miércoles, 15 de mayo de 2013

9.-






















-Los quiero acá a las dos. -ordenó Alberto frente a una fila de adolescentes dispuestos a irse de fiesta.- Mañana agarramos un avión hacia México a las diez y quiero ganar ese partido. ¿Quedó claro?

Eugenia, Candela, María, Daniela, Ana y Ángela vestían sus vestidos y polleras cortitas para ir un rato a bailar. Nicolás, Agustín, Gastón, Sergio, Rafael y Francisco se pusieron su mejor remera para conquistar a bellas mujeres. Mientras que Raul, Pablo y Gonzalo, en jogging veían la TV. Entonces llegaron Peter, Irina y Rocío, con un balón de básquet en las manos de Rochi y por como veían suponemos que venían de jugar un pequeño partido.

-¿Van a salir de fiesta hoy? -preguntó Irina.

-Si, ¿se prenden? -dijo Sergio.

-No, mañana tenemos que jugar. -se excusó Irina.

-A mi no me apetece. -dijo Rocío.

-Yo me quedo. -simple y claro Peter.

-¿Ustedes tampoco vienen? -preguntó Eugenia a Raul, Pablo y Gonzalo mientras se vestía con su abrigo gris.

-¿Que te importa a vos? -le dijo Nicolás.

-¿Que te importa lo que hago o dejo de hacer? -dijo sin apenas mirarlo.

-No, nos quedamos boludeando un poco por acá.

-¿Seguro? -preguntó María. Los tres hombres asintieron un vez más.

-Pasenla bien. -dijo Agustín saliendo de la casa ya.

-Yo me voy a duchar. -dijo Irina.

-Yo también. -dijo Rocío. Las dos subieron las escaleras de la casa topándose con Lali que bajaba.

-¿Ya se fueron? -los cuatro hombres asintieron.- ¿Les prende si hago una ensalada de fruta? -ya que todavía no habían cenado porque los demás cenarían fuera de casa.

-Dale. -dijo Gonzalo.- Me muero de hambre.

-Te ayudo. -dijo Peter parándose e iendo a la cocina con la petiza.- ¿Por que vos no fuíste a bailar? -le preguntó mientras cortaba un poco de fruta.

-No se, no conozco a nadie todavía y quiero estar con todos mis sentidos mañana. -dijo ella concentrada buscando un bol para echarla ensalada.- ¿Vos?

-No apetece. Nunca me gustó bailar...

-Lo dices como si fueras todos los sábados a bailar lentos. -rió la petiza.

-Todos los sábados no, pero muchas veces. -ella lo miró enarcando una ceja.- Mis papás tenían muchas cenas de trabajo donde teníamos que bailar con un montón de minas que no conocía.

-Que bajón. -rió ella.- Yo nunca bailo los lentos. Cuando estoy en alguna fiesta y es la hora de los lentos me voy.

-¿Por que hacés eso?

-Es que no se bailar lentos... -se excusó ella.

-Es muy fácil. -rió Peter.

-Pero no se. -dijo ella echando todo lo que habñia cortado Peter en un bol.- Llamá a los chicos, que vengan a cenar.

-Irina y Rocío están bañándose. -dijo el.

-Yo las aviso. -Lali desapareció escaleras arriba buscando a las rubias. A las que encontró ya listas para cenar. Los siete jóvenes que se quedaron en la casa cenaron solos, Julia estaba en su casa y el resto, de fiesta.


-Chicos, hoy hay WNBA. Juega New York Liberty y Chicago Sky. Estará reñido. -dijo Irina.

-Dale, ¿por que no? -dijo Pablo. Los siete se sentaron frente al televisor. Julia se despidió de ellos.

-Mañana a las cinco tienen que estar listos. -avisó la mujer. Cuando salió por la puerta de la academia, Gonzalo y Pablo se pararon y fueron hasta la cocina. Cuando volvieron al living tenían las manos repletas de cervezas.

-¿De donde sacaron eso? -preguntó Irina.

-Las compramos ayer. -dijo Gonzalo repartiéndolas.


Las dos de la madrugada llegaron y todos entraron, todos o casi todos.

-Me voy a la cama, me duelen los pies... -se quejó Ángela ya descalza.

-Como mañana no puedas jugar, te mato. -se quejó siguiéndola Cande, seguida por el resto del equipo femenino.

Los chicos fueron subiendo poco a poco a sus respectivos cuartos. Algunos, bebían un poco de agua o leche, se sentaban para descansar las piernas, charlaban con los que prefirieron no ir a bailar... Solo quedaba Peter en la cocina tomándose un vaso de agua cuando Lali bajó a la cocina y se lo encontró.

-Perdón, no sabía que estabas acá... -dijo cuando lo vió.

-Tranquila, yo ya me iba a dormir... -dijo el dejando el vaso en el fregadero. Los dos dirigieron la mirada a Pablo y a Irina que bajaban corriendo las escaleras.

-Che, Pitt, ¿donde está Euge? -preguntó Pablo.

La puerta e abrió y las cabezas de Nico y Euge asomándose por la puerta de la entrada.

Mierda! -musitó Eugenia cuando vió a sus amigos.

-No te la puedo creer... -dijo Lali con la boca abierta.

-No todo es lo que parece... -dijo Nicolás levantando las manos intentando tranquilizar la situación.

-Estuvieron juntos toda la noche ¿verdad? Candela dijo que no os viera en toda la noche... -dijo Irina bajando totalmente las escaleras con Pablo a sus espaldas.

Como digan algo los mato! -amenazó Nicolás.

-Ya todos los sabemos. -dijo Peter. Nicolás enarcó una ceja pidiendo explicaciones.

-Que no queremos que Mariana y Rocío influyan en el resultado del partido, así que pensamos que los que van a defenderlas van a ser los hermanos. -dijo Agustín.

Ah no! -todos miraron a Benjamín que solo con los pantalones deportivos hablaba algo enojado.- ¿Se pusieron de acuerdo los super amigos? Los hermanos se las quiere chamuyar y ustedes utilizan esta excusa...

-¿Es eso? -intervino Alex.

-Vamos a ver. -explicó Nicolás.- Si se quisieran levantar a alguna no las defenderían ellos. Por ejemplo, si yo me quisiera levantar a Eugenia, es solo un ejemplo eh! -sus amigos rieron.- le mandaré defenderla a Gastón. Y así le hago un bloqueo y casualmente nos tropezamos... -todos sus amigos rieron, pero a Alejandro y a Benjamín no les hacia gracia.- ¡No me copien el plan eh!

-Jodeme... -dijo Irina que era la más sorprendida de todos.

-Vamos a la cama, mañana tenemos el primer partido... -dijo Nicolás subiendo las escaleras. Pablo y Peter le siguieron y las minas se sentaron en la mesada para charlar sobre el tema.

-No se como pudo pasar... -dijo Eugenia tapándose la cara.

-Contanos... -exijió Lali.

-Estábamos bailando, se acercó a mi y me dijo que necesitaba habla conmigo. Me pidió disculpas por como me trataba, se declaró y eso... caí en la trampa. ¡Solo le faltaba cantarme un tema de Chayanne! -Lali e Irina rieron.

-No creo que fuera una trampa... -dijo Lali ya parada delante de la puerta del cuarto de las rubias.

-Mañana, en el viaje charlamos. Pero, por favor, no digan nada. -pidió Euge. Las tres rieron y Lali se fue a su cuarto.

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