lunes, 17 de septiembre de 2012


Epílogo: otra historia parecida.
Los cadetes masculino estaban jugando un partido importante y en el banco como coatch estaba Abril. En las gradas estaban Alan y Pablo sentados juntos.

-Parece que le está saliendo bien esto de ser coatch a Abril ¿no? -dijo Alan rompiendo el silencio.

-Si, le salió bien la jugada. Parece que fue ayer cuando empezó a entrenar con ustedes. -dijo su suegro sin mirarlo.

-Si, y me acuerdo de su primer partido que tenía miedo y que le daba vergüenza por que era la única mina... -los dos rieron. Entonces se fijaron como Alberto salía del campo y su madre le acariciaba la cabeza antes de que se sentara en el banco.- Y además tiene una historia como la tuya.

-No, parecida. Alberto no empezó a jugar porque un rubio le preguntó donde se iba a la cancha y que era nuevo. -dijo mirando a su yerno.

-No, sería una morocha como la madre. -rió al ver la cara de suegro que tambien rió.

-¿Quien lo diría no? Pensar que mi hija se convirtió en coatch, en la coatch de su hijo... -dijo riendo.

-Y del mío. -se miraron y sonrieron antes de volver a mirar hacia la cancha.


-¡Nicolás siempre llegamos tarde! -se venía quejando Sofía.

-¿La culpa es mía? Fuíste vos la que te encerraste media hora en el baño.

-¡Estoy embarazada, insensible! -dijo tocándose la panza. Nicolás sonrió y se acercó a besar a su mujer.

-¡Puaj, que asco! -se quejó Katina sentándose al lado de su tío.

-¿Que hacés vos con tu hermana? -preguntó Pablo.

-Mamá y papá no confían en mi y me dejan a cargo de Sofía. Ella es más irresponsable que yo. ¡Mirala! -dijo señalándola. Su tío y Alan se rieron.- ¿Como van?

-Van perdiendo, pero ya verás como tu prima los saca de esto. -contestó Alan.

-¿Cuanto queda? -preguntó esta vez Nicolás uniendose a los demás.

-Poco, pierden de un punto. Pero yo confío. -dijo Alan.

-Si, Abril sabe como sacarlos de acá. -la defendió su papá. Entonces Abril se acercó a las gradas en un tiempo que les concedieron.

-Papá, ¿que hago? Están de capa caída y no confían... Me sacan.. -dijo Abril. Su marido se rió.- ¿De que te reís?

-Abril cariño, ahora sos vos la coatch. Yo lo dejé de ser hace años. Arreglatelas vos sola. -dijo su papá.

-Pa.. -puso puchero.

-Yo te ayudo. -se ofreció Alan.

-A vos no te pedí ayuda. Ya puedo yo sola. -dijo antes de irse a junto de su equipo.

-¡Te tiene bien la nena eh! -se rió Katina.

-Nico, tengo antojos de alfajones. Traeme algo. -se quejó Sofía.

-Sofía, mi amor, no podés tener antojos si solo estás de un mes y medio. -se quejó Nicolás.

-Te está llamando histérica hermanita. -dijo Katina que le encantaba joder un poquito a sus hermanos.

-Callate, yo por lo menos no vivo con mamá y papá. -dijo la hermana mayor.

-Vivo con ellos porque los amo y ellos me aman más que a ustedes.

-Y porque sos menor de edad. -añadió su cuñado.

-Callate, ¿o querés que empiece a quererte como quiero a la estúpida de la novia de Quino?

-Tranquila cuñada...


-Chicos, ¿porque no alegran esa cara? -lo intentó Abril sin recibir respuesta alguna.- Yo con esto no puedo. Si no empiezan a jugar como se debe van a peder la liga. ¿Es el partido que les puede salvar y lo van a tirar así? Si quieren me voy y los dejo a ustedes solos...

-Mamá, no seas histérica. -dijo Alberto.

-¿Como? ¿Que me llamaste?

-Nada... -se calló Alberto.

-Miren, ¿quieren seguir jugando o no? -todo su equipo asintió.- Entonces salgan a jugar como quieren.

Los chicos volvieron a salir a la cancha, pero uno de los que se quedó de suplente en el banco fue Alberto.

-Perdón, mamá. -se disculpó.

-¿Por que te disculpás?

-Por lo de histérica. Lo que pasa es que tengo miedo de perderlo todo en este partido. -dijo mirando ya al suelo.

-¿Sabés quien tenía el mismo miedo cuando tenía tu edad? -le dijo en susurros. Su hijo negó.- ¿Ves ese hombre de saquito azul en las gradas? -Alberto se giró a mirar a la grada donde distinguió a su papá con aquel saquito azul, el cual le guiñó un ojo. El pequeño rubio se rió y volvió a mirar a su mamá.- Ese tenía todos los días ese miedo..

-¿Papá era un miedoso? -dijo riendo.

-El más miedoso. Pero también era el mejor y el más lindo de todos. Oh, mirá como vos. -su hijo rió.- Tenía a todas las cheerleaders loquitas.

-Y alguna integrante del equipo femenino también ¿no? -su madre rió y siguió con su trabajo.

El partido no acabó como todos esperaban, los chicos perdieron. El equipo femenino del club los esperaba fuera y lo que más sorprendieron a Abril, Alan y Pablo fue que Clara, una de las chicas que formaban parte del equipo femenino, estaba consolando a Alberto.

-Esta va a correr todo el día... -le dijo Abril entre dientes a Alan.

-Estás loca. -rió su marido.


A veces las cosas en la vida pueden ser positivas, negativas o ninguna de las dos.
Igual que hay días malos, días buenos y días que no se pasan.
Esto es lo que les pasó a cuatro "adolescentes" ya algo creciditos, 5 hijos, un deporte y una vida, normal.



Y este es el final de "Positivo, negativo". Quiero que sepan que me encantó escribirla y releerla cada vez que subía un capítulo. Amé a mis personajes y a la historia. Y para las que pregunten, voy a subir otra novela. Es más, ya tengo una temporada escrita de mi nueva novela. Si ustedes quieren, hoy mismo subo el prólogo de la otra novela :) 
Un beso, Cris. 

4 comentarios:

  1. Mee encanto tu nove ! Es muyy buena estoy esperando para leer la otra

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  2. Me encanto!!! La historia se repite je! Espero el epilogo!

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  3. me gusto mucho!!! sube el prologo de la siguiente nove!!!

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  4. me lei tu nove hace pokito.. y me encanto!!!
    recien hoy termine de leerla.. pero estuvo hermosa :D

    espero poder seguir leyendo historias tuyas :)

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