martes, 19 de junio de 2012


11.Tercer tiempo.
3, 2, 1, 0. Se acabó. Lágrimas, abrazos tristes, saltos, gritos, ovaciones... El público gritaba entusiasmado. Las lágrimas se hacían presentes en los dos equipos. Pero vallamos a lo que nos interesa a todos. Abril abrazaba con fuerza a Alan y lloraba. León y Juan se unieron al abrazo y comenzaron a saltar. Si, ganaron. Y Abril había vivido su primer partido, su primer tanto marcado con sus propias manos y su primera victoria. Todo junto. Se separó de sus amigos y fue a abrazar a su papá que estaba riendo con Peter.

Bien, peticita! -la felicitó Peter cuando se separó de Pablo.- Tu primer partido excelente.

-Bueno excelente... Ganamos por cinco, tío... -dijo ella.

-Pero estuvo muy bien, no era un partido fácil... -comentó Pablo.

-Ahí vienen las locas de tu mamá, tu tía y tu prima.... -suspiró Peter cuando vió a las tres mujeres correr hacia ellos. Las tres abrazaron a Abril con fuerza, tanta que esta sentía que no podría respirar en breves... Detrás de ellas venía caminando Santino con el cochito de Joaquín. Pablo y Peter reían de sus hijos más pequeños.

-Mamá, mamá, ¡MAMÁ! -gritó Abril para que Rocío dejara de darle besos y de inspeccionar que no tenía nada roto.- Estoy bien...

-¿Segura? -asintió.

-Me voy a las duchas, que huelo un poco mal... -se quejó Abril. Se despidió de su familia y fue a bañarse. Cuando salió con el jogging del equipo ya estaban todos afuera y con jogging igual al de ella.- ¿Que hacen acá, aun?

-¿Como que, que hacemos? -dijo Leon pasando un brazo por los hombros de su amiga mientras esta le dejaba la enorme bolsa a su papá.- Ahora viene el tercer tiempo.

-¿Tercer tiempo?

-Si, al burguer de acá a la vuelta, y una burguer así de grande -Guido hizo señas con las manos.- me esperan allá.

-Pero a mi ahora no me entra una burguer.. -se quejó Abril riendo.

-A mi si. Tengo mucha hambre... -dijo Santino.

-Ya verás como cuando te pongan la comida delante te entra todo el hambre de repente... -dijo Alan.

-Despues de los partidos ¿Siempre vais a comer? -preguntó Abril andando con sus compañeros delante de sus padres. Mientras ellos cargaban con sus respectivas bolsas (que pesaban lo suyo) ella iba ligera porque su papá cargaba con la suya.

-Si... -respondió Juan cansado.- Podrías ayudarme a cargar con mi bolsa, ya que la tuya te la lleva el mister...

-Me la lleva el mister porque antes de mister es mi papá.

-Que bonito... -ironizó León.- Si mi papá llega a ser mi coatch, yo lo dejo.

-No exajeres... -rió Alan.- Entonces, Abril. Me estás contando que si hay mas minas que se quieran apuntar aparte de esas que nos vienen a ver nos dejás por ellas ¿no?

-Si.

-¿Te parecerá bonito? -se quejó Mateo.- Nosotros que te acojimos con todo nuestro amor, y nos dejás...

-Pero es que no me gusta tener todo un vestuario tan grande para mi solita... -utilizó de excusa Abril.- Además seguiría entrenando con ustedes...

-Llegamos, al fin... -suspiró León dejando caer la bolsa en la entrada del local.

-Esperense acá, mientras yo voy a ver si cogemos todos. -dijo Pablo entrando y dejando la bolsa de su hija a su lado.

Mientras, Peter, Lali y Sofía discutían.

-¿Por que no puedo jugar con Abril, papá? -preguntó Sofía.

-Lali, decíselo vos.

-Pues a mi no me importa que juegue. -lo sorprendió su mujer.

-¡¿Como que no te importa?!

-No me importa, si defendí a Abril para que pudiese jugar también lo voy a hacer con Sophie.

-Gracias, mami...

-No "gracias mami" no. Acá decidimos los dos y como papi no está de acuerdo, vos no jugás al rugby.

Lali se agachó hasta el oído de su hija y le susurró.- No te preocupés, yo lo convezco.

Sophie le dió un beso en la mejilla a sus papás y fué a hablar con su prima y sus amigos.

-Pitt... Pittt... Dale, mi amor. Dejá a la nena jugar. -lo intentaba Lali apoyada en su pecho esperando a que los atendieran.

-No La.

-Además mirá si la entrenás vos. Sería precioso, y tendrían una relación como Pablo y Abril. ¿No te encantaría? Vos le llevarías la bolsa, le animarías en los partidos, la abrazarías cuando ganarais, y cuando perdierais...

-Lali, mirá si le hacen daño.

-Tenés que confiar, como confiás en Abril. Dejá a la nena jugar. ¿No te gustaría que fuera la mejor y la capitana de tu equipo y los demás coatch te envidiaran? Dale...

-Está bien. Pero que conste que vos te hacés cargo.

-Gracias, mi amor. -le dió un corto beso a su marido.

2 comentarios: