44.Una de dos oporutnidades (parte 2).
-Bueno, parece que hoy no vamos a poder entrenar... -dijo Pablo
cuando Estefanía se fue. Los chicos soltaron una risita.
-Hicimos un complot... -rió Sophie.
-Bueno, entonces ahora hacemos partidillo? -propuso Peter.
-Perfecto. Alan, Leon, hagan equipos. -ordenó Pablo. Despues de que
se repartieran en equipos Pablo se fue con el equipo de Leon y Peter
y Abril con el de Alan. Salieron a la cancha a jugar, reían y
corrían.
-Que envidia. -dijo Abril. Su tío la miró y rió.
-Ya vas a poder volver a jugar... -dijo con una sonrisa. Le acarició
el pelo y le dió un beso antes de gritarle a Juan que se había
mandado una cagada.
-¿Podemos hablar? -dijo Laura acercándose. Ella pertenecía al
equipo que Alan escogió.
-Si, es más, tenemos que hablar. -dijo la morocha (Laura era rubia).
-¿Me vas a dar otra oportunidad?
-No. -las lágrimas de Laura amenazaban con salir de sus ojos.- Lo
siento, no puedo perdonar tanto. Y además ahora me voy a centrar en
lo que de verdad me importa: el rugby, mi rodilla y la gente que amo.
-¿Y recuperar nuestra amistad no te importa?
-Ahora mismo, no. Tenés que entender que no te puedo perdonar de un
día para otro, y menos si tengo esto. -dijo señalando su rodilla.-
Que necesita toda mi atención.
-Bueno, no te puedo obligar a perdonarme... -la morocha negó.- Pero
que sepas que estoy ahí para lo que sea... -dijo con una sonrisa
dejando el sitio de al lado de Abril para Tatiana que acababa de
salir de la cancha por Santiago.
-¿Que quería esa? -dijo con desprecio.
-Nada, Tati...
-¿Sabés que me alegro mucho de que vuelvas a estar acá con
nosotros? -Abril le contestó con un abrazo.
-Menos abracito... -dijo Alan sentándose al otro lado de su novia.
El también había cambiado por Nicolás.
-¿Estás celoso? -dijo Tatiana.
-No, vos estás celosa porque me quiere más a mi.
-Mentira.
-Verdad.
-No.
-Si.
-Chicos, se acabó. -dijo Pablo. Todos se reunieron en el centro de
la cancha. Tatiana y Alan se acercaron a Pablo con Abril en el medio
y todavía discutiendo, hasta que vieron la cara de Pablo. Entonces
lo dos callaron.- Mañana a la misma hora, acá mismo. Para entrenar.
Duerman bien, chicos.
Abril en vez de ducharse como hacían las demás, simplemente recogió
sus cosas y salió donde estaban Peter y Pablo.
-¿Seguro cerrás vos? ¿No te molesta? -dijo Pablo.
-No, tengo que esperar por Sophie, no te preocupés. ¿Que tal tu
rodilla, enana? -le dijo cuando la vió ya que ella se había
acomodado al lado de su papá.
-Bien, un poco molesta pero...
-Es normal. Los primeros días que hagamos esto te va a doler un
poco, pero tenés que aguantar .-le explicó su papá.
-Todo sea por volver a la cancha. -dijo con una sonrisa. Se
despiedieron de Peter y subieron al auto para volver a casa.
-¿Que tal? -le preguntó Pablo cuando el auto se puso en marcha.
-Bien. ¿Y vos, papi? -respondió ella.
-Bien... ¿Que tal con Alan? -esa si que no se la esperaba...
-¿Por que preguntás?
-No se. Últimamente vi a Alan un poco de capa caída. En los
entrenos, cuando había ejercicios de pareja, siempre se quedaba
solo. Le pasaba algo en estos meses. ¿Sabés si pasó algo en su
casa, con su familia, amigos, con vos...?
-No, no se. Pero yo se porque se quedaba solo en los ejercicios de
parejas. -su padre preguntó con la mirada.- Porque yo era la que
hacía esos ejercicios con el, pa. Pero si querés saber si le pasó
algo. Andá y preguntale.
-Pero vos sos la novia.
-Si, pero conmigo estaba como siempre. -los dos se quedaron en
silencio hasta qu ela pequeña lo rompió.- Papá, ¿el abuelo era tu
coatch? -se refería al papá de Rocío. Sabía que fue coatch de
rugby cuando era más jóven, pero no lo sabía todo.
-Si, así conocí a tu mamá.
-Mirá, más o menos como yo y Alan.
-Pero Rocío no jagaba al rugby como vos, bruta.. -añadió de broma.
Su hija le golpeó la rodilla cuando el cesó el coche delante de su
casa. Su hermano estaba en el pasto jugando con una pelota y se
alegró al ver a su papá y su hermana salir del auto. Despues los
tres entraron a la casa para cenar la rica cena que había preparado
Rocío.
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