Primero: María y Sergio. Segundo: Daniela y Gastón.
Tercero: Ana y Paco. Cuarto: Ángela y Agustína.
-Los quintos expulsados son: Candela y Nicolás.
-anunció la misma portavoz, otro viernes, a la misma hora.
Otra vez dos compañeros eran expulsados. Esta vez dos
mandalayos. Eugenia sin poder evitarlo se puso a llorar y fue su novio
mientras que todos lo abrazaban y le daban fuerza no la soltaba ni un
segundo. Mariola y Alberto los reunieron en el living y le entregaron
sus recuerdos a Nicolás y a Candela.
Peter estaba caminando por el pasillo cuando vió la
puerta medio abierta del cuarto de Candela. Entró y la vió sentada
en su cama mirando su caja y las valijas al lado de la puerta.
-¿Puedo ver lo que te regalaron? -preguntó el
sentándose al lado de la flaca. Esta asintió con alguna lágrima en
su cara.
-Si, mirá. Esta es la foto que nos sacamos los
mandalayos el día que llegamos. -dijo sacando una foto de los diez.-
Esta es una foto con Julia y María. -se rió un poco al recordar a
las dos amigas besando cada una una mejilla de la mujer.
-¿Y esto? -vió un colgante marrón con un árbol
pintado.
-Me lo regaló Sofía. -rió ella.- Mira, este dibujo lo
pintó Miki. -dijo sacando una pequeña copia de ella msima en un
papel.- Estos son mis tacos de la graduación. -dijo sacando los
zapatos de la caja.
-Tenés muchos recuerdos ¿no?
-Si, nunca lo voy a olvidar.
-¿Que vas a hacer cuando vuelvas?
-Esperar a la final y venir a animarte. -dijo sonriente.
Peter y ella se abrazaron y ella volvió a empezar a llorar.
-No creo que llegue a ese nivel.
-Yo si. -ella sonrió secándose una lágrima.- Después
de eso, voy a estudiar Filología Inglesa. Así puedo viajar a muchos
lugares.
-Buena idea. -dijo riendo Peter.
-¿Tu que vas a hacer? -preguntó Candela.
-No lo se, creo que quiero ser profesor de educación
física. Así por lo menos tengo el básquet en una parte de mi
trabajo.
-Yo no voy a dejar el básquet pese a todo eso... -dijo
Candela, Peter sonrió.
-¿Porque no bajas y andás a jugar un rato en la cancha
de la academia. Relaja de verdad...
-Buena idea. Vos andá a consolar a Nicolás, que lo
haces muy bien.
Candela le dió un beso en la mejilla y le dió una idea
a Peter. Los dos salieron del cuarto, ella hacia la cancha, y el
hacia el cuarto de Nicolás.
-El cuarto se va a quedar un poco vacío. Solo queda
Gonzalo. -dijo Nicolás cuando notó la presencia de Peter.
-Seguro que los chicos le dejan la cama de Agus o Gas
para que no duerma solo. -dijo Peter.
-Gonzalo prefiere dormir con las minas... -los dos
rieron y Peter miró la caja de Nico.
-¿Te gusta lo que te regalaron?
-Todavía no lo miré. Prefiero verlo en mi casa, así
ahorro las lágrimas hasta que este solo en mi cuarto.
-Puedes llorar tranquilo que Cande ya lo hizo.
-No me quiero ir... -admitió Nico.
-Ni yo quiero que te vallas.
-Es difícil. Y más dejando a Euge acá.
-No me pidas que la cuide ¡eh!
-No lo iba a hacer. Ya se que lo harías sin que yo lo
pidiera. Porque sos un amigo de fierro. -dijo chocando su mano con su
espalda.
-Voy a llorar yo, macho. -dijo Peter. Los dos se rieron
y se abrazaron.
-¿Puedo unirme al abrazo? -pidió Euge desde la puerta.
Los dos la miraron y abrieron sus brazos para que Euge se lanzara
encima de ellos para abrazarse los tres.
-Deja de llorar, Euge. -pidió Nicolás limpiando unas
lágrimas que corría por la cara de su novia.
-Es que te vas y yo no... La semana que viene me echan,
no te preocupes. -dijo ella.
-Como te echen la semana que viene corto con vos.
-amenazó Nicolás. Peter se rió de la charla de pareja de sus
amigos.
-Estan locos. ¿Jugamos un partido? -propuso Peter la
pareja se prendió y los tres bajaron a las canchas.
Allá estaban casi todos, casi todos menos Pablo y Lali.
A Peter le sorprendió que ni su hermano ni su novia estuvieran allá.
Así que se disculpó y los fue a buscar. Revisó toda la casa pero
no los encontró así que decidió ir a la cancha donde entraban y,
efectivamente, allá estaban los dos sentados en las gradas.
-Que no tenga que consolarlos a ellos también, por
favor. -pidió al cielo antes de sentarse entre los dos.- ¿Que les
pasa? Todos estamos despidiendo de Nico y Candela.
-No nos queremos despedir de ellos... -dijo Lali.
-Pero los veremos cuando volvamos a casa, ellos estarán
allá.
-Pero ¿y los que no están en casa? -preguntó Pablo.-
¿Que pasa con Daniela, Sergio, Paco, Ana o Ángela?
-Tenemos que superar esto. Los volveremos a ver,
hablaremos con ellos... No se tienen que preocupar tanto... Vamos, ni
a Cande ni a Nico les gustará que no los valláis a despedir.
Los tres volvieron a la academia y vieron a los chicos
levantando a Candela para que esta se colgara de la canasta. Rieron y
se unieron a ellos.

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