-John, ten cuidado con eso, por favor. -le dijo Brooke a
John, que descargaba cajas del coche. La mudanza de los Lewis estaba
terminando y todos ayudaron.
-Brooke, ¿dónde dejo esto? -preguntó Micaella.
-¿Lees lo que pone en la caja? Pone cocina, entonces
cocina. -dijo Brooke.
-Tranquila... -dijo Micaella. Connor se rió y la empujó
con otra caja de la cocina.
-Por cierto, ¿dónde está Paul? -preguntó Edward.
-Fue al aeropuerto con Catherine y Sam, hoy vuelve
Esther. -dijo Brooke.
-¿Y por qué no me avisaron? -se quejó John.
-Sí que nos avisaron. -dijo Lucas.- Lo dijeron el otro
día en FunnyCoff.
-Es cierto. -dijo Lauren.
-Hablando de Roma... -dijo Ava, mirando un coche que
llegaba.
El coche aparcó detrás del coche de Brooke. Del coche
salieron Sam, Catherine, Esther y Paul. Esther corrió a abrazar a
sus amigos y el resto la siguieron saludando.
-Por fin estás de vuelta. -dijo Danny, abrazando a
Esther.
-Sí. -dijo con una sonrisa la recién llegada.
-Perfecto, así puedes ayudar. -dijo John, dejando una
caja en las manos de su amiga.
-Yo también te eché de menos, John. -dijo Esther
irónica.
Los chicos dejaron todas las cajas y, algunos, se
quedaron a empezar a vaciarlas. Después de vaciar las cajas de la
cocina y la habitación, Brooke los invitó a estrenar la cocina y
cenar todos juntos. Así que John, Lauren, Micaella, Connor, Paul y
Brooke se sentaron alrededor de la mesa a cenar.
-La casa es preciosa. -dijo Lauren.
-Sí, en cuanto la vio Brooke quiso esta casa. -dijo
Paul. Todos se rieron.
-De todas formas, quiero pintarla. -dijo Brooke.
-¿De qué color? -preguntó Micaella.
-De verde y nuestra habitación de azul. -dijo Brooke.
-¿Hay dos habitaciones más por algún motivo en
especial? -preguntó Connor. Todos miraron a los recién casados.
-Algún día, quizás... -dijo Paul.
-Tengamos hijos. -dijo Brooke, terminando la frase de su
marido.
-Emma quiere que tengáis una hija. -dijo Micaella,
riéndose.
-Lo se... Está un poco pesada. -dijo Brooke.
-Incluso pensó en el nombre... -dijo Paul. Todos se
rieron. El timbre sonó y Brooke se levantó.
-Seguro que son las pizzas.
Efectivamente, un adolescente estaba repartiendo las
pizzas a domicilio. Brooke se sorprendió al ver quien era.
-¿Paulo? -era uno de sus alumnos.
-¿Señorita Lee? -preguntó él sorprendido.- Quiero
decir, señora Lewis.
-La misma. -dijo Brooke con una sonrisa.- ¿Trabajas
repartiendo pizzas?
-Sí, quiero un coche y necesito ahorrar. -dijo el
joven.- Aquí tiene. -dijo dándole las cajas con las pizzas.
-Espera. -dijo Brooke.- ¡Paul! Trae mi cartera. -gritó
Brooke. Su marido se acercó a la puerta con dinero en sus manos.-
Dale algo de propina.
-Toma. -dijo Paul, con una sonrisa.
-Muchas gracias, señora Lewis. -dijo Paulo.- Nos vemos
el lunes. -dijo el chico antes de irse en la moto de la pizzería.
-¿Un alumno? -preguntó Paul.
-Sí. -dijo Brooke.
-Te aman. -dijo Paul, besando la cabeza de su mujer.
-Normal, soy la mejor profesora de historia del colegio.
-dijo Brooke.
Su marido se rió y cogió un par de cajas de las manos
de Brooke. Sirvieron las pizzas y comieron entre risas y cuentos,
como era habitual. John llevó a Lauren a su casa, temprano. Pero
Micaella y Connor todavía se quedaron un tiempo en casa de los
recién casados. Después de un mal chiste de Paul, Micaella se puso
un poco más seria.
-Chicos, tenemos que deciros algo y queremos que seáis
los primeros. -dijo Micaella.- ¡Estamos saliendo! -gritó
emocionada. Brooke y Paul se sorprendieron y los felicitaron con
abrazos y besos.
Poco después de dar la noticia, Micaella y Connor
abandonaron la casa Lewis. Brooke y Paul recogieron lo que ensuciaron
en la cena y colocaron un poco más las cosas, pero pronto se
cansaron y decidieron irse a la cama. Fueron a su habitación y se
acostaron, ella del lado izquierdo y él del derecho. Brooke se
recostó sobre el pecho de Paul y él la abrazó.
-Ya tenemos casa. -dijo Brooke con una sonrisa.
-Sí, la primera noche en nuestra nueva casa.
-¡Qué emoción! -dijo Brooke.- No creo que pueda
dormir hoy...
-Bueno, entonces podemos matar el tiempo... -dijo Paul,
metiendo la mano por debajo de la camiseta de su mujer. Brooke sonrió
y estrenaron su casa.
Paul y Brooke se casaron y se mudaron juntos. Ya eran un
matrimonio. En poco tiempo serían una familia, aun que ellos no lo
sabían aun...
¡TACHÁN! Se terminó.
Bueno, pero ahora voy a subir una novela que me encantó escribir, me gustó tanto... Pero ya me estoy adelantando. Lo único que quiero decir ahora es que se llama "El paraíso sin descubrir".
En unas horas, o quizás mañana os traigo lo primero de El paraíso sin descubrir.
Un beso enorme,
Cris.~

Que linda nove!!!! me encanto :)
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