sábado, 31 de mayo de 2014

23.-Baile.

Después de comer los postres todos se quedaron en las mesas, haciendo sobremesa. Pero Karen fue la primera en levantarse.

-Ahora vengo... -dijo mirando a la puerta. Pasó por delante de la mesa de las amigas de Brooke y salió con Ava y Emma.


-¿A dónde irán? -preguntó Brooke.

-No tengo ni idea. -dijo Paul.

Unos minutos después escucharon música. La música venía de los jardines del hotel. Todos se asomaron a las puertas de cristal que había en el salón. Vieron un escenario y un grupo sobre este. Todos sonrieron y la primera en abrir la puerta fue Lauren. Todos salieron corriendo a los jardines, a bailar. La banda estaba tocando un tema muy bailable. Todos salieron rápido, menos los novios, que fueron los últimos.

-Te dije que tu hermana era la mejor. -le dijo Brooke, a su marido.

-Lo se... -dijo él pasando un brazo por los hombros de su mujer.

-¿Qué os parece? -preguntó Karen, llegando hasta ellos.

-Hablando de Roma, Karen se asoma. -dijo Paul. Brooke se rió y miró a su cuñada.

-Gracias. -dijo Brooke, con una sonrisa sincera.

-¿Por qué? -preguntó Karen.

-Por el grupo, es perfecto. -dijo Brooke.

-No hay de qué. Además, me debían algún favor... -dijo Karen. Los tres se rieron.- ¡Ya estáis casados!

-Karen, ya nos lo dijiste antes... Te estás pasando. -le dijo su hermano.

-Para una vez que te digo algo bonito... -dijo Karen.- Venga, ¿no vais a bailar?

-Por supuesto. -dijo Brooke.

Tiró del brazo de Paul y lo arrastró hasta el jardín. Todos estaban bailando, hasta los más vergonzosos como Morgan. Es realidad, era muy fácil perder la vergüenza con los amigos de Paul, todos daban pena bailando.

El grupo estaba formado por tres chicos y dos chicas. Todos cantaba y todos tocaban un instrumento, era un grupo completo. Además de cantar canciones de todos los tiempos. Eran canciones muy bailables y muy pegadizas. Algunos, como Edward, Lucas y Esther, empezaban a sudar y otras, como Lauren, Micaella y Taylor, tenían que sacarse los tacones.

-¿Qué te está pareciendo? -le preguntó Esther a Paul, interrumpiéndolo en su descanso en una de las sillas del jardín. John se sentó a su lado y Esther a su otro lado.

-¿La boda? No era como yo lo esperaba, pero es incluso mejor. -dijo Paul.

-Bueno, todavía no hay ningún borracho diciendo tonterías... -dijo John. Los tres se rieron.

-Creo que después de lo de ayer ninguno tenemos ganas de beber alcohol. -dijo Esther. Suspiraron y miraron a la banda, que estaba a punto de cambiar de canción.

-Bueno, ahora por todos aquellos ochenteros y ochenteras. -dijo una de las chicas.

Just can't get enough era el siguiente tema. A Esther se le iluminó la mirada y la sonrisa a la vez y en un instante.

Me muero! Vaya temazo. -dijo emocionada. Agarró la muñeca de Paul y se levantó.- ¡Vamos a bailar!

-Danos un descanso, ahora vamos. -dijo John.

A Esther no le importaba salir a bailar sola. Pero no estaba sola. Un montón de gente la esperaba. Pero Connor se sentó donde Esther estaba sentada.

-¿Qué le pasa? -preguntó riendo y mirando a Esther.

-Siempre pensé que nació en la década equivocada. Ella tenía que haber vivido esto. -dijo John. Paul y él se miraron y se rieron.

-Oye, Paul, una de las amigas de la novia lleva insinuándose toda la noche. -dijo Connor. John aguantó la risa.

-¿A ti? -preguntó Paul, tentado por la risa, también.

-Sí, Micaella. -dijo Connor.

-¿En serio? Pues no lo parece... -dijo John, mirando como Micaella bailaba con Sammuel.

-Pero, ¿él no estaba con Esther? -preguntó Connor. Paul y John asintieron.- Entonces no le quitará el novia a su amiga...

-Esther y Micaella no son amigas... -dijo Paul.

-Entonces, ¿debo lanzarme? -preguntó Connor.

-¿Te gusta? -le preguntó John. Connor asintió algo dudoso.- Si te gusta lánzate, amigo. Ella no te va a rechazar.

Connor se levantó y empezó a bailar con Micaella. Ella, emocionada, de vez en cuando, le lanzaba miradas a sus amigas. Una de las siguientes canciones era Stand by me, de Seal. Esther se acercó corriendo a Sam.

-Vamos, Sam, vamos a bailar. -le pidió.

-Pero, cielo, ahora solo bailan los viejos. Mira. -dijo Sam, señalando la pista, donde padres, tíos y abuelos bailaban en pareja. Pero Brooke también se acercó a Paul, le sonrió y tiró de él para bailar.

-¿Ves? Vamos... -le pidió Esther, arrastrando por fin a su novio a bailar.

-¿Cómo estás, señora Lewis? -le dijo Paul a Brooke, mientras bailaban.

-¿Ya perdí mi apellido? -dijo Brooke, sorprendida. Paul se rió.- Bien ¿y tú, señor Lee?

-¿Yo también pierdo el apellido? -preguntó Paul, realmente sorprendido. Los dos se rieron.- Bien, todo va perfecto.

-La verdad es que sí. Incluso tus amigos y los míos congenian. -dijo mirando a Connor y a Micaella bailar.

-Sí, y estamos todos. -dijo Paul, mirando a su alrededor. No echaba de menos a nadie.

-Estamos haciendo las cosas bien... -dijo Brooke. Paul le sonrió y le dio un pequeño beso.


-Sí.

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