jueves, 25 de octubre de 2012

Veinticinco: FRACASO.



Hoy era el gran día. Hoy. Hoy era el día en el que el ojeador iba a observarlos entrenar para dar alguna beca para una universidad de Italia. Hoy sabrían como les fue en el examen de historia que rindieron la semana pasada. Hoy el futuro de Rocío, Lali, Nico y Gastón estaba en juego. Peter ya tenía asegurada la universidad de Italia, por ser el ganador de un concurso de fotografía, el premio de este concurso era una beca en Italia. Lali debería hacerlo bien en la prueba de básquet para poder irse con Peter a Italia. Rochi tenía el mismo propósito que la petiza. Gastón debería sacar un nueve para recibir la beca en una ingeniería en España. Nicolás tan solo debería pasar el examen de historia para poder graduarse.

La tensión en la casa Riera hoy era máxima. Mayte llegó para desayunar con ellos, pero todos estaban sucumbidos en sus pensamientos.

-¿Que les pasa? -le preguntó susurrando a Julia.

-Hoy es el día en que el ojeador irá a hacerles la prueba para entrar en la universidad de Italia. Les darán las notas de Historia. Y todo eso definirá su futuro. -contestó Julia.

Buen díaaaaa! -dijo bajando las escaleras Peter, con Mimi, que eran los más tranquilos. El tenía asegurado su próximo año y ella iría a donde el papá de su hijo o hija fuera.

-Que buen humor.. -dijo Gastón revolviendo su café.

-Demasiado. -se quejó Lali. Peter sonrió y le dio un beso en la mejilla.

-Chicos, vayan a la escuela. Cuando antes que se deshagan de los nervios, mejor. -dijo Julia. Le dio un beso a cada uno y los seis salieron rumbo a la escuela. Y lo que primero los esperaba era la clase de historia.

-Bueno, chicos. Se que esta es la última nota que les queda por saber. Enhorabuena a los que aprobaron. Y lo siento muchísimo a los que suspendieron, nos vemos en diciembre. -por una sola vez Emilia estaba más amable de lo normal. Comenzó a repartir los exámenes. Gastón al ver su nueve setenta y cinco abrazó a Mimi. Pero no todo eran alegrías. Raquel, animadora y miembro del Club, lloraba abrazando a Teté. Seguro no consiguió la nota que necesitaba.

Cuando acabó la clase todos se pararon y saludaron a Emilia. Pero en menos de unos segundos los únicos que quedaban en el aula eran Emilia y Nicolás.

-Lo siento. -dijo Emilia, cuando se acercó al último banco donde el permanecía sentado.

-Yo hice el examen. No lo sientas. -dijo con la mirada en la mesa.

-Pero siempre podés rendirla en diciembre.

-Nunca la voy a rendir. No me entra nada en la cabeza. Soy tonto, no hay más que hacer.. -dijo recogiendo sus cosas.- Lo único que quería era graduarme el mismo día que mis hermanos, con ellos.

-Prometeme que vas a intentar rendirla en diciembre y yo te hago un favor.

-¿Que favor?

-Vos prometémelo que lo vas a hacer y yo te prometo que te hago el favor más grande de tu vida. -dijo la rastuda ofreciéndole su mano.

-Esta bien, te lo prometo. -tomó su mano y las agitaron un par de veces.


-Rocío Igarzabal. -dijo aquel hombre que no mostró ni una sonrisa en toda la mañana en la que estaba observando a esos jóvenes. La rubia apareció en el medio del escenario.- Demostrame lo que sabés hacer.

Cinco tiros libres, cuatro triples y darle pelea en un uno contra uno contra aquella mujer que venía acompañando al ojeador. Decidió empezar con el uno contra uno, superado. Los triples, superado. Los tiros libres, superado. Está bien, tenía una chance. Ahora solo tenía que esperar que al ojeador le gustase un poco para poder acompañar a su hermano a Italia.

-Mariana Espósito.

Solo tenía que hacer lo mismo que hacía su hermana. Uno contra uno, superado sin ningún problema. Triples, a la perfección. Miró a las gradas y sonrió a sus amigos que la observaban.

-Creo que ella va a ser la que te acompañe a Italia. -le dijo Rochi a Peter en susurros al ver lo bien que le estaba saliendo todo a la petiza.

-Tranquila... -dijo su hermano rodeándola por los hombros.

Pero llegó su última fase. Los tiros libres. Encestó cuatro a la primera. Pero llegó sus últimos dos intentos y todavía le quedaba uno. Tiró uno, la pelota dio tres vueltas al aro y cayó fuera. Agarró de nuevo la pelota. La miró y pensó. Miró el aro y tiró. Todo miraban con atención el aro pero no encestó. La petiza miró a terrorizada al ojeador.

-Si me deja tirar una sola vez más yo...

-Siguiente. -dijo seco interrumpiendola.

-Pero yo puedo m...

-Siguiente. -repitió más alto. La petiza sintió como las lágrimas iban a salir inmediatamente de sus ojos. Para que nadie la viera llorar agarró sus cosas y salió del gimnasio. Peter quiso seguirla pero Carlos se lo impidió ya que el debería hacer la prueba como ella.

Lali corrió a su casa tropezándose con todo lo que podía. Cuando llegó a esta abrió la puerta y subió hasta su cuarto. Agarró algo para ducharse y así lo hizo. Cuando acabó se sentó en la cama de su novio a lo indio contra la pared. Agarró sus auriculares y puso Like a prayer, de Madonna.

No supo cuando fue el instante en que estaba llorando a mares y Peter entró en la habitación. Al verla no pudo hacer otra cosa que sentarse a su lado y abrazarla fuerte dejando que ella llorase en su pecho.


Roberto y Julia entraron en su casa y se sorprendieron al ver que en el living tan solo estaban Rochi, Gastón y Mimi.

-Chicos, ¿los demás? -preguntó Julia. Rochi al verla corrió a abrazarla fuerte y feliz.- ¿Que pasa?

-Me dieron la beca. -dijo ella feliz. Su madre la volvió a abrazar.- Pero a Lali no se la dieron...

-¿Como está? -peguntó Roberto. Pero contestó Gastón abrazando a su novia por lo panza.

-Mal, Peter está con ella.

Nicolás entró con la cabeza baja, no saludó a nadie ni levantó la mirada. Simplemente se adentró en el garage y cerró la puerta. Roberto miró a su otro hijo buscando respuestas.

-Suspendió historia, no se gradúa. -su papá se pasó la mano por la cabeza y anduvo atrás a su hijo.


Los tres Rieras sentados en el sillón del living. Sus padres, Roberto y Mayte enfrente de ellos. Lali lloraba en el medio de los dos rubios. Nicolás miraba al suelo mientras se le escapaba alguna lágrima. Gastón simplemente miraba a sus papás buscando alguna solución. Los tres Lanzani miraban la escena desde la puerta del living.

-No puedo... -dijo Lali parando de llorar.

-¿Que? -preguntó su mamá.

-Me sequé. No me quedan lágrimas... -dijo tocándose la cara mojada de las lágrimas.

-Pará, ¿te pasa algo más? -dijo Peter desde la puerta.

-Si, creo que tengo hambre... -dijo la petiza tocándose la panza.- Julia, ¿nos hacés una de tus lasagñas?

-Si, estoy de acuerdo. -dijo Mimi. Sus seis meses y medio vino con mucha hambre.

-Yo también las apoyo. -dijo Nicolás levantando la mirada.

Volvieron! -gritó Gastón abrazando a sus hermanos.

-Soltame, pesado. -dijo Lali parándose. Fue hasta donde estaba Peter y lo abrazó.

Mimi se sentó encima de Gastón y este le regaló un beso. Roberto se fue con Julia a la cocina. Y Rochi y Mayte se sentaron al lado de Nicolás.

-Esta casa es un eterno sufrimiento. -dijo Rochi.

-Si, yo creo que Euge y Pablo deberían de vivir acá también. -propuso Nicolás.

-¿La lasaña de carne o de verduras? -preguntó Julia desde la cocina.

-Carne. -gritaron los tres Rieras a la vez. Roberto asomó la cabeza por la puerta.

-Que bien os eduqué, por favor... -se auto alabó sonriendo.

Lali sonrió abrazada a Peter. Todavía tenía la oportunidad de que consiguiendo la beca musical la destinaran a Italia. Las esperanzas es lo último que se pierde. Tenía tres oportunidades: una el día del baile de graduación, la final nacional y la despedida del colegio. Y todo esto en tan solo una semana...

¡Estamos en la recta final! Les aviso, solo quedan dos capítulos más para el final de #Hermanos . Así que disfruten, y si les interesa, estoy escribiendo otra novela.
Un beso enorme, Cris.~

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