viernes, 6 de junio de 2014

27.-Y vivieron felices y comieron perdices.

-John, ten cuidado con eso, por favor. -le dijo Brooke a John, que descargaba cajas del coche. La mudanza de los Lewis estaba terminando y todos ayudaron.

-Brooke, ¿dónde dejo esto? -preguntó Micaella.

-¿Lees lo que pone en la caja? Pone cocina, entonces cocina. -dijo Brooke.

-Tranquila... -dijo Micaella. Connor se rió y la empujó con otra caja de la cocina.


-Por cierto, ¿dónde está Paul? -preguntó Edward.

-Fue al aeropuerto con Catherine y Sam, hoy vuelve Esther. -dijo Brooke.

-¿Y por qué no me avisaron? -se quejó John.

-Sí que nos avisaron. -dijo Lucas.- Lo dijeron el otro día en FunnyCoff.

-Es cierto. -dijo Lauren.

-Hablando de Roma... -dijo Ava, mirando un coche que llegaba.

El coche aparcó detrás del coche de Brooke. Del coche salieron Sam, Catherine, Esther y Paul. Esther corrió a abrazar a sus amigos y el resto la siguieron saludando.

-Por fin estás de vuelta. -dijo Danny, abrazando a Esther.

-Sí. -dijo con una sonrisa la recién llegada.

-Perfecto, así puedes ayudar. -dijo John, dejando una caja en las manos de su amiga.

-Yo también te eché de menos, John. -dijo Esther irónica.

Los chicos dejaron todas las cajas y, algunos, se quedaron a empezar a vaciarlas. Después de vaciar las cajas de la cocina y la habitación, Brooke los invitó a estrenar la cocina y cenar todos juntos. Así que John, Lauren, Micaella, Connor, Paul y Brooke se sentaron alrededor de la mesa a cenar.

-La casa es preciosa. -dijo Lauren.

-Sí, en cuanto la vio Brooke quiso esta casa. -dijo Paul. Todos se rieron.

-De todas formas, quiero pintarla. -dijo Brooke.

-¿De qué color? -preguntó Micaella.

-De verde y nuestra habitación de azul. -dijo Brooke.

-¿Hay dos habitaciones más por algún motivo en especial? -preguntó Connor. Todos miraron a los recién casados.

-Algún día, quizás... -dijo Paul.

-Tengamos hijos. -dijo Brooke, terminando la frase de su marido.

-Emma quiere que tengáis una hija. -dijo Micaella, riéndose.

-Lo se... Está un poco pesada. -dijo Brooke.

-Incluso pensó en el nombre... -dijo Paul. Todos se rieron. El timbre sonó y Brooke se levantó.

-Seguro que son las pizzas.

Efectivamente, un adolescente estaba repartiendo las pizzas a domicilio. Brooke se sorprendió al ver quien era.

-¿Paulo? -era uno de sus alumnos.

-¿Señorita Lee? -preguntó él sorprendido.- Quiero decir, señora Lewis.

-La misma. -dijo Brooke con una sonrisa.- ¿Trabajas repartiendo pizzas?

-Sí, quiero un coche y necesito ahorrar. -dijo el joven.- Aquí tiene. -dijo dándole las cajas con las pizzas.

-Espera. -dijo Brooke.- ¡Paul! Trae mi cartera. -gritó Brooke. Su marido se acercó a la puerta con dinero en sus manos.- Dale algo de propina.

-Toma. -dijo Paul, con una sonrisa.

-Muchas gracias, señora Lewis. -dijo Paulo.- Nos vemos el lunes. -dijo el chico antes de irse en la moto de la pizzería.

-¿Un alumno? -preguntó Paul.

-Sí. -dijo Brooke.

-Te aman. -dijo Paul, besando la cabeza de su mujer.

-Normal, soy la mejor profesora de historia del colegio. -dijo Brooke.

Su marido se rió y cogió un par de cajas de las manos de Brooke. Sirvieron las pizzas y comieron entre risas y cuentos, como era habitual. John llevó a Lauren a su casa, temprano. Pero Micaella y Connor todavía se quedaron un tiempo en casa de los recién casados. Después de un mal chiste de Paul, Micaella se puso un poco más seria.

-Chicos, tenemos que deciros algo y queremos que seáis los primeros. -dijo Micaella.- ¡Estamos saliendo! -gritó emocionada. Brooke y Paul se sorprendieron y los felicitaron con abrazos y besos.

Poco después de dar la noticia, Micaella y Connor abandonaron la casa Lewis. Brooke y Paul recogieron lo que ensuciaron en la cena y colocaron un poco más las cosas, pero pronto se cansaron y decidieron irse a la cama. Fueron a su habitación y se acostaron, ella del lado izquierdo y él del derecho. Brooke se recostó sobre el pecho de Paul y él la abrazó.

-Ya tenemos casa. -dijo Brooke con una sonrisa.

-Sí, la primera noche en nuestra nueva casa.

Qué emoción! -dijo Brooke.- No creo que pueda dormir hoy...

-Bueno, entonces podemos matar el tiempo... -dijo Paul, metiendo la mano por debajo de la camiseta de su mujer. Brooke sonrió y estrenaron su casa.


Paul y Brooke se casaron y se mudaron juntos. Ya eran un matrimonio. En poco tiempo serían una familia, aun que ellos no lo sabían aun...


¡TACHÁN! Se terminó.
Bueno, pero ahora voy a subir una novela que me encantó escribir, me gustó tanto... Pero ya me estoy adelantando. Lo único que quiero decir ahora es que se llama "El paraíso sin descubrir".
En unas horas, o quizás mañana os traigo lo primero de El paraíso sin descubrir.
Un beso enorme,
Cris.~

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