Esa
mañana se despertó tal y como se despertaba hace tres meses. La
cabeza de su novia sobre su pecho y el con su mano en su cintura. La
movió un poco para que supiera que teníamos que ir a clase. Ella
bufó y tu le diste un pico. Se paró con dificultad ya que la cama
individual no era lo más cómodo. Salió del cuarto en silencio y
cuando iba a entrar al baño Mimi salía.
-Buen
día Mimi. -dijó sonriente Peter.
-Buen
día.. -dijo ella posando una mano en su panza que ya se hacía
notar.
-¿Como
dormiste?
-Bien,
mejor que el mes pasado seguro. -le regaló la última sonrisa y se
adentró en su cuarto, seguramente a despertar a su novio. Los Riera
no tenían buen despertar. Y eso lo sabía el que dormía con dos
todos los días.
-Buen
día. -dijo Mayte cuando Roberto le abrió la puerta.
-Buen
día Mayte. -dijo Roberto. Por atrás de el apareció Julia.
-Mayte,
¿café o chocolatada? -dijo Julia.
-Café...
-dijo entrando en casa Mayte.
Lali
y Nicolás bajaron corriendo. Nicolás llevaba un papelito en la mano
e iba primero, Lali corriendo atrás de el y gritando.
-¡Nicolás,
dame eso!
-¿Que
es Lalita? -dijo burlón el rubio.
-Como
lo leas te juro que...
-¡Dejan
de pelear! -gritó Roberto. Pero sus hijos lo ignoraron. Entonces
bajó Peter riendo. Julia agarró el papelito que Nico llevaba en la
mano y se lo dió a Lali.
-Gracias,
Julia. Sos una grosa. -se dió la vuelta para volver a subir cuando
se chocó con Peter. Se sonrieron y se diero un pequeño pico.
-Ay,
ay... Que no tienen vergüenza... -dijo Roberto sentándose. Nicolás
y Julia se rieron. Lali subió y Peter se sentó en la mesa. Julia
colocó una taza en si sitio y se sentó al lado de Nico.
-Che,
¿Que ponía el papelito? -le dijo el rubio a su madrastra. Ella
sonrió.
-Para
Peter: TE QUIERO. -dijo en susurros pero su hijo la escuchó y se
atragantó con la chocolatada mientras Nicolás reía. Gastón y Mimi
bajaron por la escaleras.
-¡Gas!
¡Gas! ¿Sabés lo que le escribió Lali a Peter cuando se fue a New
York? -el rubio negó ante su hermano mellizo.
-Nicolás
callate que te mato. -dijo Peter. Los dos se pararon y subieron
corriendo persiguiendose uno al otro.
-¿Que
tal los cinco mesitos? -preguntó Mayte.
-Bien,
ya amanezco mejor. Sin nauseas, de mejor humor... -explicó Mimi.
-¿Chocolatada,
chicos? -los dos rubios asintieron y Roberto les trajo dos tazas.
Rochi bajó.
-Vuestros
hijos se están peleando arriba. -dijo seria tomándo un sorbo de la
taza de Gastón.
-Pero
¿hay sangre? -preguntó Roberto.
-Por
ahora no. -dijo Rochi iendo a buscar una chocolatada.
-Esperen...
5, 4, 3.. -la cuenta atrás de Julia hizo que todo el mundo la
mirara.- 2, 1...
-¡Cochinos!
-gritó proveniente de Nicolás que bajaba las escaleras enojado.-
Papá, tu hija es una depravadora.
-¿Que
decís? -preguntó Mayte. Entonces Lali y Peter bajaron abrazados y
besándose.
-Eso
digo. Se comió a todos mis amigos. -se quejó el rubio.
-¿A
TODOS? -moduló bien la última palabra Rocío.
-Si
la pregunta es si se comió a Pablo. La respuesta es si. -dijo
Gastón. Lali le dió un golpe en la cabeza.
-Te
mato. -dijo la rubia.
-Pará,
es que fue por culpa de Macarena. -explicó Lali sentándose al lado
de Rochi.- Es que como ella le puso los cuernos a Pablito, nos
quisimos vengar y solo fue un chape.
-¡Que
grasa, Lali! -se quejó su madre.
-Tampoco
estuvo tan mal... -dijo Julia, todos la miraron.- Quiero decir, yo
también lo hice. Es más, con tu papá. -Lali y Rochi enarcaron una
ceja.- Yo besé a Roberto porque mi antiguo novio me cuerneó.
-Como
te cases con Pablo, juro que te mato. -amenazó Rochi parándose. A
los cinco minutos en la casa solo quedaban Julia, Mayte y Roberto.
-Riera.
-los tres hermanos miraron a Emilia.- Nicolás Riera. -especificó la
rastuda.- Una fácil para vos, ¿en que año... -pero Faviola, la
conserje, la interrumpió.
-Por
favor, Emilia. El directo te llama a ti y a Micaela Rodriguez. -alias
Mimi.
Las
dos se pararon y salieron rumbo a dirección. Cuando entraron allá
Nicolás Vázquez se encontraba con Tato, el director.
-Sentate
Micaela. -dijo señalándole un silla.- Como director del Madalay,
tengo que hacerte una pregunta. -miró a Nicolás y suspiró.- ¿Estás
embarazada? -la rubia miró a Nicolás y después a Emilia.
-¿Como?
-preguntó algo alterada Mimi.
-Vamos
a ver, Mimi. -dijo Nicolás. Ella lo miró.- Yo no estoy de acuerdo
con esto. Pero te pedimos que contestes sinceramente... -dijo
acariciandole la espalda. Mimi cerró fuerte sus ojos y se le escapó
una lágrima.
-Si...
-Emilia miró a sus compañeros y estos las dejaron solas.
-Ehmm...
Mimi ¿no? -dijo la rastuda. Ella asintió.- Se que no soy quien para
meterme. Pero si querés contarme algo, o ayuda, no dudes en
decirmelo.
-Mis
papás me echaron de casa y ahora vivo con el papá del bebé. Solo
el, sus hermanos y sus papás lo saben. Pero, acá en la escuela la
gente empieza a sospechar y me mira raro, con pena...
-¿De
cuanto estás?
-De
cinco meses.
-Mirá,
te voy a dar un consejo. Yo tengo una hija de 5 años, cuando ella
nació yo solo tenía 17 y su padre desapareció un día. La crié yo
sola con la ayuda de mi hermana mayor. Todo se puede. Yo pude y estoy
muy orgullosa de conseguirlo. Así que no dudes ni un segundo de que
vos podés. -dijo dejando un mechó del pelo de la rubia atrás de su
oreja.
-Gracias.
-se limpió las lágrimas y se paró dispuesta a irse.
-Mimi.
-la detuvo Emilia. Ella la miró.- ¿Riera es el papá?
-Si,
Gastón. -afirmó ella. Emilia le sonrió y Mimi salió a los
pasillos.
Pero
justo cuando se estaba acercando a la mesa del básquet escuchó
gritos y entonces se acercó a donde un círculo de gente miraba algo
en el suelo. Eran Gastón y Nicolás peliandose con dos pibes más,
ella no los conocía. Entonces le gritó a Peter y a Pablo que
pasaban cerca con sus novias que la ayudaran. Así fue como los dos
morochos estaban intentando separar a los rubios de los otros pibes.
Eugenia apareció de la nada con Candela y también ayudaron. Pero
quien paró de verdad la pelea fue el entrenador de básquet, Carlos.
Llevó a Gastón, Nicolás, Pablo, Peter, Mariana y a Mimi a un aula.
Allá los mandó sentarse y escucharle.
-Bien,
uno a uno. ¿Que hacían en la pelea? Cuando contesten se van.
-explicó el. Y miró a Peter.
-Estaba
intentando separar a los chicos.
-Bien,
fuera. -ordenó Carlos. Miró a Pablo.
-Lo
mismo. -Carlos asintió e hizo un gesto para que se fuera.
-Yo
también. -Lali salió.
-Yo
estaba defendiendo a mi hermano. -Nicolás afuera. Carlos miró a
Gastón.
-¿Por
que le pegaste? Vos no sos violento.. -dijo extrañado Carlos.
-Es
que hizo un comentario que... -pero el rubio se calló.
-¿Que
dijo? -preguntó Carlos. Pero Gastón parecía que no quería decir
nada.
-Dale,
Gas, ¿que dijo? -insistió Mimi.
-Dijo:
"Este año, en el último año empezamos 107 y ahora somos 108"
-dijo Gastón. Mimi se tapó la boca con la mano, teniendo ganas de
llorar.

No que forro el compañero! Me encanta esta historia más!!
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