miércoles, 30 de abril de 2014

Number thirty-one: Adiós verano.

Después de firmar el contrato las chicas intentaron volver a sus vidas normales, pero eso era ya imposible. Erika y Cory volvieron a Chicago y Peter a Clinton. El resto de las chicas se quedaron en Bridgewater. Septiembre llegó y las universidades esperaban. Alexis viajó a Nueva York, sola. Se sentó en el restaurante habitual y, con los casco puestos, comió tranquila. A mitad de la comida una niña se acercó para pedirle que se sacara una foto con ella y Alexis lo hizo encantada.


-La fama, ¿no? -la sorprendió Jason.

-Hola. -dijo ella, sonriente, cuando la niña ya se estaba yendo.- Siéntate.

-No, gracias. Tengo prisa, pero solo quería saludarte.

-¿Prisa? -preguntó ella, miró el reloj. Era la hora en la que Jason solía comer siempre que ella iba a Nueva York.

-Sí, tengo que preparar una boda. -dijo él, después de un suspiro.

-¿Una boda? -preguntó Alexis.

-Sí.

-¿Quién se casa?

-Yo. -al decir esto, Alexis recordó que ella solo era una niña de diecisiete años, casi dieciocho, y él era un hombre que debería de tener más de veinticinco.

-¿Tú? Enhorabuena. -dijo Alexis, con una sonrisa de lado.

-¿Nos vemos? -preguntó él.

-Sí, eso espero. Acabo de llevar la solicitud para la universidad de Nueva York.

-¿La universidad? -preguntó él.

-Sí, matemáticas. -dijo ella, sonriendo.

-Seguro que te aceptan.

-Eso espero.

-Adiós, Lexi.

-Adiós, Jason.


En Bridgewater, Sammuel y Bree habían quedado para comer juntos. Sammuel partiría esa misma tarde hacia Cambridge con el sueño de convertirse en médico. La facultad de Ciencias de la Salud del MIT lo habían aceptado. Después de comer, Bree fue a ayudarlo a empaquetar sus cosas. Estaba sacando una caja llena de ropa de la casa de su amigo, cuando Tyler y Oliver llegaron.

-Bree, ¿está Sam? -preguntó Oliver.

-Claro, esperad. -dijo ella, dejando la caja en el maletero del coche de Sammuel. Entró en la cocina y lo vio tomándose un vaso de zumo.- Sam, Oliver y Tyler están fuera. Quieren hablar contigo.

-Ya voy. -dijo él.

Se tomó lo que le quedaba del zumo de un sorbo y salió de su casa para encontrarse con sus amigos. Pese a las diferencias que tuvieron por lo de Bree, seguían siendo amigos y se despidieron. Bree estaba sacando otra caja de ropa y los vio a los tres abrazados.


-¿Cuándo vas a volver? -le preguntó Caroline a Davis, que volvía otro año más a la universidad. La Universidad Northeastern lo esperaba con el tercer año de Historia.

-Todos los fines de semana, Caro. -le dijo Davis, cerrando su maletero, con todas sus cosas.

-Bueno, vale...

-Si ves la luz de mi garaje encendida, ya sabes que estoy aquí. -dijo él, riendo.

-¿A qué te refieres? -le preguntó Caroline.

-¿Crees que no sabía que me mirabas desde tu habitación? -dijo riendo Davis.

-No se de que hablas... -dijo Caroline, escondiendo la sonrisa.

-Venga, hagámonos los tontos... -dijo él. Ella lo miró con una ceja en alto. Él le sonrió y la abrazó.


Charlotte estaba saliendo su clase de baile de esa mañana cuando vio una figura correr hacia ella. Abrió los ojos como platos y después vio a Simon sonriendo feliz.

-¡Charlie, Charlie, Charlie! -le gritó llegando hasta ella.- Mira, mira... -dijo enseñándole un papel que traía entre las manos.

-¿Qué es esto? -preguntó ella.

-Lee.

Charlotte leyó la carta corriendo, saltándose partes. Pero un sello de la Universidad de Boston. Le habían concedido una beca para estudiar. Simon era huérfano de madre y con lo poco que ganaba su padre en el taller de coches, donde él también trabajaba, no podía pagarse la universidad. Pero con esa beca podría irse a estudiar a Boston.

-¡Es una beca! -dijo Charlotte, contenta por su amigo.

-¡Voy a estudiar! -gritó él, abriendo sus brazos.

-¡Vas a estudiar! -gritó ella levantando los brazos. Después se abrazaron. Al separarse se quedaron a pocos centímetros, pero se separaron incómodos.- ¿Qué vas a estudiar?

-Fisioterapia. -dijo él, sonriendo.

-¿Y cuándo te vas?

-En dos horas. -dijo él, emocionado. La sonrisa en la cara de Charlotte se borró.

-¿Ya?

-Sí, mi padre está preparando todo y me va a llevar a Boston. Pero quería venir a despedirme.

Charlotte y Simon se abrazaron otra vez. Después él se tuvo que ir.

Alexis, Caroline, Charlotte y Bree se dieron cuenta de que el verano se fue y de que ellas no tenían planes hasta por lo menos seis meses más adelante.

1 comentario:

  1. Que se vallan de nuevo a cantar!!!!!
    Másss Noveeee!!!!!

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