La
luz empezó a entrar por la ventana y los lenguetazos de Lolo la
despertaron. Saludó a su compañero y se levantó. Se vistió con
sus jeans negros ajustados, sus tacos negros, y una remera gris. Iba
a preparar el desayuno cuando el timbre sonó. Vió a su prima parada
atrás de la puerta con medialunas en la mano.
-Buen
día, huesos. -dijo Lali cuando le regaló un beso. Candela la
observó de arriba a abajo cuando su prima pasó a su casa.- ¿Que
mirás tanto?
Lali
llevaba unos jeans normales, un saco más grande que ella y sus
converses grises.
-Lali,
ya no tenemos quince años. ¿Por que te vestís así?
-¿Así
como? -su prima se miró en el espejo que tenía en el living.
-Así.
Vení, que te presto un poco de ropa. -la agarró del brazo y la
tironeó hasta su cuarto. Abrió el closet y buscó ropa para la
petiza.
-¿Que
le pasa a mi ropa, Can? -dijo Lali sentada en una esquina de la cama
mirando como la flaca rovolvía todo su closet.
-Pues
que así vestida, ahora que estás soltera -recordemos que Lali dejó
a Facundo por consejo de Peter.-, no agarrás chongo hasta el 2057,
querida.
Lali
rio y recibió la ropa que su prima lanzaba por los aires. Tacos
negros, jeans granates, musculosa blanca y una americana negra.
-Cande,
¿no hago el ridículo? -dijo Lali mirándose por enésima vez en el
espejo.
-Si
volvés a repetir eso, te pego. -si, era una amenaza. Lali rió y las
dos agarraron sus cosas para partir hacia Entre muertes.
Caminaron
hasta el bar y entraron por el largo pasillo. El primero en ver a la
nueva Lali fue Gastón que dejó la bandeja encima de la barra por
miedo a que las bebidas se le cayeran. Euge salió de la cocina para
gritarle a Gastón y llamarle lento, pero al ver a Lali las palabras
no salían más. Los siguientes en sorprenderse fueron Nico, Peter y
Rocío que tomaban un café en su mesa de siempre. Lali se sentó en
el mismo sitio de todos los días y chasqueó los dedos delante de la
cara de Nicolás que estaba en shock.
-¿Hola
chicos? -dijo Lali. Candela estaba demasiado ocupada riéndose como
para pronunciar palabra. Entonces entraron Pablo y Alejandra
discutiendo. Pero cesaron al ver a Lali.
-¿Quien
es ella? -preguntó Alejandra.
-¿Quien
voy a ser? Soy Lali. -se quejó la petiza.
-¿Lalucha?
-esa forma de llamarla de Alex. Se acercó y le dio un beso en la
mejilla.
-¡Candela,
te dije que estaba fea! -gritó Lali.
-No,
no... -Peter tartamudeaba.- Estás, linda...
-Gracias.
-y esa sonrisa que muy de ver en cuando mostraba.
-¡Lali,
Lali, Lali! -llegó Eugenia emocionada y dejó un papelito encima de
la mesa con un número de teléfono.- ¿Ves al morochito, alto de la
esquina de allá? -Lali miró y este le guiñó un ojo.- Es su
número.
-Dale,
andá a hablar con el. -le dijo Eugenia.
-¿Estás
loca? Ni muerta... -dijo Lali, sus cachetes empezaban a ponerse
colorados.
-Si
no vas vos, voy yo eh. -amenazó Rocío. Por lo que recibió una
mirada fulminante de Pablo.- Dale, Lali, andá.
-Chicas,
que no. No me gusta esto. Seguro que lo único que quiere este pibe
es llevarme a la cama. O ni siquiera a la cama, en cualquier esquina.
-sus amigos se rieron, pero todo cesó ante la llamada de Cristina,
la superior de Peter y Nicolás, llamando a Lali.- ¿Cris? -los
chicos pusieron la oreja a la conversación.- Pero... ¿pasó algo?
Ah.... Ya voy. -guardó su celular y se paró casi corriendo.
-¿A
donde vas? -preguntó Pablo.
-Cris,
quiere hablar conmigo. -explicó casi fuera del bar.
-¿Te
acompaño? -preguntó Peter. Ella paró su carrera y sonrió.
-Dale,
vamos.
Peter
agarró sus cosas y salió con la petiza. La ayudó a subir las pocas
escaleras que había antes de la comisaría. Caminaron cruzando
pasillos, despachos y boxes. Llegaron a la puerta de Cristina y se
pararon atrás de ella.
-¿Te
acompaño acá adentro, o te enfrentás tu sola a lo que venga?
-preguntó Peter.
-¿Me
esperás acá?
-Obvio.
-ella le dió un beso en la mejilla y entró al despacho.
-¿Que
te pasa, Peter? -eso fue una pregunta a si mismo.
Lali,
entró al despacho y vió a su hermano sentado en frente de Cristina.
-¿Que
pasó? -preguntó Lali asustada.
-Vení,
La, sentate. -su hermano palmeó la silla que estaba a su lado. Lali
le obeció y se sentó.
-Que
linda estás hoy Lali. -dijo Cristina.
-Por
favor, al grano. -pidió la más pequeña.
-Cristina,
sabe lo de papá y mamá. -dijo Patricio.
-¿Que
sabe?
-Todo,
Lali. -explicó Cristina.- Y he decidido que tienen que dejar de
trabajar.
-¿QUE?
-eso fue un gritó de Lali.- Olvidate, no lo voy a permitir.
-Lali...
-su hermano que de pequeño siempre la convencía esta vez no sería
igual.
-¡Lali,
las pelotas! Cristina, yo no dejo el trabajo. -la avisó.
-Tranquila,
Mariana. Sentate otra vez. -Lali le obedeció a Pato y se sentó
resignada.
-Tenés
que pensarlo. Por favor. -pidió Cristina.
-No
voy a pensar nada. Si querés que deje el trabajo vas a tener que
despedirme.
-Bueno,
vamos a hacer una cosa. Vos seguís trabajando, pero, acá en la
comisaría. Te encargás de llevar algunas cosas acá, pero no quiero
que lleves ningún caso más, por ahora.
-¿Por
ahora? ¿Vos creés que esto alguna vez va a acabar? No, Cris, no...
-Lali parecía la más adulta.- Si no los enfrentamos no van a parar.
-¿Vas
a poner en peligro tu vida, La? ¿Eso es lo que querés? Además,
acordate que así estás metiendo en el medio a Ana, a las nenas, a
mis hijos...
-Pato,
¿vamos a vivir con miedo toda la vida? -las lágrimas de Lali
empezaban a asomarse por sus ojos.
-Tranquila...
-Pato la abrazó.
-Por
ahora, Lali, vas a trabajar en la oficina. -dijo Cris. Lali secándose
las lágrimas asintió.- Tomate el día libre si querés.
-Dale,
que hoy Óscar va a ir a tu casa para que le expliques biología y
matemática. A ver si consigues que apruebe. Él estudia, pero en los
exámenes... -Lali soltó una risita. Y se paró limpiando las
lágrimas.
-Bueno,
me voy a ver si me distraigo un poco.
Lali
salió del despacho y allá como no estaba Peter esperándola. Ella
al verlo allá sentado sonrió.
-¿Como
estás? -preguntó Peter.
-Bueno...
No puedo seguir llevando el caso. -explicó Mariana.
-¿Por
que?
-Ahora
voy a estar en la oficina.
-¿Querés
un abrazo? -grave error, Peter. Se dijo a si mismo. Lali se
acercó y lo abrazó. Justo en ese segundo Pato salió de la oficina.
-¡No
te lo puedo creer! -los dos se separaron al escuchar a Patricio.
-Pato...
-¿Así
que este es el desafortunado? -Pato, pasó un brazo por los hombres
de Peter.
-¿Como
desafortunado? -eso le dolió a Lali.
-Si,
pobre de el que caiga en tus manos. Y es que así vestida...
-Pero,
no. No es el desafotunado. -dijo Lali separando a su hermano de
Peter.
-Suerte,
chambón. -palmeó el pecho de Peter y se fue.- Acordate de que hoy
viene Óscar.
-Está
loco... -dijo Lali mirando por donde su hermano salía.

jajajajajajaja me encanto recien la empece a leer y quiero mas
ResponderEliminarME encanta!! Un tierno peter!!! Más!
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