Hoy
era el gran día. Hoy. Hoy era el día en el que el ojeador iba a
observarlos entrenar para dar alguna beca para una universidad de
Italia. Hoy sabrían como les fue en el examen de historia que
rindieron la semana pasada. Hoy el futuro de Rocío, Lali, Nico y
Gastón estaba en juego. Peter ya tenía asegurada la universidad de
Italia, por ser el ganador de un concurso de fotografía, el premio
de este concurso era una beca en Italia. Lali debería hacerlo bien
en la prueba de básquet para poder irse con Peter a Italia. Rochi
tenía el mismo propósito que la petiza. Gastón debería sacar un
nueve para recibir la beca en una ingeniería en España. Nicolás tan
solo debería pasar el examen de historia para poder graduarse.
La
tensión en la casa Riera hoy era máxima. Mayte llegó para
desayunar con ellos, pero todos estaban sucumbidos en sus
pensamientos.
-¿Que
les pasa? -le preguntó susurrando a Julia.
-Hoy
es el día en que el ojeador irá a hacerles la prueba para entrar en
la universidad de Italia. Les darán las notas de Historia. Y todo
eso definirá su futuro. -contestó Julia.
-¡Buen
díaaaaa! -dijo bajando las escaleras Peter, con Mimi, que eran los
más tranquilos. El tenía asegurado su próximo año y ella iría a
donde el papá de su hijo o hija fuera.
-Que
buen humor.. -dijo Gastón revolviendo su café.
-Demasiado.
-se quejó Lali. Peter sonrió y le dio un beso en la mejilla.
-Chicos,
vayan a la escuela. Cuando antes que se deshagan de los nervios, mejor.
-dijo Julia. Le dio un beso a cada uno y los seis salieron rumbo a
la escuela. Y lo que primero los esperaba era la clase de historia.
-Bueno,
chicos. Se que esta es la última nota que les queda por saber.
Enhorabuena a los que aprobaron. Y lo siento muchísimo a los que
suspendieron, nos vemos en diciembre. -por una sola vez Emilia estaba
más amable de lo normal. Comenzó a repartir los exámenes. Gastón
al ver su nueve setenta y cinco abrazó a Mimi. Pero no todo eran
alegrías. Raquel, animadora y miembro del Club, lloraba abrazando a
Teté. Seguro no consiguió la nota que necesitaba.
Cuando
acabó la clase todos se pararon y saludaron a Emilia. Pero en menos
de unos segundos los únicos que quedaban en el aula eran Emilia y
Nicolás.
-Lo
siento. -dijo Emilia, cuando se acercó al último banco donde el
permanecía sentado.
-Yo
hice el examen. No lo sientas. -dijo con la mirada en la mesa.
-Pero
siempre podés rendirla en diciembre.
-Nunca
la voy a rendir. No me entra nada en la cabeza. Soy tonto, no hay más
que hacer.. -dijo recogiendo sus cosas.- Lo único que quería era
graduarme el mismo día que mis hermanos, con ellos.
-Prometeme
que vas a intentar rendirla en diciembre y yo te hago un favor.
-¿Que
favor?
-Vos
prometémelo que lo vas a hacer y yo te prometo que te hago el favor
más grande de tu vida. -dijo la rastuda ofreciéndole su mano.
-Esta
bien, te lo prometo. -tomó su mano y las agitaron un par de veces.
-Rocío
Igarzabal. -dijo aquel hombre que no mostró ni una sonrisa en toda
la mañana en la que estaba observando a esos jóvenes. La rubia
apareció en el medio del escenario.- Demostrame lo que sabés hacer.
Cinco
tiros libres, cuatro triples y darle pelea en un uno contra uno
contra aquella mujer que venía acompañando al ojeador. Decidió
empezar con el uno contra uno, superado. Los triples, superado. Los
tiros libres, superado. Está bien, tenía una chance. Ahora solo
tenía que esperar que al ojeador le gustase un poco para poder
acompañar a su hermano a Italia.
-Mariana
Espósito.
Solo
tenía que hacer lo mismo que hacía su hermana. Uno contra uno,
superado sin ningún problema. Triples, a la perfección. Miró a las
gradas y sonrió a sus amigos que la observaban.
-Creo
que ella va a ser la que te acompañe a Italia. -le dijo Rochi a
Peter en susurros al ver lo bien que le estaba saliendo todo a la
petiza.
-Tranquila...
-dijo su hermano rodeándola por los hombros.
Pero
llegó su última fase. Los tiros libres. Encestó cuatro a la
primera. Pero llegó sus últimos dos intentos y todavía le quedaba
uno. Tiró uno, la pelota dio tres vueltas al aro y cayó fuera.
Agarró de nuevo la pelota. La miró y pensó. Miró el aro y tiró.
Todo miraban con atención el aro pero no encestó. La petiza miró a
terrorizada al ojeador.
-Si
me deja tirar una sola vez más yo...
-Siguiente.
-dijo seco interrumpiendola.
-Pero
yo puedo m...
-Siguiente.
-repitió más alto. La petiza sintió como las lágrimas iban a
salir inmediatamente de sus ojos. Para que nadie la viera llorar
agarró sus cosas y salió del gimnasio. Peter quiso seguirla pero
Carlos se lo impidió ya que el debería hacer la prueba como ella.
Lali
corrió a su casa tropezándose con todo lo que podía. Cuando llegó
a esta abrió la puerta y subió hasta su cuarto. Agarró algo para
ducharse y así lo hizo. Cuando acabó se sentó en la cama de su
novio a lo indio contra la pared. Agarró sus auriculares y puso Like
a prayer, de Madonna.
No
supo cuando fue el instante en que estaba llorando a mares y Peter
entró en la habitación. Al verla no pudo hacer otra cosa que
sentarse a su lado y abrazarla fuerte dejando que ella llorase en su
pecho.
Roberto
y Julia entraron en su casa y se sorprendieron al ver que en el
living tan solo estaban Rochi, Gastón y Mimi.
-Chicos,
¿los demás? -preguntó Julia. Rochi al verla corrió a abrazarla
fuerte y feliz.- ¿Que pasa?
-Me
dieron la beca. -dijo ella feliz. Su madre la volvió a abrazar.-
Pero a Lali no se la dieron...
-¿Como
está? -peguntó Roberto. Pero contestó Gastón abrazando a su novia
por lo panza.
-Mal,
Peter está con ella.
Nicolás
entró con la cabeza baja, no saludó a nadie ni levantó la mirada.
Simplemente se adentró en el garage y cerró la puerta. Roberto miró
a su otro hijo buscando respuestas.
-Suspendió
historia, no se gradúa. -su papá se pasó la mano por la cabeza y
anduvo atrás a su hijo.
Los
tres Rieras sentados en el sillón del living. Sus padres, Roberto y
Mayte enfrente de ellos. Lali lloraba en el medio de los dos rubios.
Nicolás miraba al suelo mientras se le escapaba alguna lágrima.
Gastón simplemente miraba a sus papás buscando alguna solución.
Los tres Lanzani miraban la escena desde la puerta del living.
-No
puedo... -dijo Lali parando de llorar.
-¿Que?
-preguntó su mamá.
-Me
sequé. No me quedan lágrimas... -dijo tocándose la cara mojada de
las lágrimas.
-Pará,
¿te pasa algo más? -dijo Peter desde la puerta.
-Si,
creo que tengo hambre... -dijo la petiza tocándose la panza.- Julia,
¿nos hacés una de tus lasagñas?
-Si,
estoy de acuerdo. -dijo Mimi. Sus seis meses y medio vino con mucha
hambre.
-Yo
también las apoyo. -dijo Nicolás levantando la mirada.
-¡Volvieron!
-gritó Gastón abrazando a sus hermanos.
-Soltame,
pesado. -dijo Lali parándose. Fue hasta donde estaba Peter y lo
abrazó.
Mimi
se sentó encima de Gastón y este le regaló un beso. Roberto se fue
con Julia a la cocina. Y Rochi y Mayte se sentaron al lado de
Nicolás.
-Esta
casa es un eterno sufrimiento. -dijo Rochi.
-Si,
yo creo que Euge y Pablo deberían de vivir acá también. -propuso
Nicolás.
-¿La
lasaña de carne o de verduras? -preguntó Julia desde la cocina.
-Carne.
-gritaron los tres Rieras a la vez. Roberto asomó la cabeza por la
puerta.
-Que
bien os eduqué, por favor... -se auto alabó sonriendo.
Lali
sonrió abrazada a Peter. Todavía tenía la oportunidad de que
consiguiendo la beca musical la destinaran a Italia. Las esperanzas
es lo último que se pierde. Tenía tres oportunidades: una el día
del baile de graduación, la final nacional y la despedida del
colegio. Y todo esto en tan solo una semana...
¡Estamos en la recta final! Les aviso, solo quedan dos capítulos más para el final de #Hermanos . Así que disfruten, y si les interesa, estoy escribiendo otra novela.
Un beso enorme, Cris.~

me encanta!!! Más!
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