11.Tercer
tiempo.
3, 2, 1, 0. Se
acabó. Lágrimas, abrazos tristes, saltos, gritos, ovaciones... El
público gritaba entusiasmado. Las lágrimas se hacían presentes en
los dos equipos. Pero vallamos a lo que nos interesa a todos. Abril
abrazaba con fuerza a Alan y lloraba. León y Juan se unieron al
abrazo y comenzaron a saltar. Si, ganaron. Y Abril había vivido su
primer partido, su primer tanto marcado con sus propias manos y su
primera victoria. Todo junto. Se separó de sus amigos y fue a
abrazar a su papá que estaba riendo con Peter.
-¡Bien,
peticita! -la felicitó Peter cuando se separó de Pablo.- Tu primer
partido excelente.
-Bueno
excelente... Ganamos por cinco, tío... -dijo ella.
-Pero
estuvo muy bien, no era un partido fácil... -comentó Pablo.
-Ahí
vienen las locas de tu mamá, tu tía y tu prima.... -suspiró Peter
cuando vió a las tres mujeres correr hacia ellos. Las tres abrazaron
a Abril con fuerza, tanta que esta sentía que no podría respirar en
breves... Detrás de ellas venía caminando Santino con el cochito de
Joaquín. Pablo y Peter reían de sus hijos más pequeños.
-Mamá,
mamá, ¡MAMÁ! -gritó Abril para que Rocío dejara de darle besos y
de inspeccionar que no tenía nada roto.- Estoy bien...
-¿Segura?
-asintió.
-Me
voy a las duchas, que huelo un poco mal... -se quejó Abril. Se
despidió de su familia y fue a bañarse. Cuando salió con el
jogging del equipo ya estaban todos afuera y con jogging igual al de
ella.- ¿Que hacen acá, aun?
-¿Como
que, que hacemos? -dijo Leon pasando un brazo por los hombros de su
amiga mientras esta le dejaba la enorme bolsa a su papá.- Ahora
viene el tercer tiempo.
-¿Tercer
tiempo?
-Si,
al burguer de acá a la vuelta, y una burguer así de grande -Guido
hizo señas con las manos.- me esperan allá.
-Pero
a mi ahora no me entra una burguer.. -se quejó Abril riendo.
-A
mi si. Tengo mucha hambre... -dijo Santino.
-Ya
verás como cuando te pongan la comida delante te entra todo el
hambre de repente... -dijo Alan.
-Despues
de los partidos ¿Siempre vais a comer? -preguntó Abril andando con
sus compañeros delante de sus padres. Mientras ellos cargaban con
sus respectivas bolsas (que pesaban lo suyo) ella iba ligera porque
su papá cargaba con la suya.
-Si...
-respondió Juan cansado.- Podrías ayudarme a cargar con mi bolsa,
ya que la tuya te la lleva el mister...
-Me
la lleva el mister porque antes de mister es mi papá.
-Que
bonito... -ironizó León.- Si mi papá llega a ser mi coatch, yo lo
dejo.
-No
exajeres... -rió Alan.- Entonces, Abril. Me estás contando que si
hay mas minas que se quieran apuntar aparte de esas que nos vienen a
ver nos dejás por ellas ¿no?
-Si.
-¿Te
parecerá bonito? -se quejó Mateo.- Nosotros que te acojimos con
todo nuestro amor, y nos dejás...
-Pero
es que no me gusta tener todo un vestuario tan grande para mi
solita... -utilizó de excusa Abril.- Además seguiría entrenando
con ustedes...
-Llegamos,
al fin... -suspiró León dejando caer la bolsa en la entrada del
local.
-Esperense
acá, mientras yo voy a ver si cogemos todos. -dijo Pablo entrando y
dejando la bolsa de su hija a su lado.
Mientras,
Peter, Lali y Sofía discutían.
-¿Por
que no puedo jugar con Abril, papá? -preguntó Sofía.
-Lali,
decíselo vos.
-Pues
a mi no me importa que juegue. -lo sorprendió su mujer.
-¡¿Como
que no te importa?!
-No
me importa, si defendí a Abril para que pudiese jugar también lo
voy a hacer con Sophie.
-Gracias,
mami...
-No
"gracias mami" no. Acá decidimos los dos y como papi no
está de acuerdo, vos no jugás al rugby.
Lali
se agachó hasta el oído de su hija y le susurró.- No te preocupés,
yo lo convezco.
Sophie
le dió un beso en la mejilla a sus papás y fué a hablar con su
prima y sus amigos.
-Pitt...
Pittt... Dale, mi amor. Dejá a la nena jugar. -lo intentaba Lali
apoyada en su pecho esperando a que los atendieran.
-No
La.
-Además
mirá si la entrenás vos. Sería precioso, y tendrían una relación
como Pablo y Abril. ¿No te encantaría? Vos le llevarías la bolsa,
le animarías en los partidos, la abrazarías cuando ganarais, y
cuando perdierais...
-Lali,
mirá si le hacen daño.
-Tenés
que confiar, como confiás en Abril. Dejá a la nena jugar. ¿No te
gustaría que fuera la mejor y la capitana de tu equipo y los demás
coatch te envidiaran? Dale...
-Está
bien. Pero que conste que vos te hacés cargo.
-Gracias,
mi amor. -le dió un corto beso a su marido.
Me encanta!!! Más!
ResponderEliminarLali y su poder d convicción,jajaja,Peter no se puede negar.
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