miércoles, 5 de septiembre de 2012


 45.Welcome to my life.
Bienvenido a mi vida – Simple plan.
Era 29 de Julio, hacía frío. Pablo y Rocío dormían abrazados intentando que así se fuera un poco de frío. Abril dormía y soñaba tranquilamente. En cambio Joaqín ya estaba despierto pero como no había nadie despierto se quedó sentado en su cuna jugando con las sábanas. Peter dormía estirado lo más que podía mientras Lali apoyaba su cabeza en su pecho con las manos en la enorme panza. Sofía estaba dormida hacia un lado y dejando caer uno de sus brazos por el lado izquierdo de la cama. Santino dormía plácidamente en el medio de su cama con los brazos bajo el almohadón.

El despertador de Peter sonó y este con rabia lo apaga. Lali se despierta pero continua con los ojos cerrados. Era domingo, no tenían porqué despertarse si no tenían que ir a laburar.

-Peter... -dijo Lali sin moverse y con los ojos cerrados. Su marido gruñó.- ¿Vas a despertar a los nenes?

-Ya son mayores Lali. Si se quieren despertar que lo hagan solitos... Yo quiero dormir. -ahora se abrazó a su mujer y su futuro hijo.

De repente escucharon algunos gritos durante unos minutos. Estos cesaron cuando algo cayó al piso y rompió. Peter y Lali se pararon alarmados y salieron de su cuarto y corrieron hasta el living donde vieron a Santino en la espalda de Sophie con un sobre en la mano. Tenía la mano levantada para que su hermana no la cogiera.

-¡Papá! -se quejó la nena.- Decile a tu hijo que me de mi carta.

-¿Esa carta es de Sofía? -le preguntó Lali a Santino.

-Si, pero no me quiere decir lo que pone. -se quejó el otro.

-Pero es suya. Dásela. -ordenó Peter. Lali ya se había retirado a preparar su desyuno y el de su marido.

-Pero, pa... -se quejó el pequeño.

-Es de ella, Santino. Devolvésela.

Santino le hizo caso a su papá y le dió la carta a su hermana que salió al jardín, en pijama, a leer su carta.

-¿De quien ponía que era, Santi? -le dijo su padre cuando estuvo seguro de que las mujeres de la casa no le escuchaban.

-No se, no me disteis tiempo de leerlo. Pero creo que era de una escuela o academia de algo.. -dijo prendiendo la TV.

-¿Una escuela? -se preguntó a si mismo Peter. Entonces decidió salir al jardín a hablar con su hija.

La vió sentada en un banco cerca de la salida, mirando la carta con detenimiento.

-¿Me vas a contar que es eso? -dijo sentandose a su lado.

-Hace unos meses mandé una carta a la Academia de idiomas, para solicitar una beca en la de inglés.

-¿Y por que no nos dijiste nada? -le preguntó sorprendido.

-Porque nunca pensé que me iban a aceptar.

-Y... ¿te aceptaron?

-No, necesito una media de nueve cuarenta... -dijo triste. Su padre la abrazó.

-Bienvenida a mi vida.

-¿Que?

-¿Sabés en cuantas escuelas de filosofía no me aceptaron? -ella negó.- Siete.

-¿¡SIETE!? Espero no seguir tus pasos..

-Pero aun te queda mucho. Tenés que terminar el secundario, seguir jugando a lo que más te gusta, cuidar de tus hermanos.... Acórdate que ahora sos la mayor de tres hermanos, y tenés que cuidar de ellos.

-Ojalá sea nena, así le presto mi ropa, le doy consejos... No se porque no querían saber el sexo del bebe... -se quejó ya guardando la carta.

-Ojalá sea nene, porque si sale rebelde como vos... -su hija le golpéo el brazo.- Si, mirá si sale rugbier como vos. ¿Que hago? Mejor nene, y si juega al rugby no pasa nada.

-Pero mirá si es nene y sale como Santino, boludo. -su padre rió y entonces el susodicho salió corriendo de la casa.

-¡¡PAPÁ!! -gritó desde la puerta.- Corré, va a nacer.

-¿Como?

-¡Que vas a ser papá por tercera vez! -entonces los tres entraron a la casa y vieron a Lali sentada en el sofá agarrandose la panza.

-Lali, acordate. Inspirá, expirá... -le dijo Peter mientras llamaba a una ambulacia. Lali solo hacía esto mirando a su marido.- Santi, agarrá la bolsa que preparamos la semana pasada para cuando llegase el momento. Sophie, llamá a tus tíos.

Los dos salieron a obedecer a su padre. Santino volvió con la bolsa colgada de su espalda. Y Sofía llegó con el celular en la oreja y hablando con sus tíos.

-Si, tía, mamá está de parto ahora. -se dirigió a su padre- ¿Que les digo?

-Que os vallan a buscar al hospital.

-¿Por que? Papá yo me quiero quedar.

-Bueno, decile que vayan allá y después ya veremos. -estaba demasiado ocupado ayudando a pararse a Lali.

Los cuatro viajaron al hospital. Llegaron y Rocío ya los estaban esperando.

-Rochi, yo entro. Te dejo a los nenes. -le besó la cabeza y entró con Lali.

Rocío, Santino y Sofía se quedaron en la sala de espera hasta que Peter salió de la sala de partos.

-¿Que tal? ¿Que pasó? ¿Es niña o niño? ¿Están los dos bien? -Sofía y Santino bombardearon a preguntas a su padre. Rocío reía desde atrás de los niños.

-Está todo bien. ¿Quieren pasar a verlas?

-¿Verlas? -dijo sonriente Sofía, Peter asintió.

-Pero tienen que estar en silencio.

Los tres entraron y vieron a Lali dormida y una cuna a su lado. Pero la cuna estaba vacía, la nueva Lanzani estaba al lado de su madre. Sofía emocionada se acercó a su hermana y la cogió despacio. Lali asustada se despertó.

-Cuidado, Sofía.

-Si, mamá... -dijo mirandole la carita.

-¿Como se llama? -dijo Santino.

-Eso, digannoslo ustedes. -dijo Peter sentándose al lado de Lali pasando su brazo por los hombros de la petiza.

-¿Lo podemos elegir nosotros? -dijo emocionada la hermana mayor que había dejado a la pequeña en los brazos de su hermano.

-Obvio. -dijo su madre.

-A mi me gusta Agustina, o Roberta, Daniela...

-A mi me gusta Katina. -dijo Santino.

-¿Katina? -dijo su padre.- Si, me gusta Katina.

-Pues si a los hombres de la casa les gusta. ¿A ti que te parece, Sophie?

-Me gusta.

-Perfecto. Entonces os presento a Katina Lanzani. -dijo sonriente Lali cuando la nena volvió a sus brazos.

-Bienvenida, Katina. Bienvenida a nuestra vida. -le dijo Peter. Miró a Sofía y le guiñó un ojo.

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