Catherine bajó del autobús y cogió sus maletas.
Caminó entre nieve por aquel pueblo inglés en el que había
crecido. Saludó a un par de vecinos que conocía y cuando llegó a
la puerta de la casa de su abuela sacó las llaves y abrió la
puerta.
-¡Ya estoy aquí! -gritó cuando entró. Entonces una
niña de cinco años llegó corriendo hasta ella y la saludó.- Hola,
Lucy. ¿Cómo estás? -le preguntó, después de abrazarla.
-Muy bien. -dijo la pequeña.
-¿Estás tú sola? -le preguntó sorprendida.
-No, ven. -le dijo cogiendo de la mano. Catherine, dejó
el equipaje en la puerta y siguió a su prima pequeña.
-Hola. -dijo con una sonrisa al encontrarse con su primo
Andrew de diecinueve años, con su prima Gabriella de dieciséis
años, como ella, con su abuela Candance.
-Primita... -dijo Andrew, antes de abrazarla.
-¿Cómo estáis? -dijo besando la mejilla de Gabriella,
hermana de Lucy, y la de su abuela, y abuela de todos los
presentes.
-Muy bien, cariño. ¿Cómo te fue el viaje?
-Bien, abu. Solo es una hora de autobús. -dijo
Catherine, ante el tono de preocupación de su abuela.
Toda la familia Jones se reunía todas las Navidades en
la casa de la vieja Candance Jones, pero sus tres nietos mayores
viajaban unos días antes para ayudar a su abuela a preparar todo.
Ese año, Lucy Jones, la más pequeña de todos también había
querido ir unos días antes. El día de Noche Buena los tres hijos de
Candance, Peyton, Jake y Blaine, y sus respectivas parejas, se
reunían en casa de Candance. Peyton se había casado con John Brown,
y juntos habían tenido tres hijos: Andrew de diecinueve años y los
mellizos, Anthony y Axel, de catorce años. Jake tuvo dos hijos con
Daphne: Catherine de dieciséis años y Peter de catorce. Y, por
último, el más pequeño de los hermanos, Blaine, tuvo dos hijas con
Emma: Gabriella de dieciséis años y Lucy de cinco años.
-Bueno, creo que tenemos trabajo, ¿no? -dijo Andrew,
frotándose las manos.
-¿Qué vais a hacer primero? -preguntó la viejita.
-A comprar el árbol, ¿no? -preguntó Gabriella.
-Claro. Hasta luego, abu. -dijo Catherine. Todos besaron
la mejilla de Candance y se abrigaron bien para salir a la calle.
Lucy iba de la mano de Andrew y le contaba sus aventuras en el
colegio. Mientras que Catherine y Gabriella caminaban juntas,
contándose cotilleos y riéndose.
-Buenas tardes, señor Wilson. -saludó Andrew, al
llegar a la tienda de árboles.
-Andrew Brown, ¡cuánto tiempo! -dijo estrechando su
mano.
-Un año, más o menos. -dijo él, recordando la última
vez que lo había visto.
-Exactamente, ¿venís por lo mismo de siempre?
-preguntó el hombre de unos cincuenta años.
-Sí. -dijo Andrew. Con Lucy agarrando su mano caminaron
detrás del hombre que les ofreció varios árboles. Finalmente
escogieron uno grande, pero no demasiado, lo suficiente para la casa
de su abuela. Cuando llegaron su abuela se sorprendió del tamaño
del árbol. Lo colocaron en una esquina del salón. Los cuatro fueron
al altillo y buscaron las cajas de los adornos de Navidad.
-Aquí hay mucho polvo. -se quejó Catherine.
-Na... vi... -dijo Lucy, que todavía estaba aprendiendo
a leer.
-¡Navidad! -exclamó Andrew, cuando escuchó a la más
pequeña de sus primas. Se acercó a donde estaba y cogió la caja
para ir llevándola al salón.
-Busca más, Lucy. -le pidió Catherine. La niña le
hizo caso.
-Aquí están todas las luces. -dijo Gabriella, cuando
abrió una caja. La cogió y se fue con ella.
-¿Aun hay más, Catherine? -le preguntó la pequeña.
-Sí, pero ya la encontré. Vamos. -dijo con una caja en
las manos.
Los cuatro juntos adornaron toda la casa. Del árbol
colgaban muchas figuritas y muchas luces intermitentes. Había puesto
luces en la escalera también y adornos sobre las mesas y en las
paredes. Su abuela los interrumpió con chocolate caliente para
todos. Se sentaron en el sillón y encendieron la chimenea.
-Me gusta mucho la casa de la abuela. -confesó Lucy.
-¿Si? A nosotros también. -dijo con una sonrisa
Andrew.
-¿Y por qué Anthony, Axel y Peter no vienen? -preguntó
la más pequeña.
-Porque no quisieron. -explicó Catherine.
-Son la generación perdida... -bromeó Andrew. Todos se
rieron, menos Lucy, que no entendió el chiste. Pero cuando la
canción de Billy Joel, Piano Man, empezó a sonar corrió
hacia la cocina con su abuela.
-Piano man, la canción favorita de mi padre. -dijo
Gabriella.
-Y la del mío. -añadió Catherine.
-Y la canción favorita de mi madre. Se nota que son
hermanos -dijo Andrew. Los tres volvieron a reír.
-Por cierto, Lucy es una niña buenísima. No se quejó
en todo el día. -dijo Catherine.
-No, nunca se queja. -explicó Gabriella.
-Pues que suerte. Mis hermanos no hacen otra cosa... -se
quejó Andrew.
-Pues igual que Peter. -añadió Catherine.
-Eso lo decís porque son vuestros hermanos.
-¡Claro! No se como os podéis llevar bien. La norma de
todo hermano mayor es hacerle la vida imposible a su hermano y
viceversa. -dijo Andrew. Él y Catherine se rieron.
-Pero yo le llevo muchos años a Lucy, es normal que nos
llevemos bien. -explicó Gabriella. Sus primos la tomaron como una
explicación válida.
El día de Noche Buena toda la familia llegó a la hora
de cenar y los hermanos se reencontraron.
-Los años no perdonan, hermanita. -le dijo Jake a
Peyton.
-Que gracioso, Jake. Por eso mi hermano favorito es
Blaine. -dijo Peyton, saludando a su otro hermano.
-La verdad, es que estoy de cuerdo con Jake. -le dijo
Blaine. La hermana mayor de éstos les pegó en los brazos.
-¿Ya empezamos, Peyton? -dijo su madre apareciendo en
escena.
-Mamá, me llamaron vieja. -se quejó la mayor de las
hermanas.
-Mamá, parecéis niños pequeños. -le dijo Andrew.
-Pues anda que no te ves con tus hermanos. -dijo Peyton.
-Tíos, hoy cociné con la abuela la cena. -dijo Lucy,
emocionada. Su tío Jake la cogió en brazos.
-Está hecha toda una cocinera. -dijo la abuela
Candance.
-¿Vamos a cenar? -propuso Peter. Su hermana decidió
meterse con él, mientras saludaba a su madre.
-Peter, ¿ya comiendo? Así estás...
-Papá, acabo de llegar y tu hija ya se está metiendo
conmigo. -se quejó Peter.
Así pasaron la Navidad. Metiéndose unos con otros,
bromeando, comiendo... Para ellos, unas Navidades normales.
Aprovecho para desearos a todos una feliz Noche Buena y una feliz Navidad.
Espero que Santa Clauss sea bueno con todos... ;)
Un beso.
Cris.~

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