-¿Qué tal? -le preguntó Paul a Brooke. Ésta sonrió.
Ya habían terminado de comer, ahora iba a llegar el postre.
-Estoy llena... -dijo tocándose la barriga.- ¿Qué hay
de postre? -preguntó Brooke.
-No se, tu amiga fue la que escogió el menú. -le
recordó Paul. Los dos miraron a Micaella que había conseguido
sentarse al lado de Connor. Se miraron y se rieron.
-Voy a mirar como va todo... -dijo Brooke levantándose.
Se acercó a la mesa donde estaban Connor y Micaella.- ¿Qué tal,
chicos?
-Muy bien, cariño. Está siendo un éxito todo. -dijo
Micaella, sonriendo.
-¿Qué escogiste de postre? -preguntó Brooke.
-Hay tres tartas: una de nata, una de piña y otra de
manzana. -dijo Micaella.- Ah, y una de chocolate que pidió tu madre.
-añadió cuando su amiga ya se estaba yendo.
-¿Mi madre pidió una tarta de chocolate? -preguntó
sorprendida Brooke. Su amiga se rió.- Bueno, nos vemos después,
cielo. Hasta luego, Connor.
Brooke volvió a su mesa, pero en vez de sentarse al
lado de Paul, en su sitio, asomó la cabeza entre los hombros de su
madre y su hermano.
-Mamá, ¿pediste una tarta de chocolate? -le preguntó
Brooke.
-Sí. -dijo Scarlett con naturalidad.
-¿Por qué? -preguntó Brooke, casi enfadada. A veces
su madre la sacaba de quicio.
-Porque era tu tarta favorita cuando eras pequeña. Es
casi lo único que compartías con tu padre... -al decir esto, Brooke
se estaba emocionando, pero su madre siguió hablando.- por lo demás,
eres igualita a mi.
-Gracias, mamá, por hacer un momento casi bonito. -dijo
Brooke, superada.
Se fue a sentar a su sitio y su marido le besó la
cabeza. El servicio del hotel empezó a traer las tartas y todos se
quedaron mirando para ellas. Tenían una pinta fabulosa. Brooke y
Paul se iban a levantar, pero Cody los interrumpió.
-Es el momento de las palabras del padrino. -dijo en voz
alta.
Todos lo miraron expectantes. Primero dijo unas palabras
de las cualidades de Paul, después alguna broma amenazándolo de
muerte si lastima a su hermana, unas palabras a Brooke y, por último,
les deseó un bonito matrimonio. Él se acercó y abrazó a su
hermana. Después sí que los novios se levantaron y se acercaron a
la tarta.
-Bueno, puesto a que esto no es una boda católica.
Vamos a cortar la tarta, coger un trozo cada uno y después os lo
servirán a vosotros. -dijo Paul.
Todos se rieron. Pero era verdad. Los novios cogieron su
porción de postre y se sentaron. Después los camareros fueron
repartiendo tarta por las mesas. Paul aprovechó para estar un poco
con sus amigos y se sentó con ellos, al igual que hizo Brooke con
sus amigos.
-¿Por qué nuestra mesa es la última en recibir
postre? -preguntó Edward, mirando a la gente comer a su alrededor.
El postre no había llegado todavía a su mesa.
-¿Tú por qué crees que es? -dijo Lauren. Todos se
rieron y las tartas llegaron con una camarera.
-A mi échame un poco de todo. -le pidió John.
-¡John! -se quejó Angie.
-¿Qué? Hoy es un día para disfrutar, es la boda de mi
mejor amigo. -dijo John.
-Yo también quiero de todas. -dijo Esther. Todos la
miraron sorprendidos.- ¿Qué pasa?
-¿Cómo puedes comer tanto y no engordar? -le preguntó
Lucas.
-¿Qué no engordo? -dijo Esther.- Yo como pero también
hago mucho ejercicio y si engordo un poco paso unos días a dieta.
Este cuerpo no se mantiene solo... -dijo presumiendo.
-Por cierto, ¿cómo se come en España? -preguntó
Danny.
-Eso, cuéntanos, que no nos contaste nada. -dijo Paul.
-La comida es excelente. Me gusta toda la comida de
España: la tortilla, la paella, los callos, las lentejas, los
desayunos mediterráneos, el marisco... Todo está rico allí. -dijo
Esther.
-¿Tienes que volver? -preguntó Catherine.
-Sí, tengo que terminar el curso. El miércoles vuelvo
y el 17 de mayo termino el curso, así que supongo que volveré el 18
o 19. -dijo Esther.
-¿Y cómo está siendo el curso? -preguntó Lauren.
-Me encanta. A mi ya me gustaba la biología y mezclado
con la química... -dijo Esther.
-Mujer más rara no conozco. -dijo Morgan, como solía
decir de su amiga. Todos se rieron.
-¿Solo vas a comer eso, Ava? -le preguntó Micaella
señalando el plato de su amiga, con un pequeño trozo de tarta de
piña.
-Sí, no tengo más hambre. Comí mucho. -dijo Ava.
-¿Mucho? -preguntó sorprendida Emma.- Taylor comió el
triple que tú. -todas se rieron, menos Micaella.
-No comí tanto. -dijo Taylor. Todas miraron su plato,
con tres trozos de tarta.- ¿Qué? No probé la de manzana y me estoy
arrepintiendo.
-Pobre, dejadla comer que llevamos tres meses a dieta.
-dijo Brooke.- Yo también comí un montón hoy.
-Pero a ti te va a hacer adelgazar Paul hoy... -dijo
Emily. Brooke le lanzó una servilleta.
-¡Guarra! -le gritó Brooke.
-Es cierto, Brooke. -dijo Emily.- La noche de bodas
tiene que ser épica.
-¿Podemos dejar de hablar de mi vida sexual, por favor?
-pidió Brooke. Todas se rieron.

Jajajajaja me encanto la ultima parte :D
ResponderEliminarMássss Noveeee!!!!!!