miércoles, 11 de junio de 2014

3:

-Buenos días, Francesca. -dijo Sean, cuando la vio aparecer en la cocina para desayunar.- ¿Chocolate, zumo, café...? -le propuso para desayunar.

-Café, por favor. -dijo Francesca, sentándose en la isla flotante de la cocina.

-¿Quieres comer algo? Tenemos bollería francesa y estoy haciendo tortitas. -dijo Sean.

-No, gracias, no suelo desayunar mucho... -dijo Francesca.

-Buenos días. -dijo sonriente Nina. Llegó a la cocina y besó la mejilla de Francesca.

-¿Haces café? -le preguntó Sean.

-Claro.

-Francesca también toma café. -añadió Sean. Nina empezó a café para los tres mientras Sean preparaba las tortitas y Francesca miraba por el ventanal de la cocina.

-¿Qué vas a hacer hoy, Francesca? -le preguntó Nina.

-Quería ir a ver el pueblo. Iré a dar un paseo. -dijo Francesca.

-¿Te esperamos para comer? -preguntó Sean.

-No, comeré por ahí. Pero vengo a cenar, no os preocupéis. -dijo Francesca, levantándose después de tomar un café.

-Francesca, estamos aquí para ayudarte. -le dijo Nina, antes de que su sobrina cruzara la puerta de la cocina.

-Y os lo agradezco mucho. -dijo Francesca, sin mirarla.

Subió a su habitación, cogió su bolso y salió de la casa. Caminó por las calles de Fear Hill y bajó la cuesta que había subido ayer en el coche. Abajo se encontró con el pueblo de verdad, con los restaurantes, los turistas, los jóvenes en su primera mañana sin escuela -como ella-, los surferos... Caminó y visitó el pueblo. Era pequeño y acogedor, al mismo tiempo que ajetreado y divertido. Vio a muchos jóvenes que a lo mejor tendrían su edad.

Al mediodía decidió buscar un sitio donde comer. Hubo un restaurante al pie de la playa que llamó su atención. Se llamaba Sasha's y estaba bastante lleno. Pero la mayoría de la gente cogía la comida y se la iba a comer a la playa. Entró y se encontró con muchos camareros jóvenes. Trabajo de verano, pensó Francesca. Había cola para pedir la comida, así que se puso detrás del último y esperó pacientemente.

Pidió un bocata y la chica que la atendió le dijo que debía esperar quince minutos. Francesca lo hizo mirando una pared. En esa pared había fotos de lo que parecían los grupos de jóvenes que más visitaban el lugar. Estaban por orden cronológico y con las fechas de las fotos encima de ellas. Miró muchas de ellas y se dio cuenta de que ese restaurante ya tenía casi treinta años de antigüedad.

Llegó a la última foto y la miró detenidamente. Era de 1986, de veintisiete años antes. Allí había siete chicos y tres chicas, sentados en una mesa. Una de las chicas tenía el pelo muy rizo y era rubia, estaba sentada sobre un chico de pelo corto y oscuro. Parecían novios. Otras dos chicas estaban en las sillas más lejanas, sonriendo con las cabezas juntas. Tres chicos hacían el tonto juntos. Y otros tres simplemente sonreían. Era una foto bonita.

-Tu comida. -dijo una chica, sonriéndole. Era rubia y con el pelo muy rizo recogido en una coleta. En la camisa del uniforme tenía una placa con su nombre. Se llamaba Sasha.

-Gracias. -dijo mirando la placa con el nombre de la joven.- ¿Esto tiene tu nombre? -preguntó Francesca.

-Sí. -dijo sonriente Sasha. Después se corrigió.- Bueno, no. Tiene el nombre de mi madre y yo me llamo como mi madre... -dijo riendo. Francesca no pudo evitar reírse también, la rubia tenía una risa contagiosa.- Soy Sasha.

-Francesca. -dijo ella.- ¿Te puedo hacer una pregunta?

-Claro, incluso dos, hoy estoy generosa. -dijo Sasha. Las dos se rieron.

-¿Por qué tenéis estas fotos ahí? -preguntó Francesca, señalando la pared.

-¿Las fotos? Fue una idea de mi madre. Esto lo crearon ella y sus amigos. Después del primer año desde la apertura colgaron su foto en ese mismo lugar. A partir de ahí, mi madre le sacaba una foto a un grupo de jóvenes que visitaban el Sasha's y la colgaba ahí como recuerdo. -explicó Sasha. Francesca cogió la bandeja con su comida, que tenía la rubia, y se fue.- Espera. -gritó Sasha. La siguió, mientras Francesca se sentaba en una mesa y ella se sentó con la nueva en el pueblo.- ¿Por qué no te conocía? Conozco a casi todo el mundo de Fear Hill.

-Porque yo no soy de aquí. -dijo Francesca.- Soy la sobrina de Nina y Sean Guntler.

-¿Los Guntler están de vuelta este verano? -preguntó Sasha sorprendida.- Hacía años que no venían.

-Pues este año han vuelto, conmigo. -dijo Francesca.

-¿Ellos tenían una hija, no? -preguntó Sasha, pensativa.

-Sí... Se llama..

-Vicky. -la interrumpió Sasha.- La conozco.

-Pues que suerte, yo no.

-¿No conoces a tu prima? -preguntó sorprendida Sasha.

-No, una larga historia... -dijo Francesca.

-¡Sasha! -le gritó un hombre, desde la barra. Sasha le hizo un gesto para decirle que ya volvía a su trabajo.

-Escucha, mañana por la noche hay un concierto aquí. ¿Por qué no vienes? -dijo Sasha cogiendo una servilleta y apuntando allí el nombre de Francesca.- Si alguien te pregunta dile que vienes invitada por Sasi. -dijo Sasha.

-¿Sasi? -preguntó Francesca.

-Otra larga historia. -dijo Sasha.- Ven, por favor. -le pidió Sasha.

-Pero yo...

-No quiero escusas. -dijo volviendo a su trabajo.

Francesca se rió y empezó a comer. Volvió a mirar aquella foto, la primera, la de 1986. No sabía por qué, pero le daba la impresión de que aquella foto la había visto antes. ¿Dónde? Ni idea. Quizás solo fuera una impresión de ella, simplemente.

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