciclopedias. Se sorprendió al ver a gente estudiando en las mesas
de la biblioteca. Cogió un libro viejo, que contaba la historia
entre los años 1950 y 1990. En esa época vivió su padre, quería
saber más.
El
libro hablaba de los alcaldes del pueblo y de lo que hicieron.
Nombraba alguna vez al instituto, cuando ganaba una competición
(tanto deportiva como artística o científica). Había fotos de como
las playas se llenaban en verano, pero en ninguna reconoció a su
padre o a su tía. Su madre, Gabriella, no era de aquí. Ella conoció
a Louis en la universidad.
Después
de varias horas ojeando aquel libro, decidió que era hora de volver
y comer con sus tíos. Cogió el libro y se acercó a la mesa de la
recepción.
-¿Podría
llevarme este libro, solo por hoy? -le preguntó al hombre que la
saludó con aquella mirada.
-Claro,
solo tienes que decirme tu nombre. -dijo el hombre.
-Francesca
Ronnie. -dijo ella.
-Con
Francesca llega, no es un nombre común. -los dos se rieron.
Francesca se estaba yendo y el hombre le volvió a hablar.- ¿Eres
familia de Vicky?
-Sí,
soy su prima. -dijo Francesca.
El
hombre asintió y la dejó marchar. No sabía porque todo el mundo la
emparentaba con Victoria, y no con sus tíos o su padre, por ejemplo.
¿Por qué Victoria era tan popular en Fear Hill? Caminó hacia su
casa, con intención de preguntar. Esperaba recibir una respuesta, no
como con la pregunta sobre su padre. Llevó y abrió con las llaves
que George le había dado el primer día. Se encontró con Rikki en
el salón, otra vez.
-Hola,
Francesca. -dijo Rikki, en cuanto la vio.
-¿Qué
tal?
-Rikki
y sus hijos se quedarán a comer. Espero que no te importe. -dijo
Nina.
-No,
estoy encantada. -dijo Francesca.
Maldijo
a los vecinos, ya no podría preguntar tan abiertamente sobre
Victoria. La comida se sirvió y todos se sentaron a comer. Faltaban
Blaine, que estaba trabajando, y Sean que tuvo que ir a la ciudad a
resolver algunos asuntos. Los dos hermanos, Nina, Rikki y Francesca
comieron solos.
-Entonces,
¿cómo os va, chicos? ¿Seguís siendo tan buenos estudiantes?
-preguntó Nina. Francesca no conocía a los Hudson, pero entendió
la ironía.
-Todavía
mejores, Nonis. -dijo Rikki. Francesca notó otra vez ese mote para
su tía. Mote que todavía no comprendía.
-Mi
madre, exagera. Somos buenos estudiantes en el fondo. -dijo Ian.
-Muy
en el fondo... -dijo Rikki. Todos se rieron.- ¿Y tú, Francesca?
-Terminé
este año el instituto. -dijo ella.
-Con
un ochenta y cinco por ciento. -añadió Nina.
-¡Felicidades!
-dijo Blake.
-Eso
es asombroso. -dijo Rikki.- ¿Podrías ayudar a Blake con historia?
-propuso Rikki como una idea maravillosa. Francesca sabía que no
podía negarse, aunque Blake se lo estuviera pidiendo.
-Claro.
-dijo ella, presionada.- Podemos empezar cuando quieras.
-¿Y
qué tienes pensado estudiar el año que viene? -preguntó Ian.
-En
realidad no se que voy a hacer el año que viene. Mi madre no tiene
tanto dinero como para pagar la universidad. Quizás trabaje un año
para poder pagar el primer año. -explicó Francesca. Un silencio
incómodo se produjo. Francesca sabía que era porque su historia
conmovía, y mucho.
-Y,
¿ya has probado la playa de Fear Hill, Francesca? -le preguntó
Rikki. Francesca negó.
-¿Cómo
que no? -dijo Ian.- Pues hoy te vienes con nosotros. Iremos a hacer
surf.
-¿Sabes
surfear? -le preguntó Blake. Francesca asintió.
-Me
enseñaron cuando era pequeña y todos los años íbamos a la playa a
practicar un poco. -explicó ella.- Pero no tengo tabla.
-En
el Sasha's alquilan tablas. Le pedimos una a Sasha. -dijo
Blake.
-Así
podré estrenar alguno de los bikinis que compramos el otro día. -le
dijo Francesca a Nina.
-Perfecto.
-le dijo Nina, con una sonrisa forzada.
Después
de comer Francesca se fue a cambiar y los hermanos la esperaron en el
salón, con su madre. Mientras, Nina empezó a recoger la mesa del
comedor. Cuando Francesca estuvo lista bajó las escaleras y no pudo
evitar escuchar la conversación de la familia Hudson cuando bajaba.
-Os
dije que no nombrarais a Sasha, aquí. Sabéis que a Nina no le gusta
hablar de ello. -les dijo Rikki a sus hijos.
-Lo
sentimos, mamá. No nos dimos cuenta. -dijo Ian.
-No
lo hagáis más. -les pidió Rikki. Francesca hizo un poco de ruido
por las escaleras para que no se produjera una situación incómoda.
-Ya
estoy lista. -dijo Francesca.
-Perfecto.
-dijo Blake.
Los
tres adolescentes se despidieron de las mujeres y se fueron a la
playa. Subieron en el coche de Ian. Era un coche viejo, descapotable.
Subieron las tablas de los hermanos en la parte de atrás y se fueron
a la playa. Cuando llegaron, los chicos ya los estaban esperando.
Estaban Tina, Darren y Sasha, todos con sus tablas.

Mássss Noveeee!!!!!!
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