viernes, 28 de septiembre de 2012

Ocho: EL PARTIDO.



Las chicas elongando en la cancha. Las gradas al completo. Estaban las animadoras, el equipo masculino, los del rugby, los del fútbol, los padres, familiares y amigos de las jugadoras y como no el grupo teatral animando a dos de sus integrantes. Las animadoras hacían uno de esos bailecitos tan aclamados por el público, babosos. Carlos las llamó al banco y las doce mujeres obedecieron.

-Bien, como ya saben, Eugenia, Candela, Lali, María y Rocío a la cancha. -dijo el adulto entre las mujeres. Las nombradas se pararon y quitaron el jogging con el que elongaban.

-Perdón, pero el año pasado yo siempre era titular... -se quejó Maca.

-Pero este año no. Rocío se lo merece más que vos. Si querés salir titular ganátelo. -dijo Carlos. Hicieron un círculo y juntaron sus manos en el centro. Gritaron "Mandalay" y las cinco titulares salieron a la cancha a darles la mano a las contrarias. El arbitró lanzó el balón y María salto a por el.

El partido iba claamente ganado por las mandalayas que luchaban por cada balón, saltaban por los revotes, y sobretodo se apoyaban entre ellas. Carlos cambió a Lali y a rocío por Daniela y Valentina. Las dos chocaron sus manos con sus compañeras y se sentaron en el banco bebiendo algo de agua.

-Bien jugado, peti. -dijo Rocío cuando tuvo aliento para hablar.

-Lo mismo digo rubia. -dijo Lali segundos después, cuando acabó de beber. Entonces las dos giraron la cabeza hacia las gradas y vieron como Julia y Roberto llegaban y se sentaban un poco más arriba que Nico, Gas y Peter, que estaban con el resto del equipo.

-Mirálos. Están locos. -decía refiriendose a el equipo masculino, que gritaban y se quejaban a los arbitros.

-Siempre lo estuvieron... -las dos rieron y volvieron a prestarle atención del partido. Ahora no iba tan bien. Las otras les estaban llegando a las mandalayas y estas se estaban poniendo nerviosas.

En el entretiempo Carlos las llevó al vestuario perdiendo de tres puntos. Les dedicó unas palabras de aliento y algunos consejos técnicos respecto al partido. Después, las chicas volvieron a la cancha. Todas, menos Mariana. La cual se quedó en el vestuario pensando. Entonces una persona la interrumpió.

-¿Estás bien? -le preguntó Peter.

-No vino. -y Peter sabía perfectamente que se refería a su madre.- No le importo. Sabe que esto es importante para mi. Incluso cuando aun estaba con papá nunca me venía a ver. -Peter ya estaba sentado a su lado.

-No tenés que pensar en eso. Pensá en que el partido lo hay que ganar. Que estamos nosotros animándote. Está Gas, Nico, tu papá, mi mamá, tus amigos del club de teatro, yo... -Lali rió de la forma en la que se refirió a el mismo. Le acarició la cara y lo miró a los ojos.

-Gracias.

-De nada... -dijo después de darle un pequeño pico. La petiza se paró y salió a la cancha.- Como te tiene, Lanzani. Como te tiene la petiza...

Lali salió corriendo a la cancha y escuchó los gritos de sus hermanos ante los cuales se rió. Se acercó a sus amigas que tiraban mientras el arbitro no anunciaba el comienzo del segundo tiempo. Cuando esto sucedió se sentó en el banco a escuchar a Carlos.

-Macarena, Mariana, Rocío, María y Valentina, a la cancha. -dijo el único adulto. Las cinco nombradas se pararon y salieron a la cancha. El ambiente no era el mejor, las contrarias salieron a romper tobillos, pero las locales no se iban a quedar atrás...

Mientras que la veinticuatro visitante defendía muy agresiva a la siete local, María, Lali el cuatro empujaba a la catorce para recibir la pelota. Rocío, la once, luchaba en la pintura con la nueve. Macarena, la ocho, se quejaba de que la quince la golpeaba. Valentina corría perseguida por la seis.

Euge y Cande se daban cuenta de esto en el banco.

-Carlos, las están pegando. -dijo la rubia.

-Lo se, salgan Eugenia y Candela por Macarena y Valentina. -ordenó. Y así fue.

Cuando esas cinco mujeres estaban en la cancha todo funcionaba mejor. Llegaban mejor al aro, daba buenos pases, se ayudaban en defensa... Si una se caía aparecían un par de manos para ayudarla a pararse. Si otra le daba un buen pase a otra esta encestaba desde atrás de la linea de tres. Y así consiguieron empeatar al otro equipo antes de empezar el último tiempo. Carlos las animó y las alentó para volver a sacar a las mismas cinco minas a la cancha.

-Che, la nueve se está ganando un tapón que en cuanto pueda se lo voy a hacer... -dijo Rocío. Su hermana se rió de la faceta de la rubia en la cancha.

Y así fue, a la primera vez que la nueve visitante intenta tirar a la canasta Rocío lo impide haciendo un tapón deputamadre. La hinchada se emociona y grita el nombre del equipo. Rocío satisfecha de su acción choca las manos con sus amigas en la cancha.

-Eso es falta, boludo. -dice la catorce al lado de Mariana.

-Perdón que te diga, pero yo creo que no... -le corrigió Mariana.

-¿Y vos que te metés estúpida? -le grita la otra antes de irse. Lali se encoje de hombros y sigue con el partido. Lo que no se esperaba es que en cuanto recibiera un pase de Cande la catorce contraria la empuja, haciendo que se cayera al suelo.

La petiza que es de armas tomar se para y la empuja también. Y para colmo Rocío y Eugenia que estaban cerca se acercan a defender a la morocha. Entonces una pelea entre los dos equipos se hace presente hasta que el arbitro se mete en medio. Carlos gritaba desde el banco pero sus gritos no se oían entre los gritos de la hinchada y de las propias jugadoras. Daniela, María y Candela, las pacíficas, llegan hasta el lugar de la pelea y sacan a sus amigas de allá. Las tres se sientan en el banco y escuchan los retos de Carlos mientras sus compañeras siguen en el partido.

Rocío, Eugenia y Lali no volvieron a jugar en todo el partido. Después de que las jugadoras se ducharan los únicos que las estaban esperando eran los mienbros del equipo masculino, ya que muchos de ellos estaban emparejados o emparentados.

-¿Se puede saber que hiciste, Mariana? -dijo Nicolás.

-Defenderse. Yo te apoyo, enana. -dijo Gastón.

-Pero no era necesario pegarse.. -dijo Peter mirando a su hermana.

-Ella me empujó primero y yo se la devolví. -dijo Lali.

-Y yo defendí a mi hermana y cuñada.. -dijo Rocío, Gastón, Nico y Euge rieron.

-¿Tu no me defenderías? -dijo Lali mirando a Peter.

-Si, si un pibe se mete con vos yo te defiendo mi amor... -dijo agarrando su bolsa y saliendo del lugar para ir al bar que iban siempre, antes de entrenar.

-¿Y si una mina se mete conmigo no me defendés? -dijo siguiéndolo. Rocío y Gastón salieron tras ellos. Cuando Euge iba a salir una brazo la atrapó y no pudo seguir.

-¿Que pasa, Nico? -dijo la rubia.

-Gracias por defender a Lali.

-No se agradece. Es mi amiga y la defendería hasta el fin del mundo.

-Gracias de todas formas. -Nico le besó la mejilla y se fue hacia el bar dejando a Euge confundida. Cuando se dió cuenta de lo que pasó golpeó el suelo con el pie y dió un pequeño gritito.

Mientras en el bar, los chicos estaban tomando su helado y charlando sobre el partido.

-Cobraron lo que quisieron. -se quejó Candela.

-Si, pero aun así ganaron. -dijo Agustín.

-Pero solo de tres... -acotó Victorio.

-Es muy poco, cuando vallamos allá tenemos que machacarlas... -dijo Rocío llevando su puño hacia la palma de su mano.

-Tranquila, Rochita.. -la retó Peter.

-Yo estoy con vos rubia.. -le dijo Lali al oído. Ella estaba sentada entre los dos hermanos

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