Epílogo: otra historia parecida.
Los cadetes masculino estaban jugando un partido importante y en el
banco como coatch estaba Abril. En las gradas estaban Alan y Pablo
sentados juntos.
-Parece que le está saliendo bien esto de ser coatch a Abril ¿no?
-dijo Alan rompiendo el silencio.
-Si, le salió bien la jugada. Parece que fue ayer cuando empezó a
entrenar con ustedes. -dijo su suegro sin mirarlo.
-Si, y me acuerdo de su primer partido que tenía miedo y que le daba
vergüenza por que era la única mina... -los dos rieron. Entonces se
fijaron como Alberto salía del campo y su madre le acariciaba la
cabeza antes de que se sentara en el banco.- Y además tiene una
historia como la tuya.
-No, parecida. Alberto no empezó a jugar porque un rubio le preguntó
donde se iba a la cancha y que era nuevo. -dijo mirando a su yerno.
-No, sería una morocha como la madre. -rió al ver la cara de suegro
que tambien rió.
-¿Quien lo diría no? Pensar que mi hija se convirtió en coatch, en
la coatch de su hijo... -dijo riendo.
-Y del mío. -se miraron y sonrieron antes de volver a mirar hacia la
cancha.
-¡Nicolás siempre llegamos tarde! -se venía quejando Sofía.
-¿La culpa es mía? Fuíste vos la que te encerraste media hora en
el baño.
-¡Estoy embarazada, insensible! -dijo tocándose la panza. Nicolás
sonrió y se acercó a besar a su mujer.
-¡Puaj, que asco! -se quejó Katina sentándose al lado de su tío.
-¿Que hacés vos con tu hermana? -preguntó Pablo.
-Mamá y papá no confían en mi y me dejan a cargo de Sofía. Ella
es más irresponsable que yo. ¡Mirala! -dijo señalándola. Su tío
y Alan se rieron.- ¿Como van?
-Van perdiendo, pero ya verás como tu prima los saca de esto.
-contestó Alan.
-¿Cuanto queda? -preguntó esta vez Nicolás uniendose a los demás.
-Poco, pierden de un punto. Pero yo confío. -dijo Alan.
-Si, Abril sabe como sacarlos de acá. -la defendió su papá.
Entonces Abril se acercó a las gradas en un tiempo que les
concedieron.
-Papá, ¿que hago? Están de capa caída y no confían... Me sacan..
-dijo Abril. Su marido se rió.- ¿De que te reís?
-Abril cariño, ahora sos vos la coatch. Yo lo dejé de ser hace
años. Arreglatelas vos sola. -dijo su papá.
-Pa.. -puso puchero.
-Yo te ayudo. -se ofreció Alan.
-A vos no te pedí ayuda. Ya puedo yo sola. -dijo antes de irse a
junto de su equipo.
-¡Te tiene bien la nena eh! -se rió Katina.
-Nico, tengo antojos de alfajones. Traeme algo. -se quejó Sofía.
-Sofía, mi amor, no podés tener antojos si solo estás de un mes y
medio. -se quejó Nicolás.
-Te está llamando histérica hermanita. -dijo Katina que le
encantaba joder un poquito a sus hermanos.
-Callate, yo por lo menos no vivo con mamá y papá. -dijo la hermana
mayor.
-Vivo con ellos porque los amo y ellos me aman más que a ustedes.
-Y porque sos menor de edad. -añadió su cuñado.
-Callate, ¿o querés que empiece a quererte como quiero a la
estúpida de la novia de Quino?
-Tranquila cuñada...
-Chicos, ¿porque no alegran esa cara? -lo intentó Abril sin recibir
respuesta alguna.- Yo con esto no puedo. Si no empiezan a jugar como
se debe van a peder la liga. ¿Es el partido que les puede salvar y
lo van a tirar así? Si quieren me voy y los dejo a ustedes solos...
-Mamá, no seas histérica. -dijo Alberto.
-¿Como? ¿Que me llamaste?
-Nada... -se calló Alberto.
-Miren, ¿quieren seguir jugando o no? -todo su equipo asintió.-
Entonces salgan a jugar como quieren.
Los chicos volvieron a salir a la cancha, pero uno de los que se
quedó de suplente en el banco fue Alberto.
-Perdón, mamá. -se disculpó.
-¿Por que te disculpás?
-Por lo de histérica. Lo que pasa es que tengo miedo de perderlo
todo en este partido. -dijo mirando ya al suelo.
-¿Sabés quien tenía el mismo miedo cuando tenía tu edad? -le dijo
en susurros. Su hijo negó.- ¿Ves ese hombre de saquito azul en las
gradas? -Alberto se giró a mirar a la grada donde distinguió a su
papá con aquel saquito azul, el cual le guiñó un ojo. El pequeño
rubio se rió y volvió a mirar a su mamá.- Ese tenía todos los
días ese miedo..
-¿Papá era un miedoso? -dijo riendo.
-El más miedoso. Pero también era el mejor y el más lindo de
todos. Oh, mirá como vos. -su hijo rió.- Tenía a todas las
cheerleaders loquitas.
-Y alguna integrante del equipo femenino también ¿no? -su madre rió
y siguió con su trabajo.
El partido no acabó como todos esperaban, los chicos perdieron. El
equipo femenino del club los esperaba fuera y lo que más
sorprendieron a Abril, Alan y Pablo fue que Clara, una de las chicas
que formaban parte del equipo femenino, estaba consolando a Alberto.
-Esta va a correr todo el día... -le dijo Abril entre dientes a
Alan.
-Estás loca. -rió su marido.
A
veces las cosas en la vida pueden ser positivas, negativas o ninguna
de las dos.
Igual
que hay días malos, días buenos y días que no se pasan.
Esto es lo que les pasó a cuatro "adolescentes"
ya algo creciditos, 5 hijos, un deporte y una vida, normal.
Y este es el final de "Positivo, negativo". Quiero que sepan que me encantó escribirla y releerla cada vez que subía un capítulo. Amé a mis personajes y a la historia. Y para las que pregunten, voy a subir otra novela. Es más, ya tengo una temporada escrita de mi nueva novela. Si ustedes quieren, hoy mismo subo el prólogo de la otra novela :)
Un beso, Cris.
Mee encanto tu nove ! Es muyy buena estoy esperando para leer la otra
ResponderEliminarMe encanto!!! La historia se repite je! Espero el epilogo!
ResponderEliminarme gusto mucho!!! sube el prologo de la siguiente nove!!!
ResponderEliminarme lei tu nove hace pokito.. y me encanto!!!
ResponderEliminarrecien hoy termine de leerla.. pero estuvo hermosa :D
espero poder seguir leyendo historias tuyas :)