Las chicas elongando en la cancha. Las gradas al
completo. Estaban las animadoras, el equipo masculino, los del rugby,
los del fútbol, los padres, familiares y amigos de las jugadoras y
como no el grupo teatral animando a dos de sus integrantes. Las
animadoras hacían uno de esos bailecitos tan aclamados por el
público, babosos. Carlos las llamó al banco y las doce mujeres
obedecieron.
-Bien, como ya saben, Eugenia, Candela, Lali, María y
Rocío a la cancha. -dijo el adulto entre las mujeres. Las nombradas
se pararon y quitaron el jogging con el que elongaban.
-Perdón, pero el año pasado yo siempre era titular...
-se quejó Maca.
-Pero este año no. Rocío se lo merece más que vos. Si
querés salir titular ganátelo. -dijo Carlos. Hicieron un círculo y
juntaron sus manos en el centro. Gritaron "Mandalay"
y las cinco titulares salieron a la cancha a darles la mano a las
contrarias. El arbitró lanzó el balón y María salto a por el.
El partido iba claamente ganado por las mandalayas que
luchaban por cada balón, saltaban por los revotes, y sobretodo se
apoyaban entre ellas. Carlos cambió a Lali y a rocío por Daniela y
Valentina. Las dos chocaron sus manos con sus compañeras y se
sentaron en el banco bebiendo algo de agua.
-Bien jugado, peti. -dijo Rocío cuando tuvo aliento
para hablar.
-Lo mismo digo rubia. -dijo Lali segundos después,
cuando acabó de beber. Entonces las dos giraron la cabeza hacia las
gradas y vieron como Julia y Roberto llegaban y se sentaban un poco
más arriba que Nico, Gas y Peter, que estaban con el resto del
equipo.
-Mirálos. Están locos. -decía refiriendose a el
equipo masculino, que gritaban y se quejaban a los arbitros.
-Siempre lo estuvieron... -las dos rieron y volvieron a
prestarle atención del partido. Ahora no iba tan bien. Las otras les
estaban llegando a las mandalayas y estas se estaban poniendo
nerviosas.
En el entretiempo Carlos las llevó al vestuario
perdiendo de tres puntos. Les dedicó unas palabras de aliento y
algunos consejos técnicos respecto al partido. Después, las chicas
volvieron a la cancha. Todas, menos Mariana. La cual se quedó en el
vestuario pensando. Entonces una persona la interrumpió.
-¿Estás bien? -le preguntó Peter.
-No vino. -y Peter sabía perfectamente que se refería
a su madre.- No le importo. Sabe que esto es importante para mi.
Incluso cuando aun estaba con papá nunca me venía a ver. -Peter ya
estaba sentado a su lado.
-No tenés que pensar en eso. Pensá en que el partido
lo hay que ganar. Que estamos nosotros animándote. Está Gas, Nico,
tu papá, mi mamá, tus amigos del club de teatro, yo... -Lali rió
de la forma en la que se refirió a el mismo. Le acarició la cara y
lo miró a los ojos.
-Gracias.
-De nada... -dijo después de darle un pequeño pico. La
petiza se paró y salió a la cancha.- Como te tiene, Lanzani. Como
te tiene la petiza...
Lali salió corriendo a la cancha y escuchó los gritos
de sus hermanos ante los cuales se rió. Se acercó a sus amigas que
tiraban mientras el arbitro no anunciaba el comienzo del segundo
tiempo. Cuando esto sucedió se sentó en el banco a escuchar a
Carlos.
-Macarena, Mariana, Rocío, María y Valentina, a la
cancha. -dijo el único adulto. Las cinco nombradas se pararon y
salieron a la cancha. El ambiente no era el mejor, las contrarias
salieron a romper tobillos, pero las locales no se iban a quedar
atrás...
Mientras que la veinticuatro visitante defendía
muy agresiva a la siete local, María, Lali el cuatro
empujaba a la catorce para recibir la pelota. Rocío, la once,
luchaba en la pintura con la nueve. Macarena, la ocho,
se quejaba de que la quince la golpeaba. Valentina corría
perseguida por la seis.
Euge y Cande se daban cuenta de esto en el banco.
-Carlos, las están pegando. -dijo la rubia.
-Lo se, salgan Eugenia y Candela por Macarena y
Valentina. -ordenó. Y así fue.
Cuando esas cinco mujeres estaban en la cancha todo
funcionaba mejor. Llegaban mejor al aro, daba buenos pases, se
ayudaban en defensa... Si una se caía aparecían un par de manos
para ayudarla a pararse. Si otra le daba un buen pase a otra esta
encestaba desde atrás de la linea de tres. Y así consiguieron
empeatar al otro equipo antes de empezar el último tiempo. Carlos
las animó y las alentó para volver a sacar a las mismas cinco minas
a la cancha.
-Che, la nueve se está ganando un tapón que en cuanto
pueda se lo voy a hacer... -dijo Rocío. Su hermana se rió de la
faceta de la rubia en la cancha.
Y así fue, a la primera vez que la nueve visitante
intenta tirar a la canasta Rocío lo impide haciendo un tapón
deputamadre. La hinchada se emociona y grita el nombre del
equipo. Rocío satisfecha de su acción choca las manos con sus
amigas en la cancha.
-Eso es falta, boludo. -dice la catorce al lado de
Mariana.
-Perdón que te diga, pero yo creo que no... -le
corrigió Mariana.
-¿Y vos que te metés estúpida? -le grita la otra
antes de irse. Lali se encoje de hombros y sigue con el partido. Lo
que no se esperaba es que en cuanto recibiera un pase de Cande la
catorce contraria la empuja, haciendo que se cayera al suelo.
La petiza que es de armas tomar se para y la empuja
también. Y para colmo Rocío y Eugenia que estaban cerca se acercan
a defender a la morocha. Entonces una pelea entre los dos equipos se
hace presente hasta que el arbitro se mete en medio. Carlos gritaba
desde el banco pero sus gritos no se oían entre los gritos de la
hinchada y de las propias jugadoras. Daniela, María y Candela, las
pacíficas, llegan hasta el lugar de la pelea y sacan a sus amigas de
allá. Las tres se sientan en el banco y escuchan los retos de Carlos
mientras sus compañeras siguen en el partido.
Rocío, Eugenia y Lali no volvieron a jugar en todo el
partido. Después de que las jugadoras se ducharan los únicos que
las estaban esperando eran los mienbros del equipo masculino, ya que
muchos de ellos estaban emparejados o emparentados.
-¿Se puede saber que hiciste, Mariana? -dijo Nicolás.
-Defenderse. Yo te apoyo, enana. -dijo Gastón.
-Pero no era necesario pegarse.. -dijo Peter mirando a
su hermana.
-Ella me empujó primero y yo se la devolví. -dijo
Lali.
-Y yo defendí a mi hermana y cuñada.. -dijo Rocío,
Gastón, Nico y Euge rieron.
-¿Tu no me defenderías? -dijo Lali mirando a Peter.
-Si, si un pibe se mete con vos yo te defiendo mi
amor... -dijo agarrando su bolsa y saliendo del lugar para ir al bar
que iban siempre, antes de entrenar.
-¿Y si una mina se mete conmigo no me defendés? -dijo
siguiéndolo. Rocío y Gastón salieron tras ellos. Cuando Euge iba a
salir una brazo la atrapó y no pudo seguir.
-¿Que pasa, Nico? -dijo la rubia.
-Gracias por defender a Lali.
-No se agradece. Es mi amiga y la defendería hasta el
fin del mundo.
-Gracias de todas formas. -Nico le besó la mejilla y se
fue hacia el bar dejando a Euge confundida. Cuando se dió cuenta de
lo que pasó golpeó el suelo con el pie y dió un pequeño gritito.
Mientras en el bar, los chicos estaban tomando su helado
y charlando sobre el partido.
-Cobraron lo que quisieron. -se quejó Candela.
-Si, pero aun así ganaron. -dijo Agustín.
-Pero solo de tres... -acotó Victorio.
-Es muy poco, cuando vallamos allá tenemos que
machacarlas... -dijo Rocío llevando su puño hacia la palma de su
mano.
-Tranquila, Rochita.. -la retó Peter.
-Yo estoy con vos rubia.. -le dijo Lali al oído. Ella
estaba sentada entre los dos hermanos

Me encanta más!
ResponderEliminarincreibles los ultimos capis!!!
ResponderEliminarotro prontito :P